martes, 18 de octubre de 2011

REPASANDO HÉROES

Por César Brea

Todos hemos tenido nuestros héroes en diferentes etapas de la vida. Cuando muchacho tenía una colección de héroes, algunos de ficción y otros más interesantes, los héroes de la vida real. Entre los últimos abundaban los peloteros, tres eran mis favoritos: “El Monstruo de Laguna Verde”, con su uniforme No. 27, su nombre es Juan Marichal; otro era “El orgullo del Jaya” y se llama Julián Javier; el tercero era “El Panqué de Haina” y respondía oficialmente como Felipe Rojas Alou. Coleccionaba las postalitas de mis admirados donde no faltaban la gorra, el guante y las medias altas. Después fue el salto de los maeños y cambiamos nuestros héroes por gente de nuestro entorno. Félix Santana se convirtió en un ídolo para todos los del vecindario y Quilvio Tió una gloria entre nuestra familia (para ponerle la tapa al pomo ambos jugaban con nuestro equipo de héroes: las Aguilas Cibaeñas). Pedro Borbón se volvió un orgullo que rompió el saco de los maeños, de obrero de la construcción pasó a ser el astro del Licey y de los Rojos de Cincinnati. Eran nuestros héroes cercanos, de carne y hueso, que podíamos ver y tocar y conocer a sus mamás y sus hermanas y sabíamos donde vivían. Estar cerca de ellos o verlos jugar en el play era toda una emoción para los que entonces éramos niños o mozalbetes. Con cada campeonato de beisbol llegaban héroes nuevos: Ricardo Carty, Manuel Mota, el Chilote Llenas o Miguel Diloné. Así aumentaba nuestro altar de héroes y nuestra colección de estampitas.

Luego al crecer y descubrir los libros, el cine y los artistas, otros héroes poblaron nuestra imaginación: El Conde de Montecristo de la novela homónima de Alejandro Dumas, vengando infamias y traiciones, Robinson Crusoe perdido diez años en una isla desierta, Los tres Mosqueteros. En la pantalla: Cantinflas de Barrendero, de Bombero Atómico y de Patrullero 777; El Santo, luchador mejicano conocido como “El Enmascarado de Plata”, Clint Eastwood de Bueno, de Malo y de Feo; James Bond el agente 007… ”al servicio de su majestad”; Marlon Brando el mejor de los Padrinos. El arqueólogo Indiana Jones con sus Arcas Perdidas y sus reinos de la Calavera de Cristal, Bruce Lee y sus patadas voladoras. La música nos dejó una estela de héroes imposibles de olvidar, cuatro “peluses” ingleses cambiaron el universo, se llamaron Los Beatles. De la vieja Europa eran también Nino Bravo, Adamo, Julio Iglesias, Aznavour y Raphael. Españolas de minifaldas de cuadro y ritmo Ye-yé: Mary Trini, Rocío Durcal y Massiel. Desde el sur de nuestro continente Roberto Carlos y su “Cacharrito”, Sandro de América, Palito Ortega y Leo Dan. Con sabor criollo Johnny Ventura, sus agarraderas, su muerte de Martín, carboneros y caña brava. Sonia Silvestre con arañazos, tardes llorando y que será de ti.

Mataron a Trujillo y llegó la política, asomaron entonces los grandes hombres de la democracia: Juan Bosch, Viriato Fiallo, Manolo Tavares, Francisco Caamaño y entre ellos un negro portentoso que parecía un ciclón y era maeño para variar, se llamaba José Francisco Peña Gómez. Fueron nuestros grandes héroes de los nuevos tiempos. Desde la cercana Cuba llegó el aroma de una revolución triunfadora, contagiosa y juvenil, cargando una legión de héroes barbudos que vestían boinas y uniformes verde olivo: Fidel, El Che, Camilo, Raúl. Pero tuvimos también nuestros pequeños héroes locales que se fueron con las guerrillas dicen que a pelear (realmente fueron a jugar a la guerra) y los admirábamos en secreto porque le sobraba valor, honestidad y desprendimiento. Y eran los hijos de nuestras vecinas, los muchachos de Mélida, de Doña Teófila y de Doña Celeste. Recuerdo a Joseíto y Rafita Crespo, a los hermanos Pitifia y Arnulfo Reyes, a Monchy Valerio y a los que nunca volvieron: Papito, Reyito y Piculín. Pero la lista de héroes maeños era larga y cuando uno los veía por las calles, todos queríamos ser como ellos, valientes, llenos de amor por la patria, soñadores de utopías catorcistas. Eran héroes tan cercanos que se confundían con nuestras familias y pensábamos que algún día ellos también estarían en las páginas de los libros de historia. Y que sus retratos adornarían nuestras escuelas. Y que nuestras calles se honrarían con sus nombres. ¡Vana ilusión!

Luego crecimos y con los años nos fuimos quedando sin héroes. De aquella cantera heroica que alimentaron nuestros sueños de niñez y juventud, unos se perdieron para siempre como Kid Mechita, imponente encima del ring, de otros jamás hemos vuelto a saber: Tito Trueno y Manuel el Profesor, ases de la lucha libre del viejo Coliseo Jacas Especial. De los héroes que subieron al cuadrilátero, de los que hicieron vibrar a los asiduos de los sábados de box, solo nos queda caminando por las calles de Mao, triste, cabizbajo sentado en un banco del Parque Amado Franco, soñando con un pasado de gloria que nunca volverá, desconocido por las actuales generaciones, ignorado por las nuevas autoridades, olvidado por los Ministros de Deporte, recordado por la chiquillada de los cincuenta y sesenta, aquella gacela zurda, de ojos azules, puños de oro, el púgil que nunca tiró la toalla, vencedor en sus primeras nueve peleas, todas por nocaut. Hace muchos años que colgó sus guantes, pero no ha colgado sus esperanzas… Estrella del boxeo, gloria del deporte, gloria de Mao… KID OJITO.

4 comentarios:

  1. Estimado César....Aprovecho ahora que de nuevo el articulo esta fuera, para felicitarte, muchas memorias hermosas han venido a mi mente y otras han salido desde lo profundo de mi corazón al evocar tantos grandes hombres nuestros. Un fuerte abrazo, con el mismo cariño, respeto y admiración de siempre.
    Abrazos,
    Juan Colon

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  2. Mi estimado Cesar, me encanto tu Articulo, yo tenia dos idolos de mi niñez y que no mencionaste; uno el Reverendo Padre JUAN EVANGELISTA DISLA, conocido mas bien como "El Padre Disla" con su "Club Infantil" en Radio Santa Cruz y al cual yo pertenecia, con sus "Cruzados" que desfilabamos en las procesiones y el "Santo Rosario" radial transmitido todos los dias a las 6:00 PM desde la iglesia y en el cual yo tenia participacion. y los "Aguinaldos" por las calles de nuestro pueblo, en los cuales bailabamos y rezabamos y tomabamos te de gengibre y finalizabamos en la glorieta del parque...


    Mi otro idolo real era "MIGUATE" que en realidad es "MI CUATE", Este Sr. era muy amigo de mi madre y el lavaba carros en la bomba de gasolina que en aquel entonces era propiedad de Don Miguel Peña, cerca de mi casa casi frente al parquesito Duarte, el nombre de "Mi Cuate", es porque siempre se la pasaba cantando canciones rancheras mexicanas y al todo el mundo le decia que era "Su cuate" (su amigo) por cierto; cantaba muy bien y gracias a Dios aun vive...!!!

    Atte.

    Carmencita.
    mc597@msn.com

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  3. CEBRETI,
    De acuerdo con todos esos héroes que mencionas, pero yo era muy amigo de la música y envidiaba en secreto a quienes podían hacer maravillas con sus instrumentos; los saxofonistas como Tavito, el guajiro, la rana, Félix del Rosario (todavía no conocía a Coltrane ni a Charlie Parker, etc.) y unos mellizos que tocaban con el Negrito Truman. Los instrumentistas de percusión (bateristas, tamboreros y güireros) me lo robaban to'. Daba cualquier cosa por ver a Chiche Bonilla el papá de Patricio tocar y a Víctor, un joven tamborero/pailero de Johnny Ventura, inspirador del merengue Víctor y Memelo.
    Dijo un gran político nuestro que el güirero no es músico, pero ¡qué bueno era ver a Pablito barriga o a Patricio Bonilla tocar!
    Pero esas influencias nunca penetraron en mi: no toco ni puertas.
    Buen escrito, como siempre.
    Un abrazo.
    Isaías

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  4. Excelente narrativa, César.

    Es una lástima que la "civilización" haya "deshumanizado la humanidad" y que nuestros héroes de ayer, sean los desconocidos de hoy. Simplemente, porque no conocemos nuestra propia historia. ¡Que pena tan grande!

    Como amante del beisbol "desde chiquitico" tuve mis héroes locales: Lelé Rivas, Félix Santana (mi Maestro), Ramón Castillo, Daniel Marte, Mario Elvis Guzmán (el más fino center fielder que ha dado Mao) y su hermano Hugo Lino Guzmán.

    Como "joven rebelde" de la primera mitad de los años 60, admiré a Manolo Tavárez, a José Francisco Peña Gómez, Milet Haddad, Mon Ramírez, el Prof. Manuel Rodríguez y Yoryi Morel, todos luchadores anti trujillistas.

    ¡Ahhh y al Padre Evangelista Disla! ¿Te acuerdas que fuimos dirigentes de la JEC?

    Un abrazo,

    Fernan Ferreira.

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