lunes, 3 de octubre de 2011

COSAS DE "BULLÍ"

Los contemporáneos de "Bullí" sabemos que siempre ha sido muy peculiar. Con su manera muy particular de hablar, siempre sale con cosas bien cómicas.

Esto viene a colación porque estando Julio Valerio (el silencioso, como lo llaman; mi cuñado y compadre 4 veces) en casa me contaba acerca de la Hacienda que tiene Bullí y cómo y para quién él la está preparando.

Lo que más me causó gracia fue cuando el cuñado estaba comiendo "con-cón" y dijo: "Como dice Bullí, este con-cón ta' tan bueno... parece una galletica", lo que nos hizo explotar la risa a los comensales.

Eso me dio la idea de abrir este pequeño foro para que personas como Rolando, Manito, Ley, Ángel Berto, Lilí, etc., que estoy seguro saben algunas de las cosas de Bullí, las añadan aquí. Esto de ninguna manera persigue burlarse de nuestro amigo, sino celebrar sus cosas.

Por favor, envíenme las pequeñas reseñas a maoenelcorazon@gmail.com

Gracias.

He aquí algunas de las cosas de Bullí:

1) LO QUE CUENTA MANITO

Mi amigo Bullí pasó mucho pique en el beisbol infantil, no por su tamaño pequeño ya que era el adecuado, sino por su musculatura que lo delataba. Se le notaban los" molleros". Muchas veces el manager contrario le pedía al “ampaya” que le quitaran la camiseta para ver si tenía pelos en los sobacos, cosa esta a que se negaba rotundamente ¿?.


Bullí, fue una superestrella en todas las etapas de su juego. Ahh, y le gustaba el “modo” (léase moro). Es tremendo ser humano. Dios lo bendiga.

2) LO QUE CUENTA LEY SIMÉ

I. En una conversación que tenía con mi hermano Epy en Mao, se asoma Bullí, nos saluda y luego dice: se juntaron tres estrellas del béisbol.

II. Epy me dio la información de que Bullí era un hacendado, que había conseguido una finca por el Cercado e iba diario (a pies) a darle vuelta a su propiedad. Nos dijo que pronto lo verán en una Jeepeta.

III. Bullí, era el manager de todos nosotros los de su generación. En una ocasión íbamos a iniciar un partido de pelota en la sabanita donde hoy tiene Simán el taller, pero nadie quería jugar de catcher, porque no había careta. El valiente Bullí nos tildó de pendejos a todos y agarró su trocha y se aplastó detrás del bateador. No se llegaron a hacer tres lanzamientos cuando el bateador dio un foul tip que se le pegó al pobre Bullí en las narices. Bullí se puso de pies de ímpetu, llevó su mano a la nariz y cuando vio que su mano estaba llena de sangre, voceó, en su forma de hablar a media lengua: "Pa'la puima". Ese día como era natural, todos pensábamos que íbamos a recibir una pela cuando llegáramos a nuestras casas.

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