Por Isaías Medina-Ferreira
La familia de la Rosa, con el “Mozo”, don Efigenio de la Rosa a la cabeza, tiene algunas memorias pintorescas. Desde una de Lulo, hijo de don Efigenio, que montaba una rastra de arar a su carro Volkswagen (VW-un cepillo, como le decían) con el que araba sus tierras, hasta unas cuantas anécdotas del propio Mozo en estado de embriaguez.
Con las pocas diversiones que había en Mao, ir al cine era una de las formas de escape a la modorra. El teatro Jaragua, cuyo dueño era el Mozo en el tiempo a que nos remontamos, en 1os 50, siempre presentaba una o dos películas a la semana; eran éstas, o de vaqueros o mejicanadas. Las mejicanadas eran “clavos” sin trascendencia (casi como ahora), con pésimas actuaciones y montajes, llenas de paisajes, de canciones, de curas, de conventos o las comicidades de Resortes, el Piporro, Mauricio Garcés o Cantinflas. Las cómicas eran las únicas que en realidad se podían ver, pues aunque en su mayoría no tenían ningún argumento, por lo menos uno se reía. Las otras eran una retahíla de reafirmaciones de las “virtudes” de ser pobres, los amores simplones e imposibles y las actitudes sensibleras o serviles, o simples enseñanzas superficiales y pueriles.
Las de vaquero eran como una reafirmación (o confesión de culpabilidad) de los Estados Unidos ante el mundo de por qué fue preciso eliminar a los indios “salvajes” y quitarles sus tierras, o por qué al mejicano hubo que quitarle medio país. En ellas siempre estaba presente la dualidad del bien y del mal; por una parte estaba el “blanco bueno”, encarnado en un superhéroe como Red Ryder, Roy Rogers, John Wayne, Gene Autry o Hoopalong Cassidy, enfrentando a los “pieles rojas” (u otra tribu de indios), o a los mejicanos, considerados los “malos”.
En una de esas películas de vaqueros, dicen que estaba don Efigenio borracho en la audiencia, cuando le tienden una emboscada al “buen” vaquero. En eso se para don Efigenio y saca su revólver y grita, “¡no te apure amigo, que yo te defenderé!”, y PUM, le “pegó” un tiro a un indio que estaba detrás de una roca… el rastro del balazo se podía apreciar mucho tiempo después en la parte superior izquierda de la pantalla del Jaragua, cuyo orificio había sido tapado con cinta adhesiva, lo que lo había ennegrecido.
Cuando se escriba la historia del Teatro Jaragua y de sus insignes personajes (Mario Evertz, Doña Dilia, Adolfo, Mariachi, Carretón) no podrá faltar el flaco de Palomita, un gigantón célebre por su espiritu de contradicción. Si la película era de vaqueros, Palomita simpatizaba por los indios, si era de guerra estaba a favor de los japoneses y los alemanes, en las de detectives estaba a favor de los gansters, en las series de Batman iba a favor del Guasón, odiaba a Superman y amaba a la Kryptonita. Palomita salía 10 minutos antes de terminar la película cuando ya era evidente que iban a perder los malos.
ResponderBorrarYo recuerdo el agujero en la pantalla del teatro Jaragua, aunque no puedo asegurar si la causa fue el disparo del Mozo, cuya figura regordeta me parece ver sentado todas las tardes en la esquina formada por las calles Máximo Cabral e Independencia, escupiendo sus salivazos marrones, producto de la "macada" de tabaco, pues él no fumaba, sino que mordía y masticaba el cigarro "Regalía", que mandaba a comprar en la Tienda Ferreira, cuando ésta aun vendía comestibles, cigarrillos, etc.
ResponderBorrarFernan Ferreira.
Está muy buena esta historia del teatro JARAGUA y hay muchas más del teatro Elda y don Adolfo, Carretón, Fernando, etc.
ResponderBorrarQuiero aprovechar la oportunidad para quejarme por el hecho de que Mao,sea uno de los pocos pueblos de la región que no cuenta un cine.
Considero que el ayuntamiento debiera adquirir (ya sea en forma de compra o alquiler) el local del antiguo cine ELDA, remodelarlo y convertilo en cine-teatro municipal, donde se proyecten películas y se desarrolle el arte en sentido general( Obras de teatro,festivales, charlas, conferencias, etc.)
Atte. JOSE RAMON RODRIGUEZ (MOMON)
Mon,
ResponderBorrarMuy atinado su pronunciamiento...
Mándeme, si es posible, todo lo que tenga sobre las personalidades que menciona y las historias que sepa del Cine Elda y el Jaragua.
Gracias, Mon.
Isaías