lunes, 26 de octubre de 2009
Jiminián y el hombre del gallo
Cosas de Mao
Por Isaías Medina-Ferreira
Por su arbitrariedad y bravuconería, respaldado por la pistola calibre 45 que portaba al cinto, mucha gente de Mao no guarda muy gratos recuerdos del tristemente célebre capitán Jiminián, a quien le gustaba hablar duro y desconsiderar a gente seria y honorable.
Un día llega un pobre hombre al cuartel de la policía, que a la sazón estaba en la planta baja del palacio de gobernación provincial, situado en la Calle Duarte, portando con orgullo un hermoso gallo canelo, y pregunta: “¿Se encuentra ei capitán Jiminián?”, a lo que contesta el policía de turno, un cabo, “no, no ha llegao. ¿Qué se le ofrece?”. “Yo soy Rogelio, de Ámina, y vine a traéile un gallo de pelea que le ofrecí ai capitán”. “Espérelo ahí, que éi no taida en llegái”, le dice el cabo.
El hombre espera como media hora y por fin aparece el Capitán. “¿Y ese quién e’?”, pregunta Jiminián al cabo. “¡Ah, ese ej el hombre dei gallo”, le contesta éste. Sin más ni más, Jiminián se le va arriba al pobre hombre, le lanza una granizada de trompadas y comienza a patearlo y a maldecirlo, “ejto maidito ladrones... ¿no van a aprendéi, degrasiao?”, sin oír que el cabo le está gritando, que ese no era el ladrón del gallo que habían denunciado recientemente, que éste era el hombre de Ámina, el que le había ofrecido el gallo.
Después que le ha propinado varias patadas y pescozones al pobre hombre, por fin oye Jiminián al cabo que, desapartándolo del señor sangrante y humillado, le dice: “mi capitán, ese es Rogelio, el señói de Ámina que le ofreció ei gallo; no ej ei ladrón”. “¿Y poi qué no me lo dijo ante, buena mieida?... ¡Cabo, tiene 3 día en la chirola!” Y dirigiéndose a Rogelio, “la próxima ve, ¡hable como un hombre, carajo! No se apure que ei cabo la va a pagái por uté… poi bruto. Pase ei gallo ese… y no se apure poi lo que pasó; con un poquito de agua y mercurio se cura. Uté sabe que la autoridá no se puede doimí, sino se lo comen vivo ejto delincuentes… La veidá que e bonito ei degraciao gallito ete. Venga pa’cá a haceile ei saludo a su capitán, ¡gallito e’la porra!”.
Glosario
Chirola = Cárcel; calabozo
Por Isaías Medina-Ferreira
Por su arbitrariedad y bravuconería, respaldado por la pistola calibre 45 que portaba al cinto, mucha gente de Mao no guarda muy gratos recuerdos del tristemente célebre capitán Jiminián, a quien le gustaba hablar duro y desconsiderar a gente seria y honorable.
Un día llega un pobre hombre al cuartel de la policía, que a la sazón estaba en la planta baja del palacio de gobernación provincial, situado en la Calle Duarte, portando con orgullo un hermoso gallo canelo, y pregunta: “¿Se encuentra ei capitán Jiminián?”, a lo que contesta el policía de turno, un cabo, “no, no ha llegao. ¿Qué se le ofrece?”. “Yo soy Rogelio, de Ámina, y vine a traéile un gallo de pelea que le ofrecí ai capitán”. “Espérelo ahí, que éi no taida en llegái”, le dice el cabo.
El hombre espera como media hora y por fin aparece el Capitán. “¿Y ese quién e’?”, pregunta Jiminián al cabo. “¡Ah, ese ej el hombre dei gallo”, le contesta éste. Sin más ni más, Jiminián se le va arriba al pobre hombre, le lanza una granizada de trompadas y comienza a patearlo y a maldecirlo, “ejto maidito ladrones... ¿no van a aprendéi, degrasiao?”, sin oír que el cabo le está gritando, que ese no era el ladrón del gallo que habían denunciado recientemente, que éste era el hombre de Ámina, el que le había ofrecido el gallo.
Después que le ha propinado varias patadas y pescozones al pobre hombre, por fin oye Jiminián al cabo que, desapartándolo del señor sangrante y humillado, le dice: “mi capitán, ese es Rogelio, el señói de Ámina que le ofreció ei gallo; no ej ei ladrón”. “¿Y poi qué no me lo dijo ante, buena mieida?... ¡Cabo, tiene 3 día en la chirola!” Y dirigiéndose a Rogelio, “la próxima ve, ¡hable como un hombre, carajo! No se apure que ei cabo la va a pagái por uté… poi bruto. Pase ei gallo ese… y no se apure poi lo que pasó; con un poquito de agua y mercurio se cura. Uté sabe que la autoridá no se puede doimí, sino se lo comen vivo ejto delincuentes… La veidá que e bonito ei degraciao gallito ete. Venga pa’cá a haceile ei saludo a su capitán, ¡gallito e’la porra!”.
Glosario
Chirola = Cárcel; calabozo
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