Cosas de Mao
Por Isaías Medina Ferreira
Aunque su especialidad era “soñar” y adivinar el futuro, “Bejnaido” incursionaba en todos los campos tanto materiales como sicológicos y espirituales; era experto en medicina “indígena”, en la quiromancia, en la clarividencia, en los misterios del más allá y en las cosas espirituales; por eso le decían “Sabiñón”, aunque no faltara quienes a sus espaldas lo llamaran “el jablador”, o hasta “comemierda”, principalmente aquellos que obedeciendo a uno de sus análisis “sueñísticos”, habían jugado a la lotería y perdido.
Vivía por el "Joyo e' Maroa", cerca del Rincón, y era billetero de ocasión. De estatura espigada, talante desgarbado y tez morena pálida, era de andar y hablar pausado y ponía los labios como si fuera a expulsar un “buchito” de agua cuando hablaba.
Para todo tenía Bejnaido una respuesta: que el niño de Ramón tiene “diarrea”, “po, po, po denle bicaibonato de soda con limón; eso ej un cuchillo”, decía. Se cayó perencejito el de Raulín y tiene un chichón del tamaño de un coco, “po, po, po, limón con sai con éi”. Que la hija’ e Mauricio tiene “sapito”, “po, po, po buquen un güéifano que no haiga conocío ai pai, pa’ que la sople tre vece en la boca poi tre día y apueto que se sana”.
Para él, según afirmaba, era natural comunicarse con los animales: tenía el poder de hacer que gatos y ratones, y perros y gatos se llevaran bien y no pelearan; ensalmaba “mal de ojos”, miradas de “bizcos malintencionaos” y “susto e’ gato prieto”. Las abejas lo respetaban, y su presencia las calmaba, sobre todo si se ponía las manos en los sobacos y las ponía cerca del panal. Conocía y domaba “galipotes” y había visto “Cigüapas” por la Loma de Guayacanes.
Según Bejnaido, él había reencarnado miles de veces y se acordaba de las últimas trece reencarnaciones como si estuviera viendo una película. En una de esas reencarnaciones dizque vino con Cristóbal Colón a descubrir a América: “la mujéi ma’linda que he vito, fue Anacaona”, repetía. En otra reencarnación fue general en el ejército de Napoleón.
Sabiñón opinaba sobre todo, pues decía que tenía un “sei” que le susurraba al oído todo lo sucedido y por suceder. Decía ser hijo de Changó y ahijado de Candelo y de Yemallá.
También era celestino y lograba arreglar noviazgos imposibles. Una de sus recetas más poderosas era “bendecir” una “menta de espíritu”, que el enamorado metía en su zapato izquierdo por tres días, al final de los cuales la brindaba a la causa de sus desvelos, “y si la chupa y no cae, e’ poique ta’ protegía poi uno ma’ fueite que yo y entonce na’ se pue hacéi”, decía.
Sabía de pelota, y discutía con pasión su simpatía por los Tigres del Licey, aunque siempre era “dei que tuviera en priméi lugái”. Recuerdo estar en una conversación donde se recreaban las hazañas de los mejores peloteros importados que habían ido como refuerzos a la República Dominicana a través de los años: Alonzo Perry, Dick Stuart, Willie Stargell, Tony Oliva, etc. En eso, uno de mis hermanos preguntó bromeando si recordaban a Tsetkub Baloyán (que debo aclarar, era el padrino de Chanoc, el de los paquitos de aventura, muy famoso en los años 60, representado en la pantalla gigante por el actor Andrés García), e inmediatamente dijo Sabiñón que se acordaba de él, “sí, era un japonesito, zuido, endiablao, que corría abajaíto, peliaba como un degraciao y le gutaba tocái la bola poi teicera”.
Pero por lo que se recordará más a Sabiñón es por la abundancia y la “claridad” de sus “sueños” (“nunca he repetío un sueño”, decía con orgullo) y su “sabiduría” al interpretarlos. Que soñarse con “policía” da 7, “mujéi” da 6, y “si tá de epaida da 9”; “niño” da 3, “río” da 8, “zapato” da 5, y así por el estilo. En esos tiempos, la lotería sólo se “tiraba” los domingos y era transmitida por radio: “23435”, decía una voz; y la otra respondía “cuarenta pesos”, y así pasaba la mañana del domingo completa.
Bernardo frecuentaba muchas casas durante la semana y en cada casa daba tres números diferentes. “Po, po, po, tuve un sueñito que no falla; si te quiere sacái ei domingo, po juégate ei 3, ei 10 y ei 98”, decía, por ejemplo. A la casa donde se “sacaban” con uno de los números que él daba, iba de una vez “po, po, ¿qué te dije? ¿jugate?”, y por supuesto esperaba que le “mojaran” las manos. A los desgraciados que no se sacaban, los evitaba como se evita la “tuna brava” al mediodía, pero si no podía evitarlos, a la pregunta de “¿y qué pasó, Bejnaido?, ninguno de lo número que me dio, salieron”, contestaba “po, po, po critiano (o critiana), fue que tuve un sueño de úitima hora y no me dio tiempo avisaite”.
Ah, Bernardo, aunque eras cuerdo, te creías todas tus fantasías. Sabes que yo también creo que todo lo que estoy diciendo de ti es cierto, aunque no estoy seguro; pero he oído que me susurrabas al oído “así sucedió” mientras escribía, y eso me basta. A propósito, ¿recuerdas que una vez me dijiste que mi número de suerte era el 47 y que yo era hijo’e Metrisilí? Tengo para decirte que jamás me he sacado con el número y de la madre que me diste, no sé si de mí se acuerda. Aunque podría llamarte otra cosa, prefiero mejor sonreír con tus indefensas fechorías y decirte gracias, Bernardo, por la materia prima que me proporcionas, y por la oportunidad de dar vuelo a MIS fantasías.
Glosario:
Sapito = o mal de boca, como es también conocido, es una enfermedad que le da a los niños la cual irrita su garganta y llena su boquita de llagas dolorosas.
Galipote = Según las leyendas, galipote es aquel hombre que se convierte en animal u objetos inanimados, tales como troncos de árboles y piedras, o aquel que transfiere su conciencia a un animal, o al que por poderes mágicos han convertido en un animal para diversos fines.
Cigüapa = Según las leyendas, las cigüapas son extrañas mujeres salvajes que habitan en las montañas y poseen poder mágico. Son de tez morena, de ojos negros y rasgados, de pelo suave y lustroso, tan largo que es la única vestimenta de su cuerpo a la intemperie. En algunas regiones los campesinos dicen que son diminutas y de cuerpo desproporcionado; otros que tienen las piernas largas y delgadas; algunos afirman que son velludas y unos pocos que están bellamente emplumadas. Todos sostienen sin embargo que tienen el rostro hermoso y que son muy ariscas. Quizás las cigüapas más que bellas y ariscas, sean tristes, pues tienen los pies al revés y dejan huellas contrarias al rumbo de su destino... Estas criaturas son esencialmente nocturnas o prefieren las zonas oscuras de los bosques; cuando salen lo hacen en busca de frutas, peces o aves con los cuales se alimentan. (Diccionario de Mitos y Leyendas)
Ser = Dícese del espíritu que se llama por medio de un “médium”. A veces el espíritu de un muerto se “monta” en la mente de un “vivo” y lo hace actuar como si el muerto hablara a través del vivo.
Changó = En la Santería Lukumi, Changó es el Orisha asociado con Santa Bárbara. Changó es el Orisha del fuego, la danza y el relámpago.
Orisha = También Orisa y Orixa, es un espíritu que refleja una de las manifestaciones de Olodumare (Dios) en el sistema religioso Yoruba.
Yemallá = Una de las Orishas mayores en el Panteón Yoruba. Ella es la madre de la vida, la madre de todas las orishas, la diosa del mar, la fuente de la vida. Sus colores son el blanco y el azul, los colores del mar.
Candelo = También conocido como “Papá Candelo”; Candelo Cedifé (San Carlos Borromeo), es uno de los “loases” (misterios) de las 21 divisiones. Candelo es el dueño del fuego, su día de fiesta es el 4 de Noviembre, su color es rojo, su bebida es ron, y fuma cigarros.
Metrisilí = La Virgen de Altagracia
Gracias, Mano, por hacerme vivir de nuevo, momentos que ocurrieron hace ya varias décadas.
ResponderBorrarQue Dios bendiga tu memoria privilegiada y el arte de tu creativiadad. ¡Excelente!
Fernan Ferreira.
PD: Bernardo falleció recientemente en su humilde hogar, rodeado de sus seres queridos.
Quiero felicitar a los maeños por este blog. Creo que ustedes han comenzado algo que otros pueblos van a copiar pero que sera casi imposible superar porque todos los que escriben aqui tienen talento. Todo esta bien escrito y gramaticalmente correcto, lo que es raro. No soy de Mao pero aprecio estas cosas que escribe el senor isaias porque en que pueblo no hay un bejnaido o algo parecido? Este senor me impersiona mucho con su forma de escribir, ha escrito libros?
ResponderBorrarJavier Contreras
Jajajajajaj excelente relato y todo lo que escribe isias. mis felicitaciones sinceras.
ResponderBorrarLeito Acosta