Por Isaías Medina Ferreira
El Chino, dueño de la zapatería “El Timbre”, y Macachicles, conocido borrachón de la línea Noroeste, eran compadres del alma. Se identificaban no sólo en la bebida, que era legendaria y su mayor punto de coincidencia, sino que compartían la misma profesión de zapatero, quienes al igual que los peluqueros y, casi en igual medida, los mecánicos, no trabajan los lunes ni que los amenacen con fusilarlos.
Corrían los años 60 y una “botellita” de ron costaba entre 75 centavos y 1 peso.
Un lunes temprano despierta el macachicles a su compadre Chino y lleno de entusiasmo le dice: “compadre, vengo de Villa Vaque especiarmente pa’ que no bebamo un alambique... hoy si e’ veidá que tengo ei pico como un tirapiedra… ¿qué le parece?... aquí hay 25 cheles pa’ la primera botella”. El Chino lo mira con seriedad y le dice con toda su parsimonia, descorriendo el velo de sus ojos todavía adormilados con una mano, mientras con la otra se rascaba la cabeza: “Adió, compái Maca, ¿y dede cuándo laj venden a cincuenta?”.
Cuentan los "jabladores" de la época, que cuando al Chino y a Macachicles se les acababan los cuartos pa' seguir bebiendo, iban a la fábrica de vinagre que tenía Don chichito Rodríguez (Patrón Santiago). Le hacían "un coro" a Don Chichito, alabando la calidad de su producto, con el propósito de les regalara un par de botellas y... a seguir bebiendo, pero esta vez, vinagre, en vez de romo!!!
ResponderBorrarFernan Ferreira.