lunes, 28 de septiembre de 2009

El Merengue: su nacimiento, desarrollo y metamorfosis



DO-RE-MI
Por Juan Colón

La fecha exacta del nacimiento del Merengue seguirá siendo motivo de especulaciones. Sólo se tiene una idea de haberse escuchado el ritmo merengue por primera vez en la región del Cibao por los años 1844-1845.

Existen datos concretos donde se demuestra que ese ritmo también se tocaba en otras partes de las Antillas. Tampoco se sabe la semejanza rítmica con la nuestra. Sabemos que se tocaba merengue, y ya.

Lo que sí es cierto es que fuimos nosotros quienes le dimos esa forma que hoy el mundo conoce como Merengue.

También se alega que este ritmo viene del Meringué, ritmo haitiano, pero nada es seguro. Ninguno de los grandes investigadores como Julio Alberto Hernández, Fradique Lizardo, Catana de Pérez, y otros ha logrado dar con datos concretos sobre el nacimiento de nuestro ritmo, el cual vino a ser el sustituto de otros ritmos existentes en nuestro suelo.

El dictador Trujillo contrató al investigador folklórico norteamericano Cooper Smith para lograr esclarecer el nacimiento del merengue, pero tampoco se logró.

Dentro de la variante rítmica del merengue podemos citar el merengue cibaeño, el merengue joyao y el merengue liniero. Sólo escuchando a un tamborero podría el oyente entender la diferencia en cuanto a patrón rítmico se refiere, la cual es muy leve para poder ser identificada por cualquier persona.

Durante los años de la ocupación americana (1916-1924) ya existían grupos de música típica, los cuales amenizaban bailes. Los soldados americanos querían bailar en las fiestas pero encontraban el merengue muy rápido y se les hacía imposible bailarlo. Entonces le pidieron a los músicos que lo tocaran más despacio y los músicos empezaron a complacerlos. Al tocar más despacio, de una manera inconsciente, empezó a alterarse el patrón rítmico del merengue.

Durante esos años de la ocupación estaba muy de moda una tela que usaban mucho los americanos llamada Palm Beach, entonces los músicos cuando veían llegar a los soldados a las fiestas decían, vamos a tocarles un Palm Beach. El sonido de estas dos palabras, al parecer, no fue asimilado muy bien por las personas ni los músicos de esos tiempos y cuando las pronunciaban decían vamos a tocarle un Pambiche y ahí quedó establecido ese nombre.

Los músicos actuales, cuando queremos tocar este patrón no decimos “vamos a tocar un merengue Pambiche”, sino, “vamos a tocar un Pambiche”; eso significa que tenemos muy claro dentro de nosotros que cuando un ritmo sufre una metamorfosis ya no es el mismo, así pasó con el nacimiento del merengue a lo Maco y el merengue de Calle.

El Pambiche no es muy popular dentro de los grupos de música típica, pero sí se escucha con frecuencia en sus fiestas. Tenemos algunos merengues muy famosos como Juan Gomero, Juana Mecho, Dominicanita, A la Rigola, con ritmo Pambiche. Si pueden escuchar esas grabaciones, podrán apreciar la diferencia rítmica.

Pero el merengue cibaeño, joyao y el liniero fueron los que se sembraron en los corazones de nuestros compositores.

Si escuchamos un merengue tocado por El General Larguito, El ciego de Nagua, Francisco Ulloa, podremos escuchar la tambora de una forma muy diferente a como escuchamos un merengue hoy de Crispi, El Prodigio, por citar algunos.

Luego viene el Merengue de Orquesta el cual abarca varios años: Orquesta Santa Cecilia, Félix del Rosario, Rafael Solano. Si escuchamos con detenimiento la tambora y la comparamos con un merengue de los Rosario, por ejemplo, veremos que el patrón rítmico de la tambora es diferente. Ya no suena ka-ta-pa-ka-ta-ka-tu-ku-tu-ku-tu, sino que ahora suena ka-ta-qu, ka-ta-ku. El patrón rítmico cambió totalmente dándole a la tumbadora (también llamada Conga) una interacción con el patrón de la tambora, - ku-ti-ri- ku-ku, logrando una combinación que se bautizó como a lo Maco.

Claro, este “nuevo patrón”, se quiso adjudicar a Los Hermanos Rosario como los creadores, lo cual no es cierto. Antes de ellos, El Negrito Truman y Cheché Abreu ya lo habían hecho, aunque sin el éxito de los Rosario, por supuesto.

Luego viene Pochy Familia y comienza un merengue mucho mas rápido y obliga a cambiar el patrón de a lo Maco, por otro ajustable a mayor velocidad. Esto, mezclado con el rapeo, cambia todo el panorama, no sólo rítmico sino de cómo orquestar las trompetas y los saxos, los tumbaos de piano y la forma del bajo, lo cual ya con el ritmo a lo maco había sufrido transformaciones. Entonces coge fuerzas el merengue de calle, quitando del medio toda la forma de cómo se tocaba el merengue, incluyendo al de a lo maco, creando esto una degeneración completa del ritmo, quedando ahora mismo en una especie de limbo que si no actuamos rápido nos conducirá a perder nuestra identidad musical.

Si se escuchan con detenimiento diferentes grabaciones, se podrá entender la problemática rítmica que hemos venido realizando y de las que he hablado.

La tumbadora no fue parte del merengue desde su principio. Ni la utilizaban los grupos típicos, ni las orquestas de merengue. Trujillo invitó al país al gran músico Xavier Cugat, y los grupos de esos años, por imitación, la comenzaron a utilizar ya que el Sr. Cugat tocó un merengue y lo hizo con la tumbadora. A partir de su actuación, los grupos han venido utilizando las congas en la parte rítmica del merengue.

Según registra la historia acerca del merengue, por los años 1845-1848, el entonces gobernador de Puerto Rico, el Sr. Pezuela, condenaba a diez pesos de multa a quien bailara merengue y cárcel para quien lo tocara. Eso se quiso implementar en Republica Dominicana por los años de 1850, pero sin éxito alguno.

Venga de donde venga el merengue, fuimos nosotros quienes le dimos su forma musical adoptándolo como nuestro y lo explotamos para el mundo convirtiéndolo en nuestro ritmo nacional.

Nos vemos en la próxima entrega, espero les haya agradado este reportaje.

El autor es un destacado saxofonista maeño, hijo de Lucero Colón, que ha formado parte de las orquestas de Millie y los Vecinos, Rafael Solano y Juan Luís Guerra, entre otros grandes. Reside en Nueva York y hoy día se dedica a tocar jazz con su grupo Sonido Latino.

4 comentarios:

  1. Juan ademas de buen musico eres buen escritor. gracias.
    Pascualito

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  2. Juan: si no lo has hecho, te sugiero que recojas todos estos artículos forclóricos en un texto (libro) porque tienen calidad. De esa manera, muchos lectores amantes de la música podrán enriquecerse con tus investigaciones. Siempre te recuerdo como lo que eres: un intelectuar de la música. Saludos de tu compueblano Niño Almonte.

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  3. es muy buen pajina saludos a todos

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  4. Sr Colon:
    1ro. gracias por el gran aporte, al compatir tan informacion.

    2do Estoy de acuerdo con los cambio que venido sufriendo el toque de la tambora, y lo comparti hace varios anos con amigos de la red, que el merengue no solo cambio sino que perdio elegancia y formas correctas, al cambiarle los latidos de su corazon, yo diria que ha sufrido una aritmia, y eso no es lo peor, es que sugue degenerando y convirtiendose en la basura que es hoy, si es que eso es merengue.

    No podemos hablar de la letra, porque por lo general nunca ha tenido buenas letras, salvo muchas excepciones, pero nunca fueron expresiones literarias de cultas formas, aunque queda claro que expresan la cultura de nuestros campos.
    La letra mejoro y cambio con la llegada de autores como Rafael Solano, Ramon Orlando, Juan Luis Guerra, solo para citar algunos.
    Pero el merengue es musica, ritmo bailes, y los arreglos cambiaron dramaticamente y hoy en dia no se si se puede llamar musica a lo que hacen grupos aun como Toño Rosario, que ni canta, ni tiene musica, ni buena apariencia, Omega para mi que emite el sonido de los generadores electros.
    El merengue esta tranquilo reposando en el tiempo que tubo su esplendor, el merengue no esta en crisis, en crisis estan los que dicen que el ruido que hacen es merengue o musica.

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