jueves, 6 de septiembre de 2012

SEGÚN DARÍO 18:07

MÁS DATOS HISTÓRICOS DE MAO
Por Lic. Rafael Darío Herrera

El autor es historiador y educador. Miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia.

Para satisfacer una inquietud de Manito Santana. Espero haberlo logrado.

A raíz de la reproducción de dos textos que publiqué recientemente sobre la historia de Mao, uno contenido en el Censo de Mao de 1918 y otro de Vicente Tolentino, Manito me lanzó una andanada de interrogantes que con sumo placer trataré de responder en las siguientes líneas. Quiero aclarar que se trata de cronológicos y la historia no se reduce a la cronología sino que procura analizar los procesos históricos en el que se articulan componentes económicos, sociales, políticos, culturales, etc.

Comencemos con la propia palabra Mao que en los documentos del siglo XVIII y XIX aparece escrita con h intercalada (Maho) y que de acuerdo con la traducción de un jeroglífico que hizo el médico arqueólogo Narciso Alberty Bosch, Meah (Mao) significa Milagro.

En cuanto a Vicente Tolentino, este asevera que Mao ostentó sucesivamente la categoría de Hato, Puesto Militar y Común, que no eran más que demarcaciones propias del ordenamiento territorial de la República Dominicana.

El hato es una productiva destinada a la crianza libre o extensiva de ganado. Hasta la construcción de los canales de riego este era el principal medio de vida de los habitantes de Mao, actividad que se veía favorecida por las condiciones naturales predominantes en la planicie de Mao: bajo régimen de lluvias y fertilidad de los suelos.

Con relación a lo de Puesto Militar esta demarcación territorial se introdujo en la administración de las provincias el 12 de octubre de 1866 y se suprimió en la nueva Constitución de 1875 que la reemplazó por la división administrativa conocida como Cantón. En este último año, mediante el decreto número 1441, del 7 de agosto de 1875, se erigió a Santa Cruz de Mao en Cantón de la provincia de Santiago de los Caballeros. El dato aparece en el tomo sexto de la Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones de la República Dominicana, página 465. De manera que Vicente Tolentino yerra pues Mao nunca fue Puesto Militar. Sobre el particular el extinto historiador vegano Agustín Concepción, publicó un ilustrativo artículo en La Información.

Abundando un poco sobre la jurisdicción conocida como Puesto Militar, se precisa recordar que durante las epopeyas liberadoras tanto las tropas haitianas como las españolas eludían cruzar por el territorio de Santa Cruz de Mao, sino que lo hacían por la actual carretera Duarte, por las dificultades que implicaba vadear los ríos Yaque del Norte, el río Mao y el Ámina, sobre todo en épocas de lluvias. Este es un dato significativo pues muchas familias se establecieron en Santa Cruz Mao precisamente para protegerse de los desmanes que constantemente perpetraban las tropas haitianas contra la población del Cibao Central.

Pero a fines de la década de los ochenta del siglo XIX en la economía dominicana se produjeron cambios trascendentales con el inicio de las plantaciones azucareras que implicó la constitución de un mercado laboral, el auge de las actividades comerciales, las reformas educativas que empezó a introducir Eugenio María de Hostos, la circulación de periódicos, etc. Para la fecha se produjo un incremento de la población y de las escuelas de Mao. Dos profesores sobresalían en 1880: el cubano Rosendo Pardo quien se hallaba al frente de una escuela en Pretiles con más de cuarenta alumnos y Francisca Javiera Güichardo, profesora nativa de Santiago.

De acuerdo con un artículo publicado por Raymundo Camejo en La Voz de Santiago del 27 de junio de 1880, la población de la común cabecera de Mao ascendía a 588 almas que habitaban en 88 bohíos, “la mayor parte dispersos y mal organizados” y sumada la población de las secciones y parajes totalizaba unos tres mil habitantes.

Estos cambios en el orden demográfico motivaron a las personalidades más activas del entonces cantón de Mao a emprender esfuerzos ante el Congreso Nacional para que al pueblo fuera elevado a Común de la provincia de Santiago, lo cual se cristalizó el 25 de noviembre de 1882.

La Común, como circunscripción territorial se introdujo durante la ocupación haitiana, y viene de la palabra commune que los haitianos asumieron de la organización territorial francesa y que en el caso de nuestro país reemplazó la demarcación de Parroquia, vigente desde la época colonial.

El Código Rural, promulgado por Jean Pierre Boyer el 6 de mayo de 1826, establecía que las comunes se dividían en Secciones agrícolas, las cuales tendrían sus límites y amojonamiento además de que permitirían distinguir las circunscripciones rurales de las comunes; las Secciones, a su vez, están compuestas por parajes. De manera que la actual jerarquización administrativa territorial de la República Dominicana, en orden descendente, es la siguiente: Provincia, Municipio, Distrito municipal, Sección y Paraje.

En 1904, durante el gobierno del sacerdote Carlos Morales Languasco, se emitió el decreto número 4357, de fecha 7 de enero de 1904, se cambió el nombre de la Común de Mao de la provincia de Santiago, por el de Valverde, con la finalidad de honrar la memoria del prócer de la Independencia y expresidente de la República, general José Desiderio Valverde. En esa época nadie protestó contra la desacertada medida y el nuevo nombre ha dado lugar a muchísimas confusiones como lo ha destacado la distinguida profesora Lavinia del Villar.

En torno a la Sociedad El Esfuerzo se sabe que durante el gobierno presidido por el general Ramón Cáceres (1906-1911) se fomentó en todo el país la formación de Sociedades que propugnaran por la “civilización y el progreso” de la sociedad, dada la incapacidad financiera del Estado dominicano para la construcción de obras de infraestructura. Se asumió el precepto de Eugenio María de Hostos de “Civilización o Muerte” y en ciudades como Santiago, La Vega y Puerto Plata se formaron numerosas entidades de este género, muchas de las cuales todavía subsisten como la Sociedad Renovación de Puerto Plata, la Amante de la Luz y Alianza Cibaeña de Santiago, las cuales obtenían sus recursos con las loterías que les autorizaban los diferentes gobiernos. Solo basta leer el libro Sociedades, cofradias, escuelas, gremios y otras corporaciones dominicanas (1974) de Emilio Rodríguez Demorizi para conocer la cantidad de Sociedades que se formaron en la época.

La Sociedad El Esfuerzo de Mao cumplió cabalmente su rol de fomentar el progreso del pueblo de Mao. Financiaba sus actividades con los recursos que percibía de una lotería que le autorizó el Gobierno, la cual tenía un premio de 600 pesos nacionales (El Diario, 10 de abril de 1909). Amado Franco Bidó, quien realizó esfuerzos descomunales para construir el parque “Dolores”, fue uno de los principales propulsores de esta organización que estableció la primera biblioteca pública (calle Duarte, al lado de Radio Mao), impulsó la constitución de la sociedad de Regantes que construyó el segundo canal de riego.

Pero la labor de Franco Bidó no estuvo limitada a la construcción del parque sino también de la Glorieta (concluida en abril de 1909) a cargo del maestro carpintero J. Bautista Estrella. Y más aún: logró que el maestro de música Lorenzo Bustamante viniera a Mao a organizar la Banda de Música como lo refiere el periódico El Diario (10 de abril de 1909) de Santiago, y copio textualmente, respetando la ortografía:

“Entre nosotros el reputado Maestro de Música don Lorenzo Bustamante, quien a iniciativa de don Amado Franco Bidó i de otros elementos de aquí, ha venido a instalar i dirigir una banda de música, que resultará para esta localidad un verdadero paso de avance sobre los que ya tiene dado”.

Los integrantes de El Esfuerzo también edificaron un matadero público (ubicado en la calle Independencia, entre la calle 19 de Marzo y la Baltazar Rodríguez, frente a donde vivía Mamita Bonilla) y el obelisco a los mártires de la Patria, ubicado en la Duarte esquina Sánchez del parque.

En 1906 El Esfuerzo estaba conformado por las élites urbanas de Mao: Benjamín Peña, Jaime Tió Tavárez, Rafael Ventura, José Inocencio Espinal, Manuel de Js. Fondeur, Carlos de la Cruz, Ismael Madera, Juan de Js. Reyes, Estanislao Reyes García, Román de Peña, etc.

3 comentarios:

  1. Estimado Darío,... pláceme saludarte y a su vez reconocer tu válido esfuerzo por esclarecer con detalles pormenorizados, aspectos referentes a los orígenes de nuestro querido terruño. Para mí, a través de la lectura de los tres artículos compendiantes de tu extraordinaria vocación e investigación por la historia maeña, me han edificado con suficientes acreditados argumentos,los que me permiten articular con certeza las ideas primigenias de nuestro particular gentilicio.
    Esta oportunidad de enjundiosas informaciones y datos referenciales por tu parte, me facilita reconocer en tí, la agudeza y el esmero que dispones en los trabajos investigativos que acometes con mucha entereza y dedicación.
    Gracias por este gran esfuerzo, clave para que todo maeño conozca de fuentes autorizadas, los útiles pormenores sobre su lar nativo.

    Bendiciones y luces en tus atinadas ejecutorias.

    Cuqui Rodríguez Martínez.

    ResponderBorrar
  2. Rafael Dario, que bueno que hayan personas preocupadas por dar a conoce el origen de su pueblo y sus gentes, sigue hacia delante que vale la pena.

    Con cariño

    Papito Mármol

    ResponderBorrar
  3. ¡Tremendo artículo! ¡Cuánta información valiosa! Te felicito, Rafael Darío.

    Aprovecho para hacerte una pregunta: ¿Se tiene información documentada, acerca de dónde (en qué parte del Mao actual), se establecieron las primeras familias que llegaron al Hato de Mao? Gracias anticipadas por la amabilidad de tu atención.

    Un abrazo,

    Fernan Ferreira.

    ResponderBorrar

Haga su comentario bajo la etiqueta de Anónimo, pero ponga su nombre y su dirección de email al final del mismo: NO SE PUBLICARÁN COMENTARIOS SIN NOMBRE Y SIN DIRECCIÓN DE EMAIL. Los comentarios ofensivos y que se consideren inapropiados, tampoco serán publicados.
El administrador