lunes, 14 de diciembre de 2009

PEDRO QUILVIO PELAYO TIO JIMÉNEZ (1 de 3)


UN DIAMANTE QUE QUEDÓ EN EL CAMINO
Por Manuel Rodríguez Bonilla
Miembro Fundador del Comité de Historia de Mao, Inc.

Segunda parte

Tercera parte

El 31 de enero del año 1940, en el hogar de los señores Pelayo Tió y Josefa Jiménez (ambos maeños), nace el niño Pedro Quilvio Pelayo. Desde muy niño le gustó el juego del béisbol, deporte que inició de manera organizada siendo aún muy pequeño y desde donde exhibió cualidades de un portento.

A los 10 años de edad se inició jugando con uniforme en el equipo “Rivadavia Bar”, representando el negocio de diversión que en esos años estaba ubicado en la esquina de las calles 27 de Febrero con Hermanas Mirabal (donde hoy está el negocio “Panchito Sport”). El "pley" de pelota donde los niños de la época desarrollaban los juegos estaba en el área donde hoy está el Mercado Municipal, a unas tres manzanas o cuadras del Parque Amado Franco Bidó, el principal de la ciudad. Muy próximo a éste, estaba el llamado “pley de los grandes”, en la porción donde hoy está la iglesia evangélica frente al Colegio de Doña Camelia.

Recuerda nuestro presentado que el manager de ese primer equipo en el que jugara lo era, el también jugador, Carlos Juan Fermín, quien más tarde se destacaría como uno de los más seguros jardineros centrales que haya producido en su historia el municipio de Mao. Quilvio inició la práctica del béisbol como "utility", es decir, jugando en diversas posiciones, pero ante su potente brazo, en poco tiempo fue dejado como lanzador del equipo. Esto ocurría por el año 1950. Posteriormente, teniendo una edad entre 12 y 13 años, jugó con el equipo “Tienda Ferreira”.

SU PARTICIPACIÓN EN EL BEISBOL AMATEUR

A los 15 años de edad Quilvio Tió fue integrado al equipo “Hacienda Bogaert”, patrocinado por la finca Bogaert de la ciudad de Mao, teniendo como manager al ya experimentado Archibaldo Taveras, de quien aprendió muchos de los secretos del juego de pelota. Desde este equipo pasó a jugar amateur con el conjunto “Estrellas Maeñas” que dirigía el puertoplateño César Reyes Kunhart (quien casó con Flérida Eneida Tió Brea, hija de su tío Marino Tió). Destaca que para estos tiempos, los guantes de jugar en el nivel amateur eran confeccionados de lona de camión, y los "spikes", o zapatos de jugar, eran diseñados de polaina de guardia ya inservibles para el uso militar, a los que colocaban los ganchos que hacían comprar en el comercio de la ciudad de Santiago. Destaca que Blas Ventura, quien más tarde se destacaría como uno de los más grandes lanzadores amateur del municipio maeño, era zapatero y quien hacía estos famosos calzados.

Recuerda Quilvio Tió que los ocho jugadores regulares de posiciones que integraban ese primer equipo amateur que participó representando a Mao en diversas competencias lo integraban el fogoso Neney Ventura (receptor), Negro Minier (primera base), Lulú Santos (2da base), Félix Santana (campo corto), Rafael Reyes Gómez (mejor conocido como Pitifa) en la tercera base; los hermanos Hugolino y Mario Guzmán (hijos de doña Patria Guzmán Deschamps, maestra que llegó a Mao desde la ciudad de Santiago) se repartían el jardín derecho y central, respectivamente, y Archibaldo Taveras estaba como propietario del jardín izquierdo. Carmelo Polanco era el jardinero sustituto, que seguía en calidad a los mencionados más arriba. La rotación de lanzadores estaba integrada por Blas Ventura (zurdo), los derechos Quilvio Tió, uno conocido como Cañeo, Polín Jiménez (resalta que era muy bueno y jugó profesional con las Águilas Cibaeñas), Filiberto Peña, Frank Reyes y Francisco Javier Coma (mejor conocido como Bilo). También, estaba el pitcher zurdo Belaria Espinal.

Resalta nuestro presentado que aún siendo muy joven debió enfrentar a un equipo muy poderoso que existía en el noroeste, en la comunidad de Batey Madre, el cual estaba compuesto por jugadores que al momento o poco después eran Selección Nacional, dentro de los que estaban el cátcher Eufemio Marte, Ñoño Taveras (1era base), Cuco Marcelino (2da base), Ramón Corcino (campo corto), Buda Capellán (3era base), Gallo Martínez (jardinero central), Papo Santos (jardinero izquierdo), Paquito Santos (jardín derecho) y Juan Sánchez (jardinero sustituto). De este equipo fue que surgió el gran equipo de Manzanillo, patrocinado por la compañía norteamericana Grenada Company dedicada al embarque de guineo.

SU ENFRENTAMIENTO CONTRA JUAN MARICHAL

El equipo “Estrellas Maeñas” participaba dentro del torneo de la región noroeste enfrentando a los conjuntos de Villa Vásquez, Montecristi, Manzanillo, Santiago Rodríguez y Dajabón. Precisa nuestro recordado que el equipo de Manzanillo, al ser sus jugadores pagados por la compañía bananera norteamericana Grenada Company, “constituía una poderosa selección, con un “staff” de pitcheo considerado como el más completo y mejor del mundo, a nivel amateur”.

Recuerda que dentro de sus primeras experiencias como lanzador amateur a nivel regional, teniendo la edad de sólo 15 años, debió enfrentar a un lanzador que ya era conocido por su alta calidad: Juan Marichal. Destaca que en su primer enfrentamiento el juego se fue cero a cero hasta la altura del noveno "inning", ganando finalmente el juego 1 x 0 gracias a un cuadrangular que diera en el terreno el mismo Quilvio Tió. Se ganó tanto la confianza del manager que, cada vez que correspondía enfrentar al poderoso conjunto de Manzanillo en visitas de este a Mao o viceversa, la bola le era entregada enfrentando a Marichal en la mayoría de las ocasiones, resultando vencedor en el 80% de los casos. El enfrentamiento Quilvio-Marichal era siempre esperado por la afición de ambos pueblos noroestanos, cada vez que se enfrentaban los equipos representativos de Mao y Manzanillo.

Otros lanzadores del fuerte conjunto de manzanillo, y que en ocasiones debió enfrentar, siendo Quilvio aún muy muchacho (edad entre 15 y 16 años), lo eran Midomio Santana, Joaquín García Gil, uno de apellido Scarfullery y Purito Olivo, entre otros. De los bateadores más poderosos que debió enfrentar están Guillermo Rey, Galana Cartagena, Tati Payano, Lelito Cruz y Franklin Vásquez.

Cuando Quilvio Tió enfrentaba al equipo Batey Madre o el de Manzanillo, generalmente debía lanzar unas 15 entradas, pues lanzaba completo el juego de la mañana y en el de la tarde era ingresado por el manager como relevista, alcanzando fama de “brazo saludable y potente”. Ya con esta fama ganada como lanzador, en diferentes momentos fue llamado a reforzar a los equipos de Navarrete, Puerto Plata y Santiago, cuando estos enfrentaban a combinados de Santo Domingo y otras regiones del país.

Con 17 años de edad, en el 1957, el prometedor lanzador maeño fue escogido entre 200 jugadores que alojaron en el estadio de béisbol de La Normal, en Santo Domingo, para representar a la República Dominicana en el Tercer Campeonato Mundial Juvenil de Béisbol, celebrado en México. Enfrentó al siempre poderoso equipo de Cuba y el de El Salvador, ganando ambos encuentros, contribuyendo a que nuestro país alcanzara el 3er lugar, detrás del anfitrión México y Cuba.


En el 3er Torneo Mundial Juvenil celebrado en México. Foto tomada en el Pley del Hospital del Seguro Social de Ciudad de México. De izquierda a derecha: Chachy Rodríguez, Achú Pérez (de la Fuerza Aérea), Bienvenido (Kaky) De la Cruz Tejada (del EN, luego jugó con el Licey), Quilvio Tió (del entonces equipo Estrellas Maeñas) y Tomás Martínez Guerrero (del CAMI), todos pitchers. (En este torneo, también, jugó como Campo Corto, Luis Shecker Ortiz.)

Al regresar del Torneo Mundial Juvenil en México, su amigo Amadeo Torres (estudiante de la Escuela de Artes y Oficios de Santo Domingo), le requirió que antes de irse a Mao se quedara unos días para que ayudara al equipo de béisbol de la Escuela de Artes y Oficios que al momento participaba en un torneo amateur y estaba perdiendo muchos juegos. Quilvio ganó los 8 juegos en los que participó (todos en un mes), recibiendo al final el presente certificado como el mejor pitcher del Torneo.


ESPERE EN EL PROXIMO NÚMERO SU PARTICIPACIÓN CON LAS AGUILAS CIBAEÑAS Y EL BEISBOL PROFESIONAL ORGANIZADO DE ESTADOS UNIDOS

2 comentarios:

  1. Ver a Quilvio lanzar era una experiencia única... ¡Qué velOcidad! No tuve el privilegio de verlo lanzar contra Marichal, pero mis hermanos me dicen que lucía superior a éste.
    Tremendo artículo, amigo Manuelo. ¡ENHORABUENA!
    Isaías

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  2. Recuerdo muy bién a Quilvio, siendo estudaiantes, un día nos pusimos a jugar, yo tenía una navajita de afeitar que normalmente usaba para sacarle punta a los lápices, le coloqué la dichosa navaja sobre su muñeca izquierda y el trató de quitarmela con un movimiento brusco y le causé una cortada no muy profunda en la piel, sangró bastante, pero no me denunció. Quisiera seguir leyendo los próximos artículos de Manuel y saber cual fué el bateador que casi le destrozó la cara. La verdad que cuado se subía al montículo de lanzar era un verdadero espectáculo. También recuerdo a su padre don Pelayo, que con su mano derecha y con la ayuda de un pañuelo clavaba un clavo en una tabla de madera. Saludos
    Palo

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