domingo, 3 de abril de 2011

A PROPÓSITO DE...

DON DOMINGO RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ
Por Fernando Ferreira Azcona

Domingo Antonio Rodríguez y Rodríguez nació en Mao, Valverde, el 10 de Marzo del año 1920. Inició su vida laboral a muy temprana edad, siendo su primer empleo en la oficina local de correos y telecomunicaciones, que a la sazón estaba ubicada en la calle Duarte, al lado de donde funcionó el Cine Jardín, casi frente a la residencia del Dr. Próspero (Yuyú) Reyes. Allí laboró bajo las órdenes del Sr. Lorenzo Muñoz, padre (por engendro, como ellos dicen) de Rafael (Lilí) y Manito Santana, durante los años 1940 al 1943. Unos dicen que como cartero y otros que como auxiliar de oficina. Lo cierto, sin embargo, es que su salario era de RD$4.00 (cuatro pesos) al mes.

Su espíritu de superación le llevó a inscribirse en la escuela comercial donde se graduó de Perito Comercial y Mecanógrafo, lo cual le capacitó para trabajar en la Factoría J. Ismael Reyes & Sucesores, en calidad de Asistente o Auxiliar de Oficina. Esta empresa absorbió el resto de su vida laboral, ya que trabajó en la misma hasta su retiro.

Debido a su laboriosidad, entrega y conocimiento del negocio, fue ascendiendo en el escalafón de la empresa citada, llegando a ser, dos o tres décadas después, su Administrador General. A la muerte del Presidente y Fundador de la misma, Don Ismael Reyes, poco a poco, fue comprándoles acciones a los sucesores de éste, todos profesionales académicos, residentes en Santo Domingo, a quienes no les interesaba continuar con el negocio que había fundado su padre. Es así, con el transcurrir del tiempo, como el señor Domingo Rodríguez llega a ser el dueño o principal accionista de la empresa J. Ismael Reyes & Sucs.

En el ínterin, Don Domingo Rodríguez casó con la señorita Hilda Rodríguez, con quien procreó a sus hijos Liberto, Angelina y Sonia Rodríguez Rodríguez. Lamentablemente, esta pareja no tuvo una vida matrimonial armoniosa y terminaron divorciándose varios años después.

Transcurrieron dos o tres años, durante los cuales Don Domingo se mantuvo soltero. Recuerdo que tenía rentada una habitación en la casa localizada en la calle Talanquera #31, frente a un hotelito ubicado entre las calles Gregorio Aracena y Máximo Cabral y justo al lado de la casa (Talanquera #33) donde vivió por muchos años, después de casarse en segundas nupcias.

Efectivamente, nuestro protagonista conoció, se enamoró y casó con la señorita María Altagracia Azcona (Talla), hermana menor de nuestra adorada Madre, la que desde muy pequeña vivió con nuestros padres, cuando estos se casaron, en el año 1939. Es decir, que Talla, fue para nosotros como una segunda Madre, y como tal, atesoramos los años vividos junto a ella, la amamos y la recordamos.

La pareja formada por Domingo y Talla procreó tres hijos. Son ellos Magda Alina, Rafaelina y Domingo Antonio (Tony) Rodríguez Azcona. Además, criaron a nuestra prima hermana, María Teresa Herrera Azcona, quien había quedado huérfana a muy temprana edad.

Dice un viejo adagio que “detrás (yo diría que al lado) de un gran hombre, hay una gran mujer”. Y es que el progreso socioeconómico de la familia Rodríguez Azcona se debió en gran parte al trabajo desarrollado por Talla y al apoyo que le brindó a su querido esposo. Me parece verla, batiendo y horneando bizcochos, exprimiendo naranjas y haciendo otros jugos naturales para ponerlos a la venta en la Barra Central, ubicada en la calle Duarte esquina Trinitaria, diagonalmente al Royal Bank of Canadá, donde hoy está el Banco de Reservas, en Mao, y que ella atendía personalmente la mayor parte del tiempo. Posteriormente, abrió otra sucursal no tan exitosa, en la calle Gregorio Aracena esquina San Roque, próximo a la Factoría J. Ismael Reyes & Sucs.

Como ya he señalado, al casarse, Domingo y Talla alquilaron una casa en la calle Talanquera #33, al lado de mis tíos Estanislao y Argentina Ferreira (entre las calles Gregorio Aracena y Máximo Cabral). Allí vivieron por muchos años.

Producto del arduo trabajo y una vida austera, lograron ahorrar con que comprar la casa que habían construido Doña Jeanne Bogaert y Don Ramón Delgado, en la calle Duarte #29, frente a donde vivieron Don Juan y Doña Gloria de Barrera (abuelos maternos de Cucho, Peché, el Chino, Rina y Santiaguito Amaro) y ubicada también diagonal a nuestra casa paterna en la Duarte #40. Posteriormente, compraron el solar baldío de la calle Duarte con Independencia, y construyeron el edificio donde funciona hoy la Tienda Ferreira (Duarte #31), con su vivienda familiar en la segunda planta.

En honor a la verdad, debo señalar que Don Domingo Rodríguez es una de las personas más espléndidas que he conocido en toda mi vida. De carácter alegre, disfrutaba al máximo recibir a sus amigos y familiares en su hogar; así como las fiestas familiares, las cuales se caracterizaban por la abundancia y las finas bebidas, que como anfitrión, brindaba a sus invitados. Asimismo, cuando frecuentábamos algún restaurante, club privado o sitio público, “había que pelear” con él para evitar que pagase el 100% de la cuenta.

Esa alegría de Don Domingo ha quedado grabada en mi mente en una canción de la época que a él le encantaba escuchar y silbaba constantemente, y que interpretaba Joseíto Mateo: No sé porque vida mía, no me dices ya que si; si no hay momento del día, que no esté pensando en ti… a la lala lalala…”

Amante de los niños. Sostenía la teoría de que “a los niños hay que enseñarlos a sonreír y a reír a muy temprana edad, pues de lo contrario, viven “entruñados”. En esta tesitura, cargó, le cantó el “cotengo” (una “canción infantil” de su autoría) y bailó a todos los descendientes de la familia Ferreira Azcona, quienes con mucho amor y respeto se refieren a él como Tito Mingo.

¡Don Domingo, Mi Compadre, que el Señor le dé mucha salud y muchos años más de vida! ¡Usted es como un segundo Padre para nosotros! ¡Que Dios le bendiga siempre!

3 comentarios:

  1. Quien no conoce a Don Domingo se confunde,lo prejuicia como hombre grosero. Basta con conversar un minuto con él y notarás la diferencia.Siempre en nuestra pláticas salía un consejo de su parte y una narrativa histórica de su vivir de aquellos tiempos en que inicia su lucha contra la pobreza,estallando en risas por haber logrado cada escalón para superarla.

    Mis respetos a Don Domingo y Familia.

    Manito

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  2. Ejemplos como los del Don Domingo Rodriguez son los que nuestra juventud debe imitar. Prepararse para luego ir en busca de un mejor porvenir para los suyos, de una manera decorosa, pulcra y honesta. Mucha salud a este municipe que llena de orgullo a nuestro querido pueblo.

    Cesar Nunez.

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  3. Mis hijos todavía recuerdan con cariño la bulla que don Domingo les hacía cuando iban de vacaciones a Mao. Ese Cotengo debió haber sido filmado y guardado para la posteridad.
    Don Domingo, que haya sido parte de mi vida, ciertamente la enriqueció. Gracias por compartir mis comicadas y gozarlas como el que mas: "Por qué no te quita el saco, que por que no te quita el saco..." interpretaba, mientras levantaba exageradamente los hombres y caminaba como cojo a quien le quitan la muleta y le decía a don Vitalo: "Compadre, el Isaia na ma va a servir pa comico" y se moría de la risa... como Fernan también recuerdo "No sé porqué vida mía" y "La Camelia", de Joseíto Mateo que tanto le gustaban, pero también "Las Palmeras", de Alberto Cortez. Su alegría emanaba espontánea y contagiaba. Gracias por ser el ser humano que ha sido.
    Un gran abrazo y muchos besos en mi nombre y el de mi familia.
    Dios le bendiga por siempre, don Domingo.
    Isaías

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