lunes, 21 de junio de 2010

YO ME ACUERDO...

De cómo me contó Evelio su muerte y su regreso súbito a la vida*

Por Tony Raful.

Eran los días finales de la guerra de abril de 1965.

El Presidente Caamaño había presentado renuncia a su cargo ante una multitud inmensa que copaba toda la Fortaleza Ozama, otrora símbolo de represión y convertida de súbito en una plaza de libertad. Se habían conocido los acuerdos que pusieron el fin al conflicto (Acta Institucional y Acta de Reconciliación Dominicana).

Sobre la tarima, los presentes observaban imantados una imagen legendaria. Un hombre que apenas unos meses antes había cambiado su oficio de verdugo por el de patriota. Un hombre que se había alzado con la gloria. Una luz nimbaba su frente cuando juraba luchar hasta la muerte por la independencia plena y por la justicia social. El Coronel Caamaño entraba orondo a la historia dominicana.

De la Fortaleza Ozama empezaban a salir los omnibuses que llevaban a sus respectivos pueblos a los jóvenes constitucionalistas que durante casi cinco meses habían participado en los combates.

Iban entonando sus canciones, coreando sus consignas. En una de esas guaguas iba Evelio Martínez, dirigente del Partido Revolucionario Dominicano. Al llegar a Mao encontraron al pueblo en las calles que lo recibía como héroes. Era la patria agradecida acogiéndolos en su regazo. Entre la muchedumbre Evelio vio el rostro eufórico de su compadre Milet Haddad, quien tenía en su cuerpo las cicatrices de las heridas sufridas en el centro de torturas de la 40 “por los esbirros trujillistas”.

Evelio Martínez conjuntamente con el gobernador de Mao, Milet Haddad, y tres compañeros de partido salieron a las cinco de la madrugada el 22 de octubre de 1965 en un vehículo con destino a Santo Domingo.

Fueron interceptados en los alrededores de Santiago por fuerzas militares que luego de haberlos tenido bajo detención durante algunas horas en la base militar de esa ciudad, simularon que lo iban a llevar para fines de investigación a Santo Domingo, variando la ruta y conduciéndolos hacia Puerto Plata, donde supuestamente el Fiscal los esperaba.

Siguiendo la misma ruta por donde murieron asesinadas las tres hermanas Mirabal, y en horas de la noche, estos jóvenes fueron acribillados dentro de un pequeño automóvil, Milet Haddad, el Gobernador de Mao, fue ultimado de un balazo en el cuello, mientras una lluvia de plomo parecía reventar el pequeño auto al borde del precipicio. Evelio Martínez recibió cuatro balazos, entre ellos, uno en le cráneo. Sus compañeros estaban en igual situación (salvo uno de ellos que logró escaparse en un descuido y lanzarse en el abismo). Cuando la patrulla entendió que estaban bien muertos, se acercó y roció gasolina abundantemente sobre el vehículo con los jóvenes dentro, le prendieron fuego y lo tiraron en el precipicio. El auto ardió como una palma de fuego.

Por esas casualidades que tiene la vida, el carro dio varias vueltas pero se detuvo a pocos metros contenido por el tronco robusto de un árbol. En su interior, Milet Haddad estaba reducido casi a cenizas, mientras Evelio Martínez había muerto.

Cuenta Evelio que cuando recibió el balazo en la cabeza vio muchas estrellas y sintió que se elevaba, como si se hubiese liberado de dolor y del miedo.

Empezó a ascender y miraba hacia abajo y veía a su familia. Veía a sus hijos, a su madre, a su esposa, realizando labores rutinarias en la casa y trataba de hablarle pero ellos no respondían.

Sigue diciendo Evelio que de repente se encontró en un sitio muy hermoso, un especie de gran llanura de extensión enorme. Entonces empezó a caminar por un camino que había entre la llanura, a cuyos lados había mucha vegetación. Dice Evelio que era un escenario muy bonito, que había colores muy fuertes, inexplicables, enloquecedores.

Evelio señala que se encontró con sus familiares muertos, así como con sus amigos desaparecidos. En ningún momento los veía como muertos, sino como si estuviese en Mao departiendo con ellos. Ellos lucían alegres, felices y les hacían señas que viniera hacia donde ellos estaban. Todos vestían de blanco y le transmitían un mensaje que él entendió. Tenía que empezar a llenar unos tanques que estaban al lado de las personas. Cuando se asomó a uno de los tanques con la cubeta para llenarlo de agua, vio que esos tanques no tenían fondo y soltó la cubeta, produciéndose un ruido extraño con un eco grande y dijo: “¡Cómo voy a llenar este tanque si no tiene fondo!”. Fue en ese momento cuando se produjo el retorno, súbitamente a la vida.

Prácticamente quemado (parte de su cuerpo quedó para siempre chamuscado), con un balazo en la cabeza y tres en el cuerpo, Evelio logra salir del carro y sobrevivir a la tragedia. La historia es larga y compleja. La mano de Dios estuvo presente sin dudas de ninguna especie, 24 años después, Evelio tiene profundamente arraigada la idea de un mundo espiritual del cual tuvo asomo y que ha transformado su existencia en un hombre de fe religiosa y amor al Creador.

*Publicado en el periódico Ultima Hora el 22 de Octubre de 1989

3 comentarios:

  1. Para mi es un orgullo leer o escuchar esta historia, y cada vez que la escucho pienso cuantas historias no pudieron llegar a la luz del día, cuantos héroes pasaron al anonimato porque no pudieron contarla, cuantas almas quisieran que se supiera su mal destino por las manos trujillistas y otro dictadores que después consideramos buenos hombres y buenos escritores.

    El Pueblo tiene que leer y recordar nuestra historia, las atrocidades que se perpetraron en los diferentes régimen, nunca olvidemos nuestra historia.

    Es un orgullo ser Dominicano y Maeño, pero más que todo es un honor pertenecer a una familia que siempre puso el bienestar de la Patria en frente del suyo propio; Larga vida tío Evelio.

    Gabriel Eduardo Pena Martínez (Edwin)
    Gabrielepena1@gmail.com

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  2. Evelio : Siempre he tenido el dolor de que los héroes maeños sean recordados circuntancialmente
    como el grupo de uds. y otros ,que tuvieron que ver con la hoy Democracia que vivimos y parte de la culpa las tenemos nosotros los padres que nunca le decimos nada a nuestros hijos.
    Creo que en las Escuelas públicas y los Liceos hay Historia, moral y Civica, y tomar 15 minutos para hablar de los héroes de tu pueblo,no hay que dar examen,es hablarles de los cambios y como se produjeron y quienes participaron. Es cuestión de Conciencia.

    Evelio, tú eres uno de ellos,Dios te bendiga.

    MANITO

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  3. mi papa fue uno de esos sobreviviente ,el carro q ellos andaban era de mi papa y el fue q se lanzo hacia el precipicio y se salvo melagrosamente,pero ese fue uno de los tantos atentados q fue victima mi padres,RAMON EMILIO CABRERA(tito)gracias por esta publicacion att jimmy cabrera.

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