sábado, 19 de junio de 2010
Los "Cantalindo" de la Catedral de Mao
Por Dayanara Reyes Pujols
dayanara.reyes@listindiario.com
Al llegar a la eucaristía de la catedral Santa Cruz cada fin de semana se siente un aire divino con los cánticos de dos hermanos de cuatro y siete años de edad, César Eduardo y Luis Ángel, quienes cantan desde lo más profundo al Señor haciendo olvidar las penas y pecados a quienes los escuchan.
Una y otra vez, todos los presentes se quedan asombrados con la pasión con la que ellos entonan canciones como: “Un nuevo amor, paz en la tormenta”, las cuales señalan como sus interpretaciones favoritas, con las cuales dan su vida y corazón a Jesús.
Descendencia
Son hijos de Lupe Perdomo y César Acosta, integrantes del coro desde hace diez años, justo cuando contrajeron nupcias. Una familia donde no solo se entonan canciones, sino que se tocan instrumentos para acoplar sus interpretaciones en la catedral. El párroco Lucas dijo: “Tienen una voz preciosa”, mientras cantaban llenos de pasión. Impresiona ver como Luis Ángel de cuatro años, quien cursa el pre-primario alaba al Señor con sus ojos cerrados, mano en el pecho y con una dicción que eriza a quien capta este momento glorioso.
“Antes de hablar bien ya mis hijos cantaban las canciones de las telenovelas. Estoy orgullosa de ellos". Dice Lupe Perdomo, madre de los niños y parte del coro de la catedral.
Los feligreses le llaman “Los cantalindo”. Estos pequeñines también cantan en graduaciones, novenarios, bodas…, proyectando su ternura, inocencia y mostrando la presencia del Creador a través de sus cantos.
Según sus propias afirmaciones cantan para “Dios, la comida y buscar los chelitos”, frase impulsada por su padre, quien se destaca por tocar el piano en las misas y quien considera que sus hijos lo han superado a pesar de la edad, pues tocan batería, piano y guitarra.
Su madre cuenta que desde los tres años los sorprendía cantando temas de telenovelas, aunque no hablaban claramente. Su hogar es un lugar donde se respira unión y paz.
dayanara.reyes@listindiario.com
Al llegar a la eucaristía de la catedral Santa Cruz cada fin de semana se siente un aire divino con los cánticos de dos hermanos de cuatro y siete años de edad, César Eduardo y Luis Ángel, quienes cantan desde lo más profundo al Señor haciendo olvidar las penas y pecados a quienes los escuchan.
Una y otra vez, todos los presentes se quedan asombrados con la pasión con la que ellos entonan canciones como: “Un nuevo amor, paz en la tormenta”, las cuales señalan como sus interpretaciones favoritas, con las cuales dan su vida y corazón a Jesús.
Descendencia
Son hijos de Lupe Perdomo y César Acosta, integrantes del coro desde hace diez años, justo cuando contrajeron nupcias. Una familia donde no solo se entonan canciones, sino que se tocan instrumentos para acoplar sus interpretaciones en la catedral. El párroco Lucas dijo: “Tienen una voz preciosa”, mientras cantaban llenos de pasión. Impresiona ver como Luis Ángel de cuatro años, quien cursa el pre-primario alaba al Señor con sus ojos cerrados, mano en el pecho y con una dicción que eriza a quien capta este momento glorioso.
“Antes de hablar bien ya mis hijos cantaban las canciones de las telenovelas. Estoy orgullosa de ellos". Dice Lupe Perdomo, madre de los niños y parte del coro de la catedral.
Los feligreses le llaman “Los cantalindo”. Estos pequeñines también cantan en graduaciones, novenarios, bodas…, proyectando su ternura, inocencia y mostrando la presencia del Creador a través de sus cantos.
Según sus propias afirmaciones cantan para “Dios, la comida y buscar los chelitos”, frase impulsada por su padre, quien se destaca por tocar el piano en las misas y quien considera que sus hijos lo han superado a pesar de la edad, pues tocan batería, piano y guitarra.
Su madre cuenta que desde los tres años los sorprendía cantando temas de telenovelas, aunque no hablaban claramente. Su hogar es un lugar donde se respira unión y paz.
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