miércoles, 16 de junio de 2010
Tito Trueno
VIVENCIAS
Por Pablo Mustonen
Era fuerte, alto y bien parecido, siempre sonriente y dispuesto a cualquier cosa por defender a sus amigos.
Me tocó trabajar con él en la finca de Guayacanes; era sobrino de doña Sofía Chávez y nuestra oficina estaba ubicada frente a la casa de su tía.
Atendíamos la finca de mi medio hermano Eddy. Para ese entonces, a los trabajadores esporádicos no se les podía rebajar nada del primer pago.
Los "lomeros" no conocían esta ley y tomaban en "vales" por adelantado los días trabajados y se marchaban a las lomas. La ley era bien precisa y se debía guardar el dinero por tres meses. Teníamos una gaveta llena de sobres con dinero, hasta que a Tito se le ocurrió la idea de revisar las nóminas anteriores y notamos que había un "dineral" ya vencido.
Abrimos unos cuantos sobres y enviamos a Laguna Salada por unos cuantos potes. Unas cuantas horas más tarde, se nos acaba el ron; Tito se ofrece a ir a la bodega de "Los Muchachos" que era de Hucho y Luis Mauricio y para acortar distancia decide irse por el arrozal.
Me cansé de esperar y tomé la decisión de ir por Tito. A mitad del camino lo encuentro con las piernas hundidas en un lodazal y le pregunto: "Tito y que fue lo que te pasó". Echándose lodo y agua sucia por todo su cuerpo, me responde: "Oh, no me ves, bañándome, a ver si se me quita el jumo".
¡Eso era vivir!
Por Pablo Mustonen
Era fuerte, alto y bien parecido, siempre sonriente y dispuesto a cualquier cosa por defender a sus amigos.
Me tocó trabajar con él en la finca de Guayacanes; era sobrino de doña Sofía Chávez y nuestra oficina estaba ubicada frente a la casa de su tía.
Atendíamos la finca de mi medio hermano Eddy. Para ese entonces, a los trabajadores esporádicos no se les podía rebajar nada del primer pago.
Los "lomeros" no conocían esta ley y tomaban en "vales" por adelantado los días trabajados y se marchaban a las lomas. La ley era bien precisa y se debía guardar el dinero por tres meses. Teníamos una gaveta llena de sobres con dinero, hasta que a Tito se le ocurrió la idea de revisar las nóminas anteriores y notamos que había un "dineral" ya vencido.
Abrimos unos cuantos sobres y enviamos a Laguna Salada por unos cuantos potes. Unas cuantas horas más tarde, se nos acaba el ron; Tito se ofrece a ir a la bodega de "Los Muchachos" que era de Hucho y Luis Mauricio y para acortar distancia decide irse por el arrozal.
Me cansé de esperar y tomé la decisión de ir por Tito. A mitad del camino lo encuentro con las piernas hundidas en un lodazal y le pregunto: "Tito y que fue lo que te pasó". Echándose lodo y agua sucia por todo su cuerpo, me responde: "Oh, no me ves, bañándome, a ver si se me quita el jumo".
¡Eso era vivir!
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A la verdad que me he tenido que reir con tus ocurrencias, Pablo. Esta. la de Tito Trueno la he disfrutado mucho.
ResponderBorrarInsisto que recopiles todas estas remembranzas y las publiques.
Abrazos.
Jorge Manuel.