viernes, 15 de abril de 2011

EN PRIMERA PERSONA

Por Handry Santana

Soy la brisa que se escapó de un tornado de viejas páginas garabateadas por el pálido tiempo. Soy el guardián de mi propio instinto, guardado en la celda de mis dolores. Soy la duda que te despierta en las mañanas con el café agrio de la rutina.

Cabalgo con la mascara de heroína; mientras caigo vencida en la primera historieta. Se van sumando los villanos en la pared donde cuelgo mis conquistas. Con la tinta de la envidia ponen precio a mi cabeza. Yo me escudo en los gigantes en tierra de enanos.

Soy lava ardiendo atorada en tu garganta que convierte en música cada palabra. Soy la letra perturbadora que cae como pluma en las tristes rimas de tus versos. Soy el verbo encarnado en el crucifijo de tu cuello.

Vence el plazo, vuelve el miedo. Me veo volar en cielos ajenos. Es mi lengua el castigo del malvado, mis lágrimas el amparo del que a oscuras planea matar mi alma. Estoy prevenida, al asecho. La carga es un peso que me arranca la esencia y me lanza lejos de mí.

Soy la pausa de las guerras entre pareceres y realidad. Soy el vaivén de la puerta abierta que danza en las sombras de aquel cuarto vacío. Soy el ruido que espanta las eternas noches desveladas.

La apacible muerte visita mis ideas. Una coraza de hierro atesora los latidos, que venciendo la dureza escapan como campanadas. El dulce perfume de la luna embriaga los merodeadores que celan mi trono. Veo la bestia escabullirse por mis uñas, se apodera de mi voluntad. Rasgo las paredes de la venganza saboreando su dulce miel; luego el vacío con sus dudas me congelan.

Soy perfectamente imperfecta en todas las dimensiones. Soy el ocaso de las palabras turbias que están escritas en la mano izquierda. Soy tanto y tan poco que no alcanzo a dar abrigo a los inviernos ocultos en mi desnudez.

Pude ver en la música mentirosa la debilidad de los enemigos que gane en la lotería de la vida. Escuche las voces enredadas en los ojos del malvado. Quebré su osadía con la espada transparente.

Ruedo sobre el caótico mundo que recién descubro, donde la musa caprichosa salta por los techos de la ingratitud. Devoran mis pasos los destinos ajenos marcados en mi territorio. Aprendo a ser otra siendo la misma, sin pedirle permiso a los recuerdos.

Soy la que soy, aunque no logres comprenderlo. Escojo mi propia carne para seguir viviendo. Me regalo las horas que me faltan por vivir a tu lado. Me regalo las sonrisas que el sol no ha visto que serán tuyas cuando comprendas quien soy.

1 comentario:

  1. Que Dios siga iluminando el pensamiento de esta maravillosa mujer. Cuantas sabidurías vertidas en entonadas palabras. Que el camino se despeje, para contar los pasos del sol durante el día y esperar que la noche transcurra para ver el nuevo amanecer.
    Admirablemente,
    ley S.

    ResponderBorrar

Haga su comentario bajo la etiqueta de Anónimo, pero ponga su nombre y su dirección de email al final del mismo: NO SE PUBLICARÁN COMENTARIOS SIN NOMBRE Y SIN DIRECCIÓN DE EMAIL. Los comentarios ofensivos y que se consideren inapropiados, tampoco serán publicados.
El administrador