domingo, 27 de junio de 2010

ADIÓS DOCTOR DEL VILLAR

REFLEXIÓN
Por Lavinia del Villar

“El hombre toma un trago, el trago toma otro trago, y el trago toma el hombre.”  Proverbio chino.

Mi hermano Yoryi murió en el año 1997, víctima de una afección del hígado, producto de su alcoholismo. Era un ser humano maravilloso, un médico con una carrera profesional exitosa, y una familia hermosa. Un hombre compasivo, caritativo, y servidor de los humildes.

Me entristece todavía pensar que yo, la “Especialista en Adicciones”, no pude ayudarlo aunque traté, y Dios lo sabe. Primero, porque para combatir una adicción la persona, como primer paso, tiene que reconocer que tiene un problema, y él nunca se entregó; y segundo, porque el factor emocional nos quita objetividad, nos convierte en co-dependientes, y por ende en parte de la negación, que es uno de los mecanismos de defensa más fuertes de la familia alcohólica.

Aunque hice muchas intervenciones encaminadas a convencerlo de que necesitaba ayuda, él terminaba afirmando que podía hacerlo solo, que “todavía” estaba en control de su patrón de tomar, y que no había de qué preocuparse. Yo sabía que no era así, pero como mientras más inteligente el individuo, más racionaliza, me dejaba con las manos atadas.

Los dos factores principales del alcoholismo se conjugaron en su comportamiento: Progresión y Compulsión. El primero, el indicador de que la enfermedad es lenta pero progresiva, y el segundo el determinante del momento en que la persona no puede “no beber”.

Tuvo muchos lapsos de abstinencia, pero nunca un período de sobriedad. En abstinencia, paramos por un tiempo, sin cambiar en nada nuestro estilo de vida, y consideramos que no beber es un gran sacrificio que nos hace la vida miserable, aburrida y deprimida. En sobriedad, nos abstenemos y a la vez trabajamos para mantenernos así, modificando conductas y fortaleciendo nuestra espiritualidad. Buscamos ayuda en la forma que nos sea factible, y apelamos a nuestro Ser Superior, cualquiera que sea la idea que tengamos de Él. En sobriedad entendemos que no beber es un regalo que nos proporciona, paz mental, alegría y equilibrio.

O sea que, en abstinencia nos sentimos víctimas; en sobriedad nos sentimos retados.

Lo admiré siempre, aún cuando fallaba, y me llena de orgullo saber que fue mi hermano, y de satisfacción escuchar de muchos, las buenas obras que realizó. Sin embargo, todavía me duele saber que una persona que salvó tantas vidas y ayudó tanta gente, se confió en su propia enfermedad.

Hoy, después de más de 12 años, lo sigo extrañando con la nostalgia que me dejó la impotencia, y con la marcada intención de que este testimonio sirva para salvar una vida, públicamente le digo: “Adiós mi querido Dr. Del Villar”.

8 comentarios:

  1. Lavinia:
    Excelentes y buenos sus comentarios. Me siento triste, si se puede escribir, sobre la muerte de su hermano Yoryi. No se si usted comparte la opinión de muchos investigadores que la nicotina y la cocaína son dos de las sustancias con más poder adictivo para un ser humano.
    Puedes escribir sobre estas dos adicciones en tu próximo artículo.
    Soy hermano de Pablo y de Elsa. Le he dicho a ella que leo de vez en cuando tus artículos en Mao en el Corazón. Saludos cordiales. Mi correo es jorgemustonenmorel@gmail.com.

    Dr. Jorge Manuel Mustonen Morel

    ResponderBorrar
  2. Lavinia :testigo fiel del Dr. Del Villar soy yo ya que formé parte de su equipo becado en tragos.
    Con él era un trago educativo,algo se aprendía,no
    se perdía tiempo.El intermedio del trago era un chiste,pero chistes que quitaban todo tipo de dolor.Creo que a pesar de su inclinacion al trago,cumplió con las exigencias sociales y profesionales.
    Recuerdo cuando él me envió a comprar una marca de ron y le traje otra;quizo enojarse pero yo le dije "no,no,no me hable así, a que me voy, yo soy un lambón exigente!.

    La risa que le provoqué al Dr. perduró para celebrarlo y contarlo con todos sus amigos en todos los sitios donde ingería su valioso trago.

    No lo recuerdo con tristeza,al contrario siempre lo recuerdo con su frase "yo soy un lambón exigente" cada vez que me veia,lleno de risa.

    Dios te tiene en un buen lugar Dr. Del Villar.

    Manito

    Nota : Para esa época yo era menor de edad adelantado.

    ResponderBorrar
  3. Hola Jorge: No se si sabes que Elsita y yo fuimos compañeras de estudios y buenas amigas en nuestra juventud. Tanto a ella como a Pablito los recuerdo con el mayor de los cariños. De ti parece que estabas muy pequeño cuando eso. Bueno, gracias por tu comentario y por compartir mis sentimientos. Espero complacerte la semana que viene porque para esta semana ya tengo que mandar mi columna hoy. Un abrazo... Lavinia.

    ResponderBorrar
  4. Manito: Me hiciste llorar y reir al mismo tiempo. Lo que dices es verdad. Yoryi fue un hombre con ángel. Abrazos, Lavinia.

    ResponderBorrar
  5. Lavinia:

    Yo visitaba en algunas vacaciones a Elsa, en la casa de D. Jeanne y Ramón Delgado, y a Pablo, en Hatico, en la casa de D. Estela y Eduardo Bogaert.Es posible que nos conociéramos en alguna de estas visitas.

    El cuarto de bachillerato lo cursé en el Colegio Santa Cruz de Mao, frente al Parque Central de Mao. Recuerdo a algunas de las alumnas del mismo curso. Estaban Vilerka Ferreira Azcona e Ilonka. Los otros nombres los recuerdo, pero no con seguridad. Dónde están ellas?
    Qué hacen? Viven en Mao? Es posible contactarlas por correo electrónico?

    Gracias Lavinia. Espero tus comentarios la semana próxima. Saludos cordiales.

    Jorge Manuel Mustonen Morel

    ResponderBorrar
  6. Querida Lavinia:

    Excelente artículo. Es impresionante cómo manejas lo afectivo, separado de lo profesional.

    Aunque conocí a tu hermano Yoryi, no tuve la oportunidad de tratarlo.

    ¡Mis felicitaciones!

    Un beso,

    Fernan Ferreira.

    ResponderBorrar
  7. Gracias Fernan por tu comentario tan inspirador.
    Eres una joya. Abrazos de Lavinia.

    ResponderBorrar
  8. Lavinia: Excelente, humano, doloroso, pero real, su testimonio sobre su hermano Yoryi. Lo conoci muy bien, aunque no compartimos tiempo. Pero esto me trajo un dulce y triste recuerdo de mi gran hermano Humberto Reyes (El Chivo), mi contínua exigencias y necesadades hablandole sobre su adicción al alcohol no valieron y vi con gran impotencia como moria producto de manejar mientras tomaba....perdi un gran amigo, hermano y guia musical. Lo comparto con ustedes. Gracias mi querida Profe...Abrazos

    Juan Colon

    ResponderBorrar

Haga su comentario bajo la etiqueta de Anónimo, pero ponga su nombre y su dirección de email al final del mismo: NO SE PUBLICARÁN COMENTARIOS SIN NOMBRE Y SIN DIRECCIÓN DE EMAIL. Los comentarios ofensivos y que se consideren inapropiados, tampoco serán publicados.
El administrador