jueves, 14 de enero de 2010

Hablando al revés

Cosas de Mao
Por Isaías Medina Ferreira

En mi casa paterna, donde en cualquier momento se podían juntar de 10 a 15 mozalbetes, traviesos todos, teníamos un lenguaje “secreto”, que usábamos cuando queríamos comunicarnos “entre nos”, sin que los extraños se enteraran de lo que estábamos diciendo. Casi siempre, como habrán de imaginarse, esa jerigonza la usábamos para murmurar, llamar nombres o relajar a alguien que estuviera presente, sin que la persona se enterara.

Ese lenguaje “cifrado”, dizque “nuestro”, al que llamábamos “hablar al revés”, consistía simplemente en cambiar el orden de las sílabas de las palabras mientras hablábamos. Entre nosotros había verdaderos maestros en ese “arte”, llegando algunos incluso a hablar y a entender tan rápido o mejor al revés que de forma regular. El mejor de todos, sin embargo, era “John Luí”, conocido entre nosotros como “la boa”, quien vivía en casa.

Un día está el grupete en la tienda del Viejo Vitalino, como siempre, dizque ayudándole en sus menesteres, pero en realidad más pendientes en coger los dulces de la vitrina y el azúcar de los cajones (en ese tiempo la tienda era mixta: mitad colmado y mitad de tela y cosas de vestir), tomándonos el pelo o relajando y jugándonos bromas pesadas. Al entrar una señora con “deficiencia crónica de los atributos de Minerva” a la tienda, dice “la boa”: “ché-dia, sa-é ja-vié re-ce-pá na-ú ja-brú”. Y salta la vieja, con un “pique” de puerco espín: “bruja, bruja será tu mama, hijo’ e puta”. ¡Se acabó el hablar al revés ante extraños y expulsados todos de la tienda por un Vitalino a quien no le hacía mucha gracia que relajaran a sus clientes!

Anotaciones:
“ché-dia, sa-é ja-vié re-ce-pá na-ú ja-brú”, quiere decir, por supuesto, “Diache, esa vieja parece una bruja”. Diache, para nosotros, era un eufemismo que usábamos en lugar de diablo, palabra esta última que no podíamos decir pues era considerada una “mala palabra”.




1 comentario:

  1. Jeje, reuerdo perfectamente ese chiste para el cual Tonioan, empleado de la tienda, se presentaba como contertulio principal de John Luis. Me trae muy grato recuerdo. Saludos de Niño Almonte.

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