sábado, 6 de julio de 2013
TERCER CAMINO
PROBLEMAS CON EL DESTINO
Por Lavinia del Villar
“Es mi destino, vivir así/ triste agonía vivir sin ti…” Canción popular
Tengo un problema con el destino... Me intriga, me confunde…, a veces me consuela y otras veces me provoca desconfianza.
Por su culpa vivimos en contradicción, pues tan pronto creemos en que “todo está escrito”, como en que “somos los arquitectos de nuestro destino”.
Por un lado decimos que no importa lo que hagas, porque una vez que el destino ha sido determinado no puede ser cambiado, y por otro proclamamos que poseemos libre albedrío para tomar decisiones que determinen nuestro destino.
Hay quienes dicen que el karma crea el destino, el cual te controla, y que se convierte en un camino trazado del cual no nos libra ni Chencherén.
Vamos de un extremo a otro según nos convenga en el momento, pues tan pronto nos hacemos eco de la expresión, “Cada quien es responsable de su propio destino”, como nos identificamos con la que reza, “Nadie puede luchar contra su destino”.
Así toda la vida andamos yendo y viniendo con el destino a cuesta, porque regularmente nos sirve de excusa para acomodar las consecuencias de nuestras acciones, auxiliándonos de lo incierto para descargarnos en parte de la responsabilidad que nos corresponde en lo que nos sucede.
Pero, ¿qué es el destino? Diríamos que es un término subjetivo que responde a múltiples causas, que pueden ser desde culturales hasta religiosas, y que une diferentes factores que van desde lo genético hasta lo social.
El destino es entonces, una fuerza fatalista que nos clasifica, a algunos en suertudos, y a otros en desafortunados.
Sin embargo, Shakespeare decía: “Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios”.
Se lo dejo de tarea…
Por Lavinia del Villar
“Es mi destino, vivir así/ triste agonía vivir sin ti…” Canción popular
Tengo un problema con el destino... Me intriga, me confunde…, a veces me consuela y otras veces me provoca desconfianza.
Por su culpa vivimos en contradicción, pues tan pronto creemos en que “todo está escrito”, como en que “somos los arquitectos de nuestro destino”.
Por un lado decimos que no importa lo que hagas, porque una vez que el destino ha sido determinado no puede ser cambiado, y por otro proclamamos que poseemos libre albedrío para tomar decisiones que determinen nuestro destino.
Hay quienes dicen que el karma crea el destino, el cual te controla, y que se convierte en un camino trazado del cual no nos libra ni Chencherén.
Vamos de un extremo a otro según nos convenga en el momento, pues tan pronto nos hacemos eco de la expresión, “Cada quien es responsable de su propio destino”, como nos identificamos con la que reza, “Nadie puede luchar contra su destino”.
Así toda la vida andamos yendo y viniendo con el destino a cuesta, porque regularmente nos sirve de excusa para acomodar las consecuencias de nuestras acciones, auxiliándonos de lo incierto para descargarnos en parte de la responsabilidad que nos corresponde en lo que nos sucede.
Pero, ¿qué es el destino? Diríamos que es un término subjetivo que responde a múltiples causas, que pueden ser desde culturales hasta religiosas, y que une diferentes factores que van desde lo genético hasta lo social.
El destino es entonces, una fuerza fatalista que nos clasifica, a algunos en suertudos, y a otros en desafortunados.
Sin embargo, Shakespeare decía: “Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios”.
Se lo dejo de tarea…
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"Mi último fracaso", título de esa canción popular de "Los Panchos" y otros.
ResponderBorrarPero creo que los fracasos no están trazados, creo que suceden por circunstancias presentadas con premeditación o no, en el momento no deseado. A las mismas debes enfrentarlas y seguir hacia donde pretendes llegar.
No puedes dejárselo a Dios para que no te suceda igual al fanático religioso que rechazó la ayuda de 4 botes durante las inundaciones, esperando que el Señor Todopoderoso lo rescatará; olvidando que los mismos había sido Dios quien se lo había mandado, (ayúdate que Dios te ayudará) y si "desde el cielo te caen limones ,aprende hacer limonadas ".
Considero a quien se sienta a esperar que las cosas resulten sin usted hacer un esfuerzo, las frustraciones al no lograrlo les provocan stress que los motivan a tomar decisiones penosas.
Los demás, por desconocer las razones de por qué tomó la decisión de suicidarse, cierran el tema con un "ese era su destino".
Manito
Anónimo dijo...
ResponderBorrarBrillante reflexión querida prima!!!
Agradecemos sobremanera tu loable y desinteresado esfuerzo por nuestro crecimiento personal, Dios te lo devuelva con creces a través de bendiciones, salud, larga y fructífera existencia para ti y familia.
Con reverencia y admiración,
Diómedes Rodríguez Martínez
Gracias Manito y Diómedes por sus motivadores comentarios. Aprecio sobremanera su consideración.
ResponderBorrarBesos.
Lavinia.