martes, 16 de julio de 2013

A PROPÓSITO DE...

ME ENCONTRÉ UNA CARTERA…
Por Fernando Ferreira Azcona = F3A


Como saben mis familiares y amigos más cercanos, recientemente tomé un par de semanas de vacaciones, y estuve por los Estados Unidos de América, desde Alaska hasta Miami, pasando por Seattle, en el estado de Washington. A pesar de las seis horas de vuelo, tanto de ida como de regreso, entre Miami y Seattle, tuve la oportunidad de descansar y recargar la pilas para volver “con más fe” a las labores cotidianas.

Los últimos tres días de este largo “peregrinaje”, lo pasamos en Miami. Quizás debía decir dos, pues el primer día lo perdimos como consecuencia del trasnoche, ya que salimos de Seattle a las doce de la noche y llegamos a Miami, a las seis de la mañana. Luego, fuimos a recoger el carro que habíamos rentado, y para remate, la habitación del hotel, no nos la entregaron hasta las dos de la tarde, pues el “check in” era a las 3:00 PM. Nos pasamos el resto de la tarde durmiendo y por la noche fuimos a comernos una buena carne en el restaurante argentino, llamado Graziano. ¡Se lo recomiendo! Y de su menú, el Bife Gaucho, “no tiene padre, ni madre”. ¡Sencillamente superbo!

Como andaba con mi querida esposa Nana, podrán adivinar, que la compradera era parte importante de la programación durante nuestra estancia en Miami. Así, que a media mañana del segundo día nos fuimos a un famoso “outlet” llamado Sawgrass Mill, que queda como treinta y cinco minutos del centro de Miami.

Una vez en este centro comercial, rápidamente compré dos pares de zapatos para ir al trabajo y un par de tenis para caminar. El resto del día me dediqué a acompañar a Nana, a entrar y salir de diferentes tiendas. En algunas compraba y en otras no. Pero, a mí, esa actividad “me jarta”. De tal manera, que le dije: “me voy a sentar en uno de esos sillones, me quedo con el carrito cuidando las cosas ya compradas, y cuando tú termines, nos juntamos aquí.” Trato hecho: yo me senté en un sillón de los que dan masajes corporales y ella siguió su proceso de compra.

Al sentarme en el sillón antes citado, noté que algo me molestaba debajo de la pierna izquierda. Levanté la misma, y descubrí que se trataba de una cartera de hombre, de mucha calidad, por cierto. Le pregunté a una joven rubia que estaba sentada a mí lado, si la cartera era de su propiedad, pero ella pareció no entender mi inglés, así que el diálogo no prosperó.

Coloqué la cartera en un lugar visible, bajo el razonamiento de que su dueño notaría la pérdida e iría a buscarla. Transcurrieron unos 30 ó 45 minutos, y no apareció nadie a reclamar la cartera. Razón por la cual, llamé a un joven empleado que salió de una de las tiendas adyacentes, y le pregunté, si en ese centro comercial había algún lugar donde depositar objetos perdidos y encontrados. Me respondió que sí, pero que el mismo estaba muy lejos y que no podría explicarme con precisión para que yo llegara solo y se ofreció a llevarme. Accedí a su propuesta, pero le dije que tendría que dejar el carrito con las compras realizadas con mi esposa.

Entramos en la tienda donde había dejado a Nana, pero no la encontré. Así que le dije al joven empleado “vámonos”. Y ¡oh, sorpresa! ¡En ese mismo momento apareció un joven médico brasileiro, buscando como loco su cartera perdida! Mostró documentos de identificación para reclamar la misma, pero como yo ni siquiera había abierto la cartera, le dije: “abra usted la cartera y saque otro documento que también lo identifique para compararlos.” Para remate, el brasileiro no hablaba ni inglés, ni español. Obviamente, yo no hablo su idioma. Pero como el mismo es tan parecido al nuestro, le hablé despacio y él entendió mi mensaje. Acto seguido, le entregué su cartera, y le dije: “revísela, para que compruebe que no le falta nada”. En su idioma, me dijo que no era necesario, que estaba feliz con el solo hecho de haber encontrado la cartera. Me dio las gracias repetidas veces y se marchó con su joven esposa.

¿Por qué les cuento esto? ¿Para que ustedes escriban comentarios favorables a mi honestidad? Noooo. Les cuento este suceso, porque después de entregar la cartera, fui y me senté en el mismo sillón donde la había encontrado, y uno o dos minutos después, me embargó el mayor sentimiento de paz, de alegría, de felicidad, de satisfacción que he sentido en muchos años.

Me sentía como si flotara en el aire, y en “ese trance”, también me llené de un gran sentimiento de humildad y, en Acción de Gracias, me puse a rezar. Le di gracias a Dios, porque fui fiel al principal legado de nuestros padres. Le di gracias a Dios, porque nunca pasó por mi mente, ni siquiera abrir la cartera y ver qué tenía adentro, y le di gracias a Dios por tantas cosas que nos da a diario y que muchas veces, nos comportamos como si Él estuviese obligado a concedérnoslas.

No puedo asegurar durante cuánto tiempo di gracias al Altísimo. Pero, como si fuera poco, cuando salí de este momento tan especial, abrí mis ojos, y frente a mí, estaba parado el joven médico brasileiro, quien al parecer, al separarnos había revisado su cartera y encontrado TODO en orden. Volvió a reiterarme las gracias, “muito obrigado”, repetía sin cesar. Entablamos una larga conversación, él en su idioma y yo en el mío. Cuando no nos entendíamos, le dábamos “replay”, y como los latinos también hablamos con las manos, al final, nos entendíamos.

Fue en este conversatorio que me enteré que él es médico. Cirujano estético. A manera de chanza, le dije que iría por Brasil, para que me hiciera un “lifting” facial. Se rió a carcajadas y me dio una receta para el buen cuidado de la piel, que comparto con mis amables lectores: tomar una cápsula de 150 miligramos de Sílice orgánico en la mañana y otra en la tarde. Administradas de igual manera, dos cápsulas de vitamina B3 al día. Desafortunadamente, no he podido encontrar ninguno de los dos productos en las farmacias que he visitado desde este encuentro.

13 comentarios:

  1. Mi hermano, no me sorprende tu actuación.

    El hombre honrado actúa en la intimidad como si lo observaran. Y sí, hay algo llamado consciencia, que nos observa, a la que tenemos que responder y si la respuesta no es satisfactoria, nos castiga con un sentimiento de vacuidad que solo llena hacer lo correcto. Hacer lo correcto trae felicidad. Y lo correcto es fácil de identificar: ¿quebranta la ley de oro:no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti? Si la quebranta no lo hagas.

    Perdón, Mano, que me extendí, no tratando de superarte (sería muy difícil), sino para complementar lo que dices y elogiar tu acción.

    Estoy muy orgulloso de ti.

    Isaías

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  2. Mi hermano, debo añadir que el producto es Silicio orgánico (¿se perdió algo en la traducción?)

    Hay un libro escrito por el Dr. Robert Saubens Le Loch titulado El Silicio orgánico (Spanish Edition) que se puede comprar en Amazon.com; si quieres te lo compro y te lo envío con Freddy.

    Isaías

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  3. ¡Yo otra vez! Perdón, no es que quiera dominar la escena, solo me interesa compartir estas cápsulas de conocimiento, porque trabajé en esta rama por mucho tiempo y la domino bien. (Prometo no hablar más después de esto... si no tengo que hacerlo): El silicio es un elemento quimico omnipresente en la naturaleza, representando más de una cuarta parte de toda la masa del planeta Tierra. Después del oxígeno, es el elemento más abundante de la naturaleza. ¿Sabe de dónde se extrae el silicio? De la arena. Silicio (silicon, Si, en inglés) es la base de la industria fabricante de "chips". En una (oblea) o subtrato de silicio casi puro se forman los circuitos integrados, microprocesadores y otros dispositivos electrónicos.

    Era todo.

    Isaías

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  4. Hermano, de ti no se puede esperar otra cosa.Como dice el refrán - De tal palo tal astilla - Esa estirpe de ustedes no se compra en botica. Un buen ejemplo de que no todo esta podrido en nuestro país. Bienvenido de regreso a la lucha. Jochy Reyes.

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  5. De su narrativa,nada que decir;podría sobrar.
    Lo único que puedo reprocharle es las fotos pedidas en pantalones cortos desde Alaska ,que de seguro fue que se le olvidaron,porque su material está hecho para complacer a los demás.
    De todos modos,le expreso mi alegría por su exitoso recorrido.
    Tendré pendiente el nombre del restaurant ,ya que mi próximo viaje (next year)lo visito y así evito las frituras baratas que suele llevarme mi hermano residente por esa.Usted lo conoce.

    Manito

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  6. Hermosa historia, Fernan. Visualicé la narración como si te estuviera mirando y lo que más me gustó fue verte dando gracias a Dios por ser quien eres. Que El te bendiga siempre.
    Comparte fotos.
    Besos.
    Lavinia.

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  7. Apreciado Fernan, uno de los premios que debemos obsequiarnos para restablecer nuestras energías y acomodar "los corotos desperdigados por doquier", consiste en poder disfrutar plenamente de "esos merecidos momenticos" que somos acreedores, después de haber ejecutado recurrentes jornadas, cumpliendo fielmente con los compromisos contraídos.

    Me alegra mucho que hayas podido gozar junto a tu querida compañera, al conocer atractivos lugares y ambientes disímiles, para regocijo de tu pretendido descanso.

    No se puede esperar menos de tu proverbial comportamiento con la digna actitud adoptada al entregar oportunamente la cartera extraviada, luego de hacer las gestiones pertinentes.

    Eso,te eleva aún mucho más, por lo que aprovecho para desearte de todo corazón, el contínuo disfrute a plenitud de todo aquello que el Creador te tiene reservado.

    Abrazos,... muchos.

    Cuqui Rodríguez Martínez

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  8. Mano: Gracias por tus comentarios complementarios a mis cuartillas, incluyendo el nombre correcto del silicio, en español (parece que mi mente aun estaba "hablando" brasileiro). Por otra parte, ya quisiera yo, tener tu prosa. Pero conociendo tu proverbial humildad, no me exraña lo expresado por tí.

    Jochi, Manito, Lavinia y Cuqui: Gracias por las bellas opiniones certidas en sus comentarios. Los aprecio y valoro, porque se que son sinceros. Ya colocaré algunas fotos del viaje en mi "muro" de Facebook.

    Los quiero mucho a todos,

    Fernan.

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  9. Ay Dios! Qué bonito relato, lo primero que le voy a decir y no se rían es que lloré al leer este relato maravillo de Fernan , sabía que su cara era de buena gente, pero que orgullosa me sentí de su nobleza y honestidad…Ahí lo único malo que paso fue que yo no estuviera acompañando a la pobre esposa de Fernan, así hubiese tenido que esperar como 4 horas más ajajajaaja como nos gusta comprar a las mujeres …FELICIADES, ME ENCANTO ESTE ESCRITO TAN ORIGINAL , UN ABRAZO FERNAN
    con afectos sinceros
    Doris

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  10. En varios comentarios he dicho que Fernan fue para mi un modelo a seguir, cuando joven, adulto y ahora siendo los dos mayorcitos, lo seguira siendo.
    En ese maravilloso y conmovedor relato lo atestigua por si mismo. Ser honesto es un enorme privilegio del padre para con nosotros.
    Abrazos mi querido hermano.
    Juan Colon

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  11. Mi hermano ,soy el último en decirte que de ti no espero nada que doblegue las directrices que te trazaron tus padres .Eres un orgullo para nosotros que sentimos ser tus hermanos y lo propalamos a los cuatro vientos .Salud y fuerza en la "tua" cartera . Abrazos Evelio Martínez .

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  12. Reitero mi ORGULLO DE SER MAENO, por tener compueblano y amigo como Fernan Ferreiras, no tengo mas palabras. Un abrazo de corazon. Andres

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  13. Gracias a todos por sus comentarios y expresiones de cariño y hermandad.

    Doris, ahora quien está llorando soy yo, emocionado por lo que significa para mí, lo expresado por tí, por Juan, por Evelio, por Andrés y todos mis queridos amigos que les precedieron en sus comentarios.

    Afectos del Alma,

    Fernan.

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