lunes, 5 de diciembre de 2011
SERIE LO MEJOR DE LA RED
“PORQUE NO ERES NI FRÍO NI CALIENTE TE EXPULSO DE MI BOCA" (1 de 2)
Si camina en cuatro patas, come yerbas y berrea como un chivo... ¡es un chivo! ¿Por qué llamarlo otra cosa? (*)
Por Ruddy Saviñon
Creo que realmente hemos llegado a convertirnos en los seres tibios a los que se refiere la Biblia: “Porque no eres ni frío ni caliente te expulso de mi boca”. Y digo esto porque veo como ¡nadie toma posiciones para estar ni a favor ni en contra de nada!
Cuando un periodista hace un artículo referente a un delincuente, lo denomina “el supuesto delincuente”, aunque lo hayan atrapado con el cuchillo en la boca con que mató a la otra persona y confiese delante de todo el mundo que él fue que lo mató “porque él se lo buscó”. Si nos vamos a referir a los haitianos no les llamamos haitianos sino “los ciudadanos del vecino país” o “los hermanos con quienes compartimos la isla” o cualquier otro eufemismo “políticamente correcto” que no maltrate la epidermis tan fina de tanta gente. Hasta nuestra Santa Madre Iglesia Católica, para referirse a los Protestantes lo hace diciendo “nuestros hermanos separados”.
¿Y es que somos tan idiotas de creernos que cuando nos referimos a las personas “de color” no llegan a nuestra mente los negros? Es cierto que las palabras tienen el poder de denostar, de sanar, de confortar, etc., etc. Pero también es cierto que solo cuando se usan para expresar sentimientos verdaderos, no tratando de encubrir realidades a todas luces imposibles de ocultar.
Una periodista acusaba a un Coronel de la policía, diciéndole que el sistema de charlas que lleva a cabo la Unidad Anti-Pandillas de esa institución, en escuelas y barrios del país, era discriminatoria, homofóbica, segregacionista, elitista y cuantas otras cosas “políticamente incorrectas” se le pueden acusar a alguien.
Todo esto a raíz de que una madre (¡habrase visto!) se quejó porque a su “Cándida Eréndira” le dijeron en una de esas charlas que los muchachos que están en pandillas y que cometen actos delincuenciales, tienen una forma de vestimenta –pantalones abajo, dejando ver los pantaloncillos, trenzas en el pelo, colores alusivos a las pandillas a que pertenecen, tatuajes; usan drogas, collares o prendas que los identifiquen como miembros, etc.- ¡lo cual es totalmente cierto! La señora, indignada, alegaba que eso no es así, que hay muchos muchachos buenos que llevan esa moda y no son delincuentes (que me perdone la Sra. pero creo que probablemente se refería al novio de su hija).
Siguiendo con el testimonio encarnizado de la dama, decía que cómo era posible que en esa charla se dijera que los buenos valores son heterosexuales, conservadores y que están bombardeando a nuestra juventud con Antivalores que no reflejan las virtudes de nuestra sociedad. Que en un momento hasta se aludió al cantante Ricky Martin para decirles a esos pobres adolescentes que se estaba tratando de vender la homosexualidad como parte de la vida normal de las personas a través de líderes sociales como artistas, empresarios y deportistas.
Tengo para decirle a nuestra preocupada madre, que ¡SÍ ES CIERTO!, que los muchachos que usan esa moda SON DELINCUENTES, reales o en potencia, que el 2% que no lo es, son la excepción que confirma la regla. ¡SÍ ES CIERTO! que existen valores y antivalores. ¡SÍ ES CIERTO que existe una campaña mundial para hacernos partícipes de la idea del Tercer, Cuarto y hasta quinto sexo!, campaña esta que se puede ver en todos los medios de comunicación, películas, canciones, y cualquier otro tipo de medio masivo de penetración cultural.
Por eso es que no creo en el orgullo de raza –no hay posibilidad de cambiar la raza en la que nacimos-; no creo en el orgullo de ser de un determinado país –podemos hacernos ciudadanos de cualquier país, pero nunca podremos cambiar el sitio en el que nacimos-. ¡Creo que los negros son negros, los blancos son blancos y los chinos son amarillos! ¡No hay nada de malo en esto! ¡Llamarle blanco a un negro no lo hace cambiar de color! El que nuestra cédula de identidad diga (a cambio de dinero) que eres blanco cuando eres de color marrón y de raza mestiza, ¡no cambia en nada quien eres! Creo en el orgullo de ser profesional, deportista de alto calibre, auto didacta, todo esto es algo ganado con sudor y esfuerzo propio.
Es por esto que siento que llegó la hora de llamar al pan, pan y al vino (cualquier marca de su preferencia, especialmente si es un gran reserva, del año…. perdón estaba divagando). Pero lo cierto es que el funcionario que roba, no comete “indelicadezas”, ¡comete ROBO!; el menor de edad, sin importar la fecha de nacimiento, que atraca y mata es un delincuente, no un “joven en conflicto con la ley”.
A los únicos que veo tomando partido ante las situaciones y poniendo actitudes firmes frente a la vida son a los terroristas, fanáticos religiosos y ONG’s pagadas por el dinero del gran “pulpo del norte”.
O nos ponemos los pantalones o un día de estos nos vamos a encontrar con que nuestra hija no es una puta, “está ejerciendo el oficio más antiguo” y nuestro hijo no es homosexual, ladrón y tecato, es “funcionario público”.
Hasta luego, amigos conscientes.
Tomado de ruddysavinon.blogspot.com
(*) Nota de la redacción.
Si camina en cuatro patas, come yerbas y berrea como un chivo... ¡es un chivo! ¿Por qué llamarlo otra cosa? (*)
Por Ruddy Saviñon
Creo que realmente hemos llegado a convertirnos en los seres tibios a los que se refiere la Biblia: “Porque no eres ni frío ni caliente te expulso de mi boca”. Y digo esto porque veo como ¡nadie toma posiciones para estar ni a favor ni en contra de nada!
Cuando un periodista hace un artículo referente a un delincuente, lo denomina “el supuesto delincuente”, aunque lo hayan atrapado con el cuchillo en la boca con que mató a la otra persona y confiese delante de todo el mundo que él fue que lo mató “porque él se lo buscó”. Si nos vamos a referir a los haitianos no les llamamos haitianos sino “los ciudadanos del vecino país” o “los hermanos con quienes compartimos la isla” o cualquier otro eufemismo “políticamente correcto” que no maltrate la epidermis tan fina de tanta gente. Hasta nuestra Santa Madre Iglesia Católica, para referirse a los Protestantes lo hace diciendo “nuestros hermanos separados”.
¿Y es que somos tan idiotas de creernos que cuando nos referimos a las personas “de color” no llegan a nuestra mente los negros? Es cierto que las palabras tienen el poder de denostar, de sanar, de confortar, etc., etc. Pero también es cierto que solo cuando se usan para expresar sentimientos verdaderos, no tratando de encubrir realidades a todas luces imposibles de ocultar.
Una periodista acusaba a un Coronel de la policía, diciéndole que el sistema de charlas que lleva a cabo la Unidad Anti-Pandillas de esa institución, en escuelas y barrios del país, era discriminatoria, homofóbica, segregacionista, elitista y cuantas otras cosas “políticamente incorrectas” se le pueden acusar a alguien.
Todo esto a raíz de que una madre (¡habrase visto!) se quejó porque a su “Cándida Eréndira” le dijeron en una de esas charlas que los muchachos que están en pandillas y que cometen actos delincuenciales, tienen una forma de vestimenta –pantalones abajo, dejando ver los pantaloncillos, trenzas en el pelo, colores alusivos a las pandillas a que pertenecen, tatuajes; usan drogas, collares o prendas que los identifiquen como miembros, etc.- ¡lo cual es totalmente cierto! La señora, indignada, alegaba que eso no es así, que hay muchos muchachos buenos que llevan esa moda y no son delincuentes (que me perdone la Sra. pero creo que probablemente se refería al novio de su hija).
Siguiendo con el testimonio encarnizado de la dama, decía que cómo era posible que en esa charla se dijera que los buenos valores son heterosexuales, conservadores y que están bombardeando a nuestra juventud con Antivalores que no reflejan las virtudes de nuestra sociedad. Que en un momento hasta se aludió al cantante Ricky Martin para decirles a esos pobres adolescentes que se estaba tratando de vender la homosexualidad como parte de la vida normal de las personas a través de líderes sociales como artistas, empresarios y deportistas.
Tengo para decirle a nuestra preocupada madre, que ¡SÍ ES CIERTO!, que los muchachos que usan esa moda SON DELINCUENTES, reales o en potencia, que el 2% que no lo es, son la excepción que confirma la regla. ¡SÍ ES CIERTO! que existen valores y antivalores. ¡SÍ ES CIERTO que existe una campaña mundial para hacernos partícipes de la idea del Tercer, Cuarto y hasta quinto sexo!, campaña esta que se puede ver en todos los medios de comunicación, películas, canciones, y cualquier otro tipo de medio masivo de penetración cultural.
Por eso es que no creo en el orgullo de raza –no hay posibilidad de cambiar la raza en la que nacimos-; no creo en el orgullo de ser de un determinado país –podemos hacernos ciudadanos de cualquier país, pero nunca podremos cambiar el sitio en el que nacimos-. ¡Creo que los negros son negros, los blancos son blancos y los chinos son amarillos! ¡No hay nada de malo en esto! ¡Llamarle blanco a un negro no lo hace cambiar de color! El que nuestra cédula de identidad diga (a cambio de dinero) que eres blanco cuando eres de color marrón y de raza mestiza, ¡no cambia en nada quien eres! Creo en el orgullo de ser profesional, deportista de alto calibre, auto didacta, todo esto es algo ganado con sudor y esfuerzo propio.
Es por esto que siento que llegó la hora de llamar al pan, pan y al vino (cualquier marca de su preferencia, especialmente si es un gran reserva, del año…. perdón estaba divagando). Pero lo cierto es que el funcionario que roba, no comete “indelicadezas”, ¡comete ROBO!; el menor de edad, sin importar la fecha de nacimiento, que atraca y mata es un delincuente, no un “joven en conflicto con la ley”.
A los únicos que veo tomando partido ante las situaciones y poniendo actitudes firmes frente a la vida son a los terroristas, fanáticos religiosos y ONG’s pagadas por el dinero del gran “pulpo del norte”.
O nos ponemos los pantalones o un día de estos nos vamos a encontrar con que nuestra hija no es una puta, “está ejerciendo el oficio más antiguo” y nuestro hijo no es homosexual, ladrón y tecato, es “funcionario público”.
Hasta luego, amigos conscientes.
Tomado de ruddysavinon.blogspot.com
(*) Nota de la redacción.
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