lunes, 5 de diciembre de 2011
LA EXPERIENCIA CUENTA
CARTA A UN JOVEN CUENTISTA
Por Manuel Mora Serrano
“A nadie se le “enseña” a narrar; se nace con esa facultad, y se debe morir con ella, como algo íntimo, personal e intransferible. No quiero que veas en esto que te “saco” el cuerpo, sino que lo que te digo es con la mayor sinceridad.”
Santo Domingo. (Atanay.Com).-Paso a dos cosas rápidamente. La primera es que no me considero maestro ni creo en discipulados. Nunca me veas como un maestro, sino como un amigo que te lleva unos días leyendo y escribiendo, nada más.
Por la otra, una cosa es un texto que uno escribe para deleite de algunos lectores y otro es el que uno debe estar plenamente satisfecho.
Lo primero y básico en un cuento es contar una historia. El cuento tiene un familiar hermano gemelo en la poesía: es el soneto. Ahora no se escriben o apenas se hacen sonetos, pero su estructura es básica.
El soneto y el cuento tienen mucho en común: ambos nacen de golpe y deben llegar a un buen final. En el primer caso lo que “sienta” a éste es un verso capital. De lo contrario podrá ser hermoso y recitable, pero no un verdadero soneto. Podría darte mil ejemplos.
Un buen, un excelente soneto, no se “hace”. Nace entero y ya tiene su corona, que es el primer verso, que casi siempre le sirve de título, y tiene el verso final, que curiosamente es la zapata ineludible que no se pone primero porque es un edificio al revés. Si no se apoya en el último verso, toda la estructura se viene abajo. No nació como tal sino como cualquier poema y, no como un excelente poema, porque el buen remate es común a toda obra literaria.
En el cuento la idea o tema debe surgir entero en la mente del escritor y desembocar en un final sorprendente. El cuento también es una “unidad” sin fisuras, con una exhibición de piel desnuda al terminar.
Regularmente el cuento que permanecerá en la historia literaria debe tener esa unidad narrativa, la adicción cultural de referencias, como las que haces, podría impresionar a un jurado muy provincial, no a un verdadero jurado cultural, porque estas referencias lo convierten en un simple relato, género que no está mal, pero no es un cuento.
No hay una anécdota que se refiera y cuyo final nos sorprenda.
Regularmente un cuento ganador en un concurso tiene un excelente y dramático comienzo y un desconcertante final. Ahora se escriben muchos supuestos cuentos, pero la mayoría son relatos, no cuentos reales.
Si no tienes una historia que se va desarrollando, no importa la cantidad de líneas, páginas o palabras que tenga, si logras mantener un interés progresivo en el lector sin salir para nada del personaje o los personajes, siempre muy pocos y a veces uno solo, como “La Mujer” de Juan Bosch, que es un ejemplo de un cuento que nació entero y que concluye como un soneto y te deja impactado. Si ese impacto no se siente, puede ser un relato bien hilvanado, pero no es un auténtico cuento.
Se ha dicho que los géneros han muerto. Eso dicen algunos tratadistas, pero no lo creas. Los géneros artísticos son eternos. Si no nos sometemos a sus reglas estaremos haciendo otras cosas, quizás de nuevas o de vanguardia, pero no esas que hemos etiquetado como tales.
Ahora bien, si tú lo que quieres es deslumbrar con tu cultura, relatar algún hecho lírico o simplemente literario, como las citas que haces, para eso está el ensayo o el artículo.
El lector supone al empezar a leer tu cuento que es la historia de algo que ha sucedido a dos personas, que no sabemos quiénes son ni cómo se conocieron o por qué viven como viven; además, relatar la relación sexual, que es una preocupación tuya constante, dando idea de que si no hay coito no hay literatura, tampoco conduce a ningún lado. Vuelve a leer sobre técnicas, ya que eres conocedor de informática donde abundan las buenas teorías literarias del cuento.
Entre ellas está, no lo olvides, el arte de escribirlos de Juan Bosch. Y regresa en tu taller personal a leer a esos maestros que puedes encontrar en abundancia en la Web, recomendándote en especial este link www.ciudadseva.com/libros/
Regularmente en un cuento hay un “mensaje” que surge de la propia historia que se cuenta, como en “Luis Pie” de Bosch. De modo que con un poco de trabajo de tu parte, tienes maestros en Internet de verdad, y gratis. No te busques “profesores” entre nosotros. Todos somos aprendices cada vez que nos enfrentamos a la página en blanco y nada te podremos enseñar. A nadie se le “enseña” a narrar; se nace con esa facultad, y se debe morir con ella, como algo íntimo, personal e intransferible. No quiero que veas en esto que te “saco” el cuerpo, sino que lo que te digo es con la mayor sinceridad.
Lee, medita, ensaya escribir; escribe; rompe o borra; conserva lo que creas bueno y en fin, hazte a ti mismo maestro y discípulo con disciplina férrea y de acuerdo con algo que se tiene o no se tiene: con tu gusto personal, recordando esta expresión de Paul Valéry: “Clásico es aquel que lleva un crítico dentro y lo asocia íntimamente a su trabajo.” Y es que, por moderno que uno sea, la mayor aspiración de cualquier artista es llegar un día a ser considerado un clásico, es decir, a convertirse en modelo de futuras generaciones.
Atanay.com
Por Manuel Mora Serrano
“A nadie se le “enseña” a narrar; se nace con esa facultad, y se debe morir con ella, como algo íntimo, personal e intransferible. No quiero que veas en esto que te “saco” el cuerpo, sino que lo que te digo es con la mayor sinceridad.”
Santo Domingo. (Atanay.Com).-Paso a dos cosas rápidamente. La primera es que no me considero maestro ni creo en discipulados. Nunca me veas como un maestro, sino como un amigo que te lleva unos días leyendo y escribiendo, nada más.
Por la otra, una cosa es un texto que uno escribe para deleite de algunos lectores y otro es el que uno debe estar plenamente satisfecho.
Lo primero y básico en un cuento es contar una historia. El cuento tiene un familiar hermano gemelo en la poesía: es el soneto. Ahora no se escriben o apenas se hacen sonetos, pero su estructura es básica.
El soneto y el cuento tienen mucho en común: ambos nacen de golpe y deben llegar a un buen final. En el primer caso lo que “sienta” a éste es un verso capital. De lo contrario podrá ser hermoso y recitable, pero no un verdadero soneto. Podría darte mil ejemplos.
Un buen, un excelente soneto, no se “hace”. Nace entero y ya tiene su corona, que es el primer verso, que casi siempre le sirve de título, y tiene el verso final, que curiosamente es la zapata ineludible que no se pone primero porque es un edificio al revés. Si no se apoya en el último verso, toda la estructura se viene abajo. No nació como tal sino como cualquier poema y, no como un excelente poema, porque el buen remate es común a toda obra literaria.
En el cuento la idea o tema debe surgir entero en la mente del escritor y desembocar en un final sorprendente. El cuento también es una “unidad” sin fisuras, con una exhibición de piel desnuda al terminar.
Regularmente el cuento que permanecerá en la historia literaria debe tener esa unidad narrativa, la adicción cultural de referencias, como las que haces, podría impresionar a un jurado muy provincial, no a un verdadero jurado cultural, porque estas referencias lo convierten en un simple relato, género que no está mal, pero no es un cuento.
No hay una anécdota que se refiera y cuyo final nos sorprenda.
Regularmente un cuento ganador en un concurso tiene un excelente y dramático comienzo y un desconcertante final. Ahora se escriben muchos supuestos cuentos, pero la mayoría son relatos, no cuentos reales.
Si no tienes una historia que se va desarrollando, no importa la cantidad de líneas, páginas o palabras que tenga, si logras mantener un interés progresivo en el lector sin salir para nada del personaje o los personajes, siempre muy pocos y a veces uno solo, como “La Mujer” de Juan Bosch, que es un ejemplo de un cuento que nació entero y que concluye como un soneto y te deja impactado. Si ese impacto no se siente, puede ser un relato bien hilvanado, pero no es un auténtico cuento.
Se ha dicho que los géneros han muerto. Eso dicen algunos tratadistas, pero no lo creas. Los géneros artísticos son eternos. Si no nos sometemos a sus reglas estaremos haciendo otras cosas, quizás de nuevas o de vanguardia, pero no esas que hemos etiquetado como tales.
Ahora bien, si tú lo que quieres es deslumbrar con tu cultura, relatar algún hecho lírico o simplemente literario, como las citas que haces, para eso está el ensayo o el artículo.
El lector supone al empezar a leer tu cuento que es la historia de algo que ha sucedido a dos personas, que no sabemos quiénes son ni cómo se conocieron o por qué viven como viven; además, relatar la relación sexual, que es una preocupación tuya constante, dando idea de que si no hay coito no hay literatura, tampoco conduce a ningún lado. Vuelve a leer sobre técnicas, ya que eres conocedor de informática donde abundan las buenas teorías literarias del cuento.
Entre ellas está, no lo olvides, el arte de escribirlos de Juan Bosch. Y regresa en tu taller personal a leer a esos maestros que puedes encontrar en abundancia en la Web, recomendándote en especial este link www.ciudadseva.com/libros/
Regularmente en un cuento hay un “mensaje” que surge de la propia historia que se cuenta, como en “Luis Pie” de Bosch. De modo que con un poco de trabajo de tu parte, tienes maestros en Internet de verdad, y gratis. No te busques “profesores” entre nosotros. Todos somos aprendices cada vez que nos enfrentamos a la página en blanco y nada te podremos enseñar. A nadie se le “enseña” a narrar; se nace con esa facultad, y se debe morir con ella, como algo íntimo, personal e intransferible. No quiero que veas en esto que te “saco” el cuerpo, sino que lo que te digo es con la mayor sinceridad.
Lee, medita, ensaya escribir; escribe; rompe o borra; conserva lo que creas bueno y en fin, hazte a ti mismo maestro y discípulo con disciplina férrea y de acuerdo con algo que se tiene o no se tiene: con tu gusto personal, recordando esta expresión de Paul Valéry: “Clásico es aquel que lleva un crítico dentro y lo asocia íntimamente a su trabajo.” Y es que, por moderno que uno sea, la mayor aspiración de cualquier artista es llegar un día a ser considerado un clásico, es decir, a convertirse en modelo de futuras generaciones.
Atanay.com
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Estoy altamente complacida con la presencia de Manuel Mora Serrano en MECC, quien no desea ser visto como un maestro, sino como un aprendiz; todos somos aprendices de la vida, pero algunos han aprobado con tan altas calificaciones, que están obligados a dar cátedras, porque se les desborda el conocimiento y eso los convierte en maestros.
ResponderBorrarSr. Mora, y si a Ud. que ha vaciado tantos tinteros, vertidos como letras sobre paginas blancas a lo largo de su existencia, no se le puede decir "Maestro", entonces, quien podría ser llamado de tal modo?
Soy amante de la literatura, y estoy de acuerdo con Ud. cuando plantea que nadie puede enseñar a otra persona a narrar, es algo que viene como un agregado extra en los genes, no basta leer para saber narrar.
Siempre estaré se acuerdo con ese planteamiento suyo, mismo que confirma lo que escuché en el 2008 del escritor portugués, José Saramago: "para escribir solo hay que tener algo que contar".
No lo pienso felicitar, no tengo calidad para hacerlo, amén de que, debe haber recibido tantas, que una más, y de una desconocida, ni lo hará más feliz ni elevara su estatura literaria, por lo que le expreso gran admiración y respeto, reservando las felicitaciones para MECC que se anota un tanto con su coparticipación en la pagina, misma que se refresca y reinventa al contar con alguien de su valía.
Deseo que siga viviendo el estado de alegría que produce hacer lo que nos gusta, y mas saber que lo que hacemos gusta.
Reciba un saludo y la declaratoria publica y descarada, de que envidio a mi amigo Héctor (Ricardo) Brea Tió, porque cuenta con un amigo de tan amplios conocimientos literarios y de gran acervo cultural.
Atte.
Narcy Ferreira.
Gracias, Héctor e Isaías, extensivas a Narcy, a quien quisiera conocer, de modo que Isaías le puede dar mi correo y si ha escrito algo, que me lo envié para darle mi modesta opinión a pesar de José Carvajal. Échale un vistazo a Atanay.Com donde le respondo al tipo. Le voy a enviar mi respuesta a Isaías. Ahí piden comentarios, si tienes alguno que hacer, ahí tienes la oportunidad. Naturalmente, Isaías, puedes publicar la polémica completa para darle un calorcito a estas frías navidades.
ResponderBorrarManuel Mora Serrano