jueves, 4 de marzo de 2010

Libre Expresión

DESAMPARO DE AUTORIDAD
Por Ignacio Márquez

El empresario del sector agropecuario, Alejandro Espinal, denunció que su negocio “Alimentos Balanceados Mao”, fue asaltado por individuos hasta el momento desconocidos, la madrugada del pasado domingo.

Cinco delincuentes amordazaron al vigilante del establecimiento y se robaron un camión en el que cargaron mercancías valoradas en alrededor de un millón de pesos. Se llevaron todo como si fueran sus dueños.

Se robaron el camión y la mercancía, incluyendo una computadora, una máquina de coser sacos, seis gomas nuevas para camión y 10 mil pesos en efectivo, entre otros bienes.

Podría interpretarse como un robo más de esos que se cometen con frecuencia en esta zona, y de hecho así fue; un asalto con evidente planificación previa.

Lo que llama poderosamente la atención es la apatía mostrada por las autoridades, sobre todo de la Policía Nacional, según las declaraciones del empresario que fue víctima del robo.

Momentos después de haberse perpetrado el hecho, Espinal dijo que denunció el caso ante la institución del orden y pidió ayuda para montar un operativo rápido, de manera que pudieran atrapar a los asaltantes.

Resulta que la respuesta que recibió el denunciante fue que los agentes no podían hacer nada hasta que no amaneciera.

Le habrían dicho los uniformados, que debían esperar a que llegara la claridad del día para entonces visitar el negocio e iniciar un proceso de investigación.

Ante las desalentadoras palabras de quienes tienen la potestad para perseguir y tratar de poner un stop al crimen, el joven empresario tomó la decisión de salir en busca de los malhechores, corriendo todos los riesgos de encontrarlos y enfrentarse a ellos.

De hecho así fue, en la carretera Santiago-La Vega, el valiente empresario alcanzó a ver su camión que iba en dirección norte-sur, ya sin mercancías, pero era el vehículo que le habían robado sólo unas horas antes.

Inició una persecución, arriesgando su vida y la un amigo que le acompañaba, hasta lograr que los individuos dejaran abandonado el camión y escaparan en un carro.

Si la persecución la hubiese hecho la Policía, al menos esa banda de facinerosos habría sido desarticulada y ese y otros múltiples casos similares habrían quedado resueltos, pero lamentablemente no fue así.

Ni siquiera cuando llegó la claridad del domingo fueron los agentes al local asaltado, según declaró el empresario.

Pasó el día lunes, pasó el día martes y todavía el miércoles al caer la tarde, no había ido ni siquiera un agente policial a indagar sobre el asalto.

Hay que decir que éste no es el único caso de robos que se producen en esta zona con las mismas características, por lo que las autoridades, tanto policiales como del Ministerio Público, debieran poner un poquito más de empeño en atender las denuncias de situaciones de esta naturaleza.

Recientemente al empresario Jamin Cortés le fue robado un camión cargado de arroz, a otro empresario de la comunidad Los Quemados le robaron otro camión cargado de productos para fabricar alimentos balanceados y en Villa González también ocurrió lo mismo.

Los robos han existido todo el tiempo, existen y existirán siempre, y más si los ladrones ven que las autoridades actúan con apatía en la persecución de los actos delictivos.

Los comandantes de la Policía y del Ejército Nacional en la región noroeste, cuyas sedes están aquí, en Mao, debieran mostrar un poco más de interés en sus labores de salvaguardas del orden y la seguridad pública.

Deben, asimismo, emplearse a fondo para perseguir a esos individuos que han hecho del delito un modo de vida y no dejar que sus crímenes queden impunes, en perjuicio de hombres serios y trabajadores y de la sociedad en sentido general.

Ojala que este caso del empresario Alejandro Espinal, cuya denuncia de robo habría sido ignorada en la Policía, solo sea un caso aislado o un error involuntario de algún uniformado, porque de no ser así, como decimos en buen dominicano, “nos jodimos”.

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