lunes, 8 de marzo de 2010

BALAS PERDIDAS: IRRESPONSABILIDAD CRIMINAL

Por Fernando Rodríguez C.

Ciego y minusválido quedó una inocente criatura de apenas dos años de edad a causa de la herida de bala en la cabeza que recibió mientras dormía en su humilde hogar del populoso sector de Los Mina.

Su madre Jésica Paulino, estudiante de 19 años de edad, soltera, sin trabajo, lamenta desesperada e impotente la tragedia que cae sobre Jeremy Paulino quien hasta el fatídico 9 de febrero pasado, era todo sonrisa y alegría.

Sonrisa, esperanza y alegría tronchadas abruptamente por una bala disparada alegremente por un desaprensivo, que quizás celebraba una buena noticia o simplemente le dio la gana de hacer un disparo al aire.

Esta práctica no es nueva y aunque es justo reconocer que el Ministerio de Interior y Policía ha contribuido a su disminución, todavía persiste en amplios núcleos de personas armadas sin criterios ni educación para ostentar un arma de fuego.

Evitar una tragedia como la expuesta, vale cualquier esfuerzo que haga el referido ministerio a nivel de campaña preventiva permanente, acentuándose en diciembre, y persiguiendo a los gatillos alegres para someterlos a la justicia.

Por su parte la ciudadanía debe cooperar, denunciando a cualquier vecino o desconocido que caiga en la irresponsabilidad criminal de hacer tiros al aire por aquello de que todo lo que sube baja y el próximo afectado podría ser un pariente suyo.

Porque no todos los responsables de esa funesta práctica tienen la “suerte” del ciudadano que celebrando el “cañonazo” de año nuevo disparó repetidamente su arma de fuego al aire, recibiendo su hermana, en la cabeza, una de sus balas perdidas.

SANTO DOMINGO, D.N.
8 de Marzo del 2010.-

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