jueves, 4 de marzo de 2010

PROVOCACIÓN E INFAMIA TRUJILLISTA

Por Fernando Rodríguez C.

Como una vulgar y calumniosa provocación puede considerarse el libraco que pretendió presentar al país la señora Angelita Trujillo con los auspicios de la Universidad del Caribe en el Hotel Santo Domingo de la ciudad capital encontrándose de frente con un grupo de descendientes de los héroes del glorioso 30 de Mayo y numerosos ciudadanos comprometidos con la verdad que impidieron la ilegal actividad.

El fallido intento ha provocado innúmeras opiniones en pro y en contra, superando las posiciones contrarias, con creces, a las que en atención a una mal entendida democracia dieron visto bueno a un hecho contrario a la ley 5880-62 que prohíbe la exaltación de los Trujillo o su régimen tiránico haciendo pasible a quien incurra en ese delito de ser juzgado por atentar contra la paz y la seguridad públicas.

Pero si la referida ley no fuera suficiente de por sí, la Constitución de la República establece de manera categórica y clara en su artículo 49 que toda persona tiene derecho a expresar libremente, sin censura previa, sus pensamientos, ideas y opiniones a condición de que se respete el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y a la moral de las personas.

Y está harto comprobado que el libelo que pretendían poner en circulación los trujillistas del patio, constituye no sólo una afrenta a la memoria histórica de nuestro pueblo, además de una infamia contra quienes en un momento de arrojo y valor personal expusieron sus vidas para liberar a la República Dominicana de la más oprobiosa tiranía de América.

Pero si algo bueno salió del funesto intento, fue la inequívoca demostración de que este pueblo, todavía sangra por las heridas infligidas por la tiranía de los Trujillo y que está dispuesto a todo con tal de que ni por asomo en nuestro país pueda surgir un régimen de inspiración dictatorial como sueñan muchos pichones de dictadores enquistados en las estructuras del poder.

El libraco y su contenido no merecen mayores comentarios por aquello de que hay cosas que mientras más se baten más hieden, pero hay que destacar la capacidad de intriga de una señora que debiera entender que su reinado pasó y seguir disfrutando, junto a su marido e hijos, los millones mal habidos que heredó de la bestia asesina que fue su padre.

El que ella, niña mimada del dictador, recuerde a su padre con ternura, es su derecho, pero de ahí a querer cambiar la realidad de los hechos y presentar al sanguinario tirano como un manso cordero, y a sus ajusticiadores, como vulgares asesinos, responsables de los crímenes más oprobiosos cometidos por el sátrapa, eso no lo podemos permitir mal interpretando una democracia en cuyo nombre se han cometido demasiado desafueros en nuestro país.

Quiera Dios que los familiares de los héroes y mártires difamados en el libelo de esta “señora”, juntos a la Federación de Fundaciones Patrióticas que incluye a la de Héroes de Luperón, Hermanas Mirabal, Manolo Tavárez Justo, y Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, sometan en los tribunales del país y de Miami a la “señora” Trujillo y al coro de turiferarios que aquí y allá alentaron y propiciaron tan horrible infamia.

SANTO DOMINGO, D.N.
3 de Marzo del 2010.-

2 comentarios:

  1. Excelente artículo y excelente enfoque.

    Congratulaciones, tocayo!!

    Fernan Ferreira.

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  2. Aunque no vivi en esa era. Por lo que se de la historia acerca de las atrocidades cometidas por ese dictador. Tambien estoy de acuerdo con tu articulo. Su hija puede amar los recuerdo que tuvo de su padre. Pero negar o justicar los hechos cometidos por su DICTADURA es un insulto al pueblo Dominicano.
    Vianny Rodriguez
    vianny5@aol.com

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