jueves, 4 de marzo de 2010

La Grenada Company (I)

Vivencias
Por Pablo Mustonen

La Grenada fue por unos años el sostén de la economía maeña y revolucionó las modernas construcciones en el pueblo, se construyó el Royal Bank y todo el que tenía un solar podía solicitar un préstamo con la garantía de la compañía, ya que esta alquilaba buenas casas a sus empleados. Sus oficinas en Mao estaban en un casón grande de la calle Duarte, donde estuvo luego el famoso bar-restaurante don Manuel. The Royal Bank of Canada estaba frente a esas oficinas.

Trabajé como timekeeper de los helicópteros Sikorsky 52, en la fumigación de las plantaciones. El helipuerto estaba en el cerro de Sibila y uno de los mecánicos era Próspero Amaro, maeño de pura cepa, el otro era inglés (David) aplatanado que le encantaba el romo criollo y que vivía "asfixiado" de Teresita Mañé. Una noche y en pleno toque de queda casi nos ametrallan en la fortaleza ya que íbamos como un bólido y borrachos para Monción y no nos detuvimos en la fortaleza. Otra vez iba con el piloto John Priddie y pasando por debajo del puente San Rafael, nos llevamos los cables de alta tensión y cuando llegamos a mi casa nos dimos un jumo de apaga y vámonos. Ese es uno de los tantos sustos que no olvido.

Una de las diversiones del piloto era montar a algunos de los muchachos del pueblo en el helicóptero y encaramarlo donde ya no podía subir más y apagarlo allá arriba… más de uno de ellos evacuó en los pantalones.

Me fui de la Grenada ya que no veía ningún futuro para mi, para ese entonces tenía ideas izquierdistas y eso era un pecado dentro de la Grenada, a pesar de que protegían a los anti-trujillistas siempre que estos se amoldaran a sus exigencias y yo no era un "flay fácil" ya que fui el fundador del primer sindicato que antes de nacer sabíamos era natimuerto, también junto a Federico Díaz, Reyito, Arnulfo Reyes, etc. y un puñado de maeños fui fundador del 1J4 (Catorce de Junio) en Mao.

El campo de golf de Manzanillo de nueve hoyos era único en el país. En la Cruz de Palo Verde, detrás de la casa del Sr. Gutiérrez (Padre del político Euclides), que también era un batey de la compañía, había un mini-campo de práctica que había sido construido por los finlandeses, entre los cuales se contaba mi padre.

En el caso de Mao nunca hubo intención de construir una casa club, ya que las fincas bananeras eran de propiedad privada (Colonos), pero si se preocuparon por promocionar la sana diversión y por las noches, los americanitos compartían sanamente con los lugareños, recuerdo que en estas libaciones, cualquiera de nosotros podía decirle "barriga verde" a los jefes y no pasaba nada, ya que respetaban las horas de descanso y diversión.

Mi favorito era mi jefe, Mr. Johnson. Diablos, recuerdo que nos fajamos a jugar el "pun" y le di un jumo que debimos llevarlo al hospital y darle un lavado estomacal. Para esa época se "tiraba" el guineo al lavadero del Pocito en Guayubín; para ello, la compañía facilitó el financiamiento a algunos chóferes que cubrían los pagarés con lo producido en el transporte. De esta manera surge en Mao una nueva clase media burguesa, que en conjunto con los colonos, rompen el paternalismo de la familia Bogaert. Anteriormente escribí dos artículos en referencia al "nuevo macondo" llamado Mao.

Los chóferes se adueñaron de la carretera Mao-Cerro Gordo-Pocito y Mao-Guayacanes-Guayubín-Pocito, por lo que en ambas orillas y a lo largo de todo el trayecto, los nuevos amos de estos predios, se encargaron de regar muchachos por doquier y por lo tanto proliferaron los centros de diversión.

Después de un huracán, la Grenada espantó la mula, ya que las inundaciones esparcieron por toda el área bananera el mal de Panamá y la variedad Cavendish o Media Mata que reemplazó a la Johnson o Dominicana, era de muy difícil manejo. No vi la retirada de la compañía ya que me fui a estudiar a New Hampshire, Estados Unidos.

2 comentarios:

  1. Pablo:
    Lamento mucho no haber leido antes tus remembranzas sobre aquella tierra, Mao, que nos vió crecer. Desde aquí, en Higuey, veo nuestro terruño de unos cincuenta años atrás. Tiempos idos que nunca volverán. Tierra donde descansan nuestros padres, donde descansan muchos sueños ya perdidos.
    Tu hermano

    Jorge Mustonen Morel.
    jorgemustonenmorel@gmail.com

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    1. Hola Pablito, quizas mas que las enfermedades del banano fue un carajete de San Pedro de Macoris que les monto un sindicato y los hizo temblar y abandonar ese emporio, no estaban preparado para eso.

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