martes, 19 de junio de 2012

CUCHARADITAS

REUMATISMO CRÓNICO
Por Rolando Espinal

Es muy casual que las personas hurguen en su pasado, dejando en el olvido una serie de anécdotas alrededor suyo, que bien pueden ser narradas, para dejar esa experiencia a alguien que quizás pueda pasar por la misma situación, en algún momento de su vida.

Hace ya muchos, muchos años, tuve la dolorosa experiencia de tener que enfrentar una dolencia física, que me mantuvo en cama por un período de mes y medio. Digo que estuve en cama, porque no podía levantarme por el dolor tan agudo que sentía en cada una de mis articulaciones; el dolor iniciaba en el dedo pulgar de los pies, hasta el dedo mayor de las manos; o sea, que el dolor se propagaba, de extremo a extremo del cuerpo, por todas las articulaciones (coyunturas), sin que cediera ante la administración de diferentes fórmulas médicas que me eran recetadas por el Dr. Chávez, amigo personal de mi familia en el hospital público de Mao, situado a la sazón donde funciona hoy una guardería infantil.

En aquellos tiempos no eran muy frecuentes los análisis de laboratorio, y de ojo, se sospechaba de un reumatismo (ahora es artritis). Tomaba pastillas diarias. Y pasan días y vienen días y nada. Además de las pastillas, una vecina llamada Blanca Bonilla (madre de José Fermín Francisco –Mimín- y abuela de la esposa de Isaías), doctora de “oído” y por experiencia, me sometía a unos masajes manuales, que empezaban en las puntas de los dedos de las manos, para sacarme el dolor por las puntas de los dedos de los pies; imagínense el dolor que debía soportar con el interés de curarme.

Mientras en el Samoa bar y el Club Juvenil se continuaban celebrando las fiestas a las cuales yo debía asistir por necesidad, estaba yo acostado sin poder ni siquiera caminar. Al mes y medio de estar acostado, sin ninguna mejoría, se me aparecieron en mi habitación, a eso de las 7:30 P.M, los amigos Liberto Rodríguez, Rafael Santana, y Niño Almonte, en un carro Triumph Herald pequeño sin capota, propiedad de Liberto. Entre los tres, me ayudaron a parar de la cama, me llevaron agarrado al baño, como pude me di un enjuaguito, y me llevaron de nuevo a la habitación para cambiarme de ropa. Para ponerme el saco, tuvieron que subirme los brazos, y meterme la manga, porque yo estaba tullío, de piernas y brazos.

Cuando me cambiaron de ropa, me llevaron agarrado al carro, y salimos rumbo al Club Juvenil, donde había una fiesta de máscaras; llegamos, y me llevaron a sentar en una mesa; ahí yo decidí pedir una botella de romo para mí solo, y los demás que pidieran lo que se iban a tomar.

Todo el mundo bailaba, mientras yo me iba tomando mi botella; cuando terminé la primera botella, y llevaba la segunda por mitad, ya estaba meneando las piernas debajo de la mesa ; terminé la segunda botella, e inmediatamente saqué una dama que estaba sentada en una mesa cercana, y bailé mi primer bolerito suave, y luego el merengue Arroyito Cristalino.

Para no hacer la historia muy larga, les diré que terminé bailando hasta chachachá; y cuando terminó la fiesta, y me dijeron que nos fuéramos en el mismo carro en que llegamos, sólo les dije: "miren, váyanse en su carro, que yo me voy a pie, y mierda pa’l reumatismo”.

Salí por la Duarte arriba rumbo al parque, vociferando, "se acabó el jodío reumatismo… el romo sirve pa’ tó".

Nota: quiero advertir que a mí me probó el asunto, pero no puedo recomendarlo a nadie más, no vaya a ser cosa que se ponga peor y le dé un “patatú” y caiga redondo como una guanábana. Por lo tanto, si quiere utilizar el “cura tó” para renovarse y drenar malestares físicos, emocionales y penas profundas, lo hace a su propio riesgo, después no quiero responsabilidad y cuentos de que Cuchara dijo que eso era bueno… unq u.

4 comentarios:

  1. Rolando, pero eso fue verdad?, o era que tu te estaba haciendo el malo?, no es que no crea en ti, sino que creo que le diste vida a lo que te pasó.

    Con aprecio

    Papito Mármol

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  2. Eso te paso, porque perdiste la secuencia. De los Alemanes que conozco aquí, todos dicen que la cerveza lo cura todo. Jamas trate de dejar esa medicina, para que no vuelva a caer en lo mismo, porque ya el burriquito viejo y "cansao", no da dos viajes, y es con algo mas de dos que se cura. Jajaja.

    Afectos de Ley S.

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  3. Cuchara:

    Muy buena la vivencia, y muy buena la advertencia al final. Esta se parece a las que hacen los canales de TV para desligarse de la responsabilidad por los "conceptos emitidos".

    Como siempre, excelente narativa. Felicitaciones!

    Un abrazo,

    Fernan Ferreira.

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  4. Don Rolando: recuerdo perfectamente que padecisteis de reumatismo agudo, y cual Lázaro, con la asistencia de nosotros, pudisteis recuperaros de tan doloroso quebranto. Creo que el romo, aunado a vuestra gran fuerza de voluntad y la alegría festiva, os ayudaron a salir avante hacia vuestra recuperación total. Larga vida para vos, amigo RolEspi. Niño Almonte.

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