sábado, 9 de junio de 2012
ARTÍCULO INVITADO DE AMO A MAO
MI PUEBLO NO TIENE A QUIEN ROGARLE...
Por Brenda Aracena R.
Cortesía de AmoAMao.com
Ahora miramos al cielo, como quien duda de que haya allí alguien que nos mire, nos escuche y se interese en los problemas de un pueblo que cada día más se hunde en la miseria, la frialdad humana y el desahucio de los más empobrecidos.
Esperábamos a un héroe pero éste nunca llegó y ni siquiera envió la excusa, se nos han secado los ojos de mirar al sol a ver si un día sale por otro lado como indicio de un positivo cambio.
Unos llegarán, otros ya preparan su equipaje para hacer el simulacro de la despedida, pues tras ella quedarán merodeando la zona a ver cómo, cual máquina tragamonedas nos quita el último chelito del día a día...
A la esperanza ya le pasó el novenario y no nos recordamos a que campo santo la llevamos, la libertad nos pasó por las narices y no le hicimos caso, porque pensamos que ésta dependía de otros, sin darnos cuenta que solo a nosotros nos pertenecía el derecho de independizarnos.
Ya no hay chapulines todos nos los hemos gastado, ya no hay a quien rogarle, ya las velas se nos han puesto caras, como para derretirlas en vano, no hay ángeles que quieran gastar sus vuelos por la causa de este pueblo, la fe nunca llegó a alcanzar el tamaño necesario de aquel grano de mostaza, creo que mi pueblo ya no tiene a quien rogarle.
Por Brenda Aracena R.
Cortesía de AmoAMao.com
Ahora miramos al cielo, como quien duda de que haya allí alguien que nos mire, nos escuche y se interese en los problemas de un pueblo que cada día más se hunde en la miseria, la frialdad humana y el desahucio de los más empobrecidos.
Esperábamos a un héroe pero éste nunca llegó y ni siquiera envió la excusa, se nos han secado los ojos de mirar al sol a ver si un día sale por otro lado como indicio de un positivo cambio.
Unos llegarán, otros ya preparan su equipaje para hacer el simulacro de la despedida, pues tras ella quedarán merodeando la zona a ver cómo, cual máquina tragamonedas nos quita el último chelito del día a día...
A la esperanza ya le pasó el novenario y no nos recordamos a que campo santo la llevamos, la libertad nos pasó por las narices y no le hicimos caso, porque pensamos que ésta dependía de otros, sin darnos cuenta que solo a nosotros nos pertenecía el derecho de independizarnos.
Ya no hay chapulines todos nos los hemos gastado, ya no hay a quien rogarle, ya las velas se nos han puesto caras, como para derretirlas en vano, no hay ángeles que quieran gastar sus vuelos por la causa de este pueblo, la fe nunca llegó a alcanzar el tamaño necesario de aquel grano de mostaza, creo que mi pueblo ya no tiene a quien rogarle.
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