MEDICINA ALTERNATIVA

NORMAS PARA UNA ALIMENTACIÓN CORRECTA
Por Nelson Rodríguez Martínez (Cuqui)
El autor es Ing. Agrónomo, profesor universitario y presidente fundador de N.R. Bienestar, S.R.L., compañía dedicada a la producción y venta de productos medicinales naturales

Cada día consumimos una gran variedad de alimentos repartidos en unas tres comidas diarias, pero, ¿lo hacemos bien? Para aprender a comer de la manera adecuada podemos leer libros, apuntarnos a cursillos… Pero, es mejor empezar a aplicar estas 20 normas para una alimentación correcta desde hoy.

1) Coma sólo alimentos naturales. La naturaleza ofrece alimentos especialmente adaptados a las necesidades de todos los animales que viven en nuestro planeta. Los monos, en general, consumen frutas, semillas, frutos secos, brotes jóvenes de plantas y raíces suculentas. La antropología nos enseña que el hombre prehistórico vivió con este tipo de dieta; y aún hoy en día, la mayor parte de la población mundial vive básicamente de estos alimentos. Por eso, entre las poblaciones rurales de África no se conocen prácticamente ciertas enfermedades típicas de las sociedades desarrolladas, como cáncer de colon, apendicitis, cálculos de la vesícula…

2) Reduzca el consumo de carnes y pescados. Las condiciones de crianza de los animales para el consumo dejan mucho que desear. Sin embargo, el problema principal es, sencillamente, que consumimos demasiada cantidad de alimentos ricos en proteínas animales. Las necesidades diarias de proteínas son cuantitativamente menores que las de otros grupos alimenticios.

Por tanto, el consumo excesivo de carnes, productos lácteos, huevos o pescado ocasiona un cambio en la flora intestinal predominando los microorganismos de putrefacción que se alimentan con este tipo de restos. Es falso creer que el aporte de proteínas viene sólo de este tipo de alimentos, ya que el pan integral o las legumbres nos ofrecen proteínas de gran calidad biológica. Un vaso de leche o 100 g de frutos secos aportan muchas proteínas.

3) Vigile el consumo de huevos. Es difícil y caro encontrar huevos de calidad puestos por gallinas criadas con una alimentación correcta. Sin embargo, las proteínas del huevo son de las mejores, ya que prácticamente todas ellas pueden ser metabolizadas por el organismo.

No hay que consumir más de dos huevos a la semana, pero debemos incluir ahí los derivados del huevo presentes en las proteínas de pastelería (bollos, pastas) y en platos preparados.

4) Leche de buena calidad. Hoy en día se consume más leche en nuestro país que en cualquier otra época. Sin embargo, no podemos decir que la calidad de ésta sea excepcionalmente buena, ya que las leches de larga conservación o la leche en polvo presente en gran cantidad de alimentos -son de mucha peor calidad que la leche fresca-.

Muchas personas no toleran bien el consumo de leche, les produce dolor de cabeza, indigestión, acidez, alergias… aunque otras tienen tolerancia a la leche, pero no al yogur, el queso o la mantequilla.

5) Las grasas animales son más indigestas. De entre las grasas animales, la mantequilla es quizás la que tiene una mejor digestibilidad. Pero el aceite de oliva o los aceites vírgenes de presión en frío ofrecen grasas vegetales mucho más saludables y digeribles. La intolerancia general a las grasas suele indicar una pequeña insuficiencia en la secreción de bilis.

6) Reduzca el café y el té negro. Ambos contienen cafeína que puede entorpecer el sueño, alterar la digestión, causar acidez y presión arterial elevada, así como una sobrecarga al hígado y de los riñones. Unos buenos sustitutos del café son la malta y la achicoria tostada, pero no deben tornarse habitual.

7) No abuses de los condimentos. Todas las especias de cocina pueden irritar el estómago si está delicado. Pero, en algunas ocasiones, el uso de condimentos alimenticios puede ser útil para estimular la función digestiva. La sal debe utilizarse con moderación, especialmente si tenemos las piernas hinchadas, problemas de tensión arterial, del corazón o de los riñones.

8) Coma lo suficiente, pero no demasiado. La cantidad de alimentos que necesitamos depende de la talla, el sexo, la edad y la actividad de cada individuo. Los hombres suelen necesitar algo más de alimento que las mujeres porque tienen mayor masa muscular. Para reducir peso hay que hacer ejercicio y comer menos.

9) Reduzca su peso a partir de los cuarenta. El consejo puede extender a todas las edades. Con un 10% de exceso del cuerpo considerado ideal se deben reducir los alimentos grasos, consumir más verduras, frutas y una cantidad moderada de cereales integrales, legumbres y poco pan.

10) Los platos se deben cocinar bien para digerirse correctamente. Antes de comer, al ver y oler el alimento, ya se produce una secreción de jugos digestivos. Es el reflejo condicionado de Pavlov que mejora la digestión. Por eso deberíamos comer sólo cuando tenemos apetito.

11) Evita los caramelos y dulces. Entre ellos el azúcar. Todos ellos causan acidez en el organismo y favorecen la indigestión y el catarro. El mejor sustituto son los azúcares en estado natural: frutas secas, miel, melaza, jarabe de arce.

12) Toma siempre un alimento crudo en cada comida. Los mejores son la fruta fresca o sus jugos, lechuga, col, pepino y otras verduras de ensalada que nos pueden proveer cantidades importantes de vitaminas.

Las frutas y verduras crudas también nos aportan una buena cantidad de minerales y oligoelementos.

13) Consuma salvado o alimentos con fibra en cada comida. El salvado de trigo o de otros cereales es excelente para estimular el movimiento intestinal. Otras fibras, como el agar, son también útiles y especialmente indicadas para personas con digestión muy sensible y que no toleran el salvado. El consumo de una cantidad moderada de semillas de lino ayuda también a lubricar el contenido digestivo y reducir el estreñimiento.

14) Las comidas deben tener sus horas. De esta manera guardamos un ritmo intestinal que nos asegura una regularidad en la evacuación. Más que omitir alguna comida al día, es mejor consumir un poco de fruta para mantener el ritmo peristáltico de los intestinos.

15) No juntes una comida con otra. Lo mejor es comer dos veces al día y tomar alguna pequeña cantidad de alimentos por la mañana. Si comemos tres veces al día, lo adecuado es que la comida del medio día sea la principal. La cena ha de ser ligera, con frutas, líquidos y cereales.

16) Beba seis a diez vasos de agua al día. El agua es mejor tomarla fuera de las comidas, al levantarnos y al acostarnos por ejemplo. Pero tan importante como beber lo suficiente es eliminar después el líquido sobrante: no debemos aguantarnos excesivamente el deseo de orinar.

17) Mastica cada bocado hasta que quede una pasta semilíquida. Cuando masticamos estamos aumentando la producción de jugos digestivos en la boca, en el estómago y en los intestinos, lo que nos permite saborear mucho mejor el placer de la comida. Los alimentos líquidos también deben ensalivarse y beberse a pequeños sorbos apreciando su sabor.

18) No abuses de alimentos fuertes. Entre éstos tenemos las vinagretas, los picantes en general y la pastelería, especialmente si no es casera.

19) Aleja los problemas de tu mesa. Comer con preocupaciones conlleva a digerir la comida con ellas y estas últimas suelen ser las más indigestas. La compañía agradable es excelente para digerir los alimentos y cumple el rito social de reunirnos junto a la mesa para compartir alimentos.

20) Lea las etiquetas. En ellas se describe la composición de los alimentos que tomamos. Actualmente se incluyen en los alimentos gran cantidad de sustancias químicas, algunas indicadas incluso en la etiqueta.

Es importante ser consumidores conscientes porque es la única manera de cambiar para bien las nefastas tendencias alimenticias de la sociedad moderna.

FUENTE :
Libro : “Terapias Alternativas Aplicadas”.
Autor : Nelson Rodríguez Martínez, Máster en Fitoterapia