viernes, 27 de julio de 2012
BUSCANDO NIVEL
ALCOHOL SIN CONTROL EN EL PAÍS
Por Fernando Rodríguez Céspedes
La venta y consumo de alcohol sin control en nuestro país, es causa indiscutible de males que van desde accidentes automovilísticos con pérdidas de vidas, mutilaciones, invalidez y daños materiales, hasta la ola de feminicidios que tan grave y vergonzantemente lacera a nuestra sociedad.
Estadísticamente, los organismos correspondientes dan cuenta de que más del 60 por ciento de los accidentes de tránsito son ocasionados por la temeridad o falta de reflejos que provoca en los conductores, sobre todo de motocicletas, la ingestión de alcohol antes o mientras se conduce.
Esto, sin contar con el ausentismo laboral o poco rendimiento debido a las famosas resacas de quienes empiezan a beber “un trago social” cualquier día de semana para terminar borrachos y con el malestar que provoca el consumo de alcohol que aunque social y comercialmente es aceptado, es una droga.
Esta droga “desinhibidora,” ha contribuido a llevar el luto, el dolor y la destrucción a miles de familias dominicanas víctimas de los machos envalentonados que golpean a esposas e hijos, agresiones que muchas veces terminan con el asesinato.
Da pena ver a muchos de nuestros jóvenes visitar noche tras noche las discotecas, y a cualquier hora, colmadones y centros de diversión para consumir un elemento altamente pernicioso para su salud física, mental y económica. Lo hacen con orgullo y se ufanan de ello como si en lugar de una afrenta, fuera una virtud.
Ya se ha convertido en un relajo el establecimiento de colmadones y centros de diversión alrededor de las universidades y hasta de escuelas secundarias donde es frecuente observar a los estudiantes con un poste de ron o una fría en horas que debieran utilizar para el estudio y su preparación.
Hemos llegado al extremo de que existen gasolineras y otros lugares de expendio de alcohol, que hasta le llevan la cerveza al cliente al carro, ignorando las leyes que prohíben el consumo de alcohol mientras se maneja, y lo peor, sin que las autoridades se den por enteradas de esta situación.
Ninguna sociedad puede progresar sin disciplina por lo que celebramos la iniciativa del Ejecutivo de someter un proyecto de ley que regula el expendio y consumo de bebidas alcohólicas, a sabiendas de los grandes intereses que resultarían afectados de convertirse en ley dicho proyecto.
Quiera Dios que nuestros congresistas decidan casarse con la gloria y lo aprueben, pese a las presiones y campaña mediática que surgirán para torpedear e impedir que pase un proyecto de ley tan positivo para el devenir de una sociedad que al decir de algunos, consume más litros de alcohol que de leche.
Por Fernando Rodríguez Céspedes
La venta y consumo de alcohol sin control en nuestro país, es causa indiscutible de males que van desde accidentes automovilísticos con pérdidas de vidas, mutilaciones, invalidez y daños materiales, hasta la ola de feminicidios que tan grave y vergonzantemente lacera a nuestra sociedad.
Estadísticamente, los organismos correspondientes dan cuenta de que más del 60 por ciento de los accidentes de tránsito son ocasionados por la temeridad o falta de reflejos que provoca en los conductores, sobre todo de motocicletas, la ingestión de alcohol antes o mientras se conduce.
Esto, sin contar con el ausentismo laboral o poco rendimiento debido a las famosas resacas de quienes empiezan a beber “un trago social” cualquier día de semana para terminar borrachos y con el malestar que provoca el consumo de alcohol que aunque social y comercialmente es aceptado, es una droga.
Esta droga “desinhibidora,” ha contribuido a llevar el luto, el dolor y la destrucción a miles de familias dominicanas víctimas de los machos envalentonados que golpean a esposas e hijos, agresiones que muchas veces terminan con el asesinato.
Da pena ver a muchos de nuestros jóvenes visitar noche tras noche las discotecas, y a cualquier hora, colmadones y centros de diversión para consumir un elemento altamente pernicioso para su salud física, mental y económica. Lo hacen con orgullo y se ufanan de ello como si en lugar de una afrenta, fuera una virtud.
Ya se ha convertido en un relajo el establecimiento de colmadones y centros de diversión alrededor de las universidades y hasta de escuelas secundarias donde es frecuente observar a los estudiantes con un poste de ron o una fría en horas que debieran utilizar para el estudio y su preparación.
Hemos llegado al extremo de que existen gasolineras y otros lugares de expendio de alcohol, que hasta le llevan la cerveza al cliente al carro, ignorando las leyes que prohíben el consumo de alcohol mientras se maneja, y lo peor, sin que las autoridades se den por enteradas de esta situación.
Ninguna sociedad puede progresar sin disciplina por lo que celebramos la iniciativa del Ejecutivo de someter un proyecto de ley que regula el expendio y consumo de bebidas alcohólicas, a sabiendas de los grandes intereses que resultarían afectados de convertirse en ley dicho proyecto.
Quiera Dios que nuestros congresistas decidan casarse con la gloria y lo aprueben, pese a las presiones y campaña mediática que surgirán para torpedear e impedir que pase un proyecto de ley tan positivo para el devenir de una sociedad que al decir de algunos, consume más litros de alcohol que de leche.
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Gracias, Fernando, por tus escritos hechos con profesionalidad.
ResponderBorrarIsaías