viernes, 20 de julio de 2012

YO TAMBIÉN AMO A MAO

MI PUEBLO DE MAO ESTÁ MÁS DESARROLLADO
Por Antonio Espinal
www.antonioespinal.com

Después de una larga ausencia, volví a mi municipio de Mao. Fue una visita corta y se me fue la mayor parte del tiempo resolviendo asuntos familiares, por lo que no pude reencontrarme con la mayoría de mis amigos.

Mi primera parada fue la casa de mi madre Aurora y mis hermanos Osvaldo, Estervina, Xiomara y Arelis y unos veinte sobrinos y sobrinas, en el Barrio Don Bosco, que yo acostumbraba llamar orgullosamente El Batey. También disfruté mucho conversando con mis tíos Firo, Cachito, Anita y Nino, y todas las comadres de mi fallecida abuela Eufracia.

Encontré a un Mao muy bonito, con muchos barrios nuevos, casas hermosas, un parque de recreo bien mantenido y avances tecnológicos en las comunicaciones que van casi a la par con lo que tenemos en mi segunda patria de Estados Unidos.

Mi amigo y colega Ignacio Márquez me invitó como anfitrión al programa de noticias del Canal 10 de Universal Cable, a cuyo propietario Iván García conozco desde niño, el cual se ha desarrollado como uno de los empresarios más importantes de la zona. Su canal, cuenta con equipos muy modernos y avanzados.

Voté ese día de las elecciones presidenciales y dialogamos sobre el tema, aunque confieso que me comporté muy tímidamente midiendo cada palabra que decía, porque no quería pelearme con los que están ahora y podían quedarse o los que intentaban cambiar el estado de cosas. ¿Por qué? Estoy un poco atrasado con la situación política dominicana y necesito penetrar en ese submundo y enteder su entorno, antes de decir cosas sin fundamento.

Aprendí nuevas cosas de mi pueblo de Mao: aunque no me lo dijeron con palabras, noté que el semáforo en rojo significa que usted puede continuar a toda velocidad sin pararse, que sacar su cartera en la calle es una invitación a que lo "suiciden" y que en cada barrio hay cincuenta bancas de juego por cada escuela.

Me llamó mucho la atención la gran cantidad de haitianos que hay en Mao. En una observación rápida en una calle de mi barrio, vi que transitaba un promedio de tres haitianos por cada dominicano y muchas mujeres haitianas en sus últimos meses de preñez.

No tengo nada contra los haitianos y me apena las condiciones de pobreza que hay en su país, pero considero que poco a poco nos van sobrepasando en número y no creo que se esté haciendo mucho por regular la situación.

En cuanto a mi pueblo, al volver, descubrí que lo amo más que nunca.

2 comentarios:

  1. Hola Antonio:

    ¡Qué bueno volver a las raíces! Abrazar a los troncos familiares, a los viejos amigos, conversar con ellos y añorar aquellos momentos vividos, que por causas diversas no habrán de repetirse...
    ¡Qué bueno, que a pesar de las cosas negativas que "aprendiste" de nuestro terruño natal, hayas descubierto también, "que lo amas más que nunca"!
    Un abrazo,
    Fernan Ferreira.

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  2. Cuando un ser humano es ecuánime y arraiga sus principios en la patria que lo vio nacer, y aun mas, cuando es la chica, solo se aferra la parte positiva, a la parte afectiva de la misma. El amigo Antonio Espinal no es el único alertado de que hay que tener cuidado cuando y donde se saca la cartera. Amigo, nos pasa lo mismo a todos. No se si te pasa lo mismo que a mí. No tengo miedo de hacerlo, porque siempre me hago rodear de mis mejores amigos y nos cuidamos de algunas rapiñas que han invadido a nuestro pueblo.

    Con mucho afectos, Ley S.

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