martes, 27 de enero de 2015
EL PUÑETAZO DE FRANCISCO
Por Fernando Rodríguez Céspedes
Bajo ninguna circunstancia, estoy ni estaré de acuerdo con el crimen de Estado, personal o terrorista como vía para resolver problemas, vengar agravios, "hacer justicia", o cualquier otro pretexto que pueda enarbolarse para justificarlo.
Creo en la diversidad de ideas y opiniones y en la confrontación civilizada de las mismas en busca de la verdad que, muchas veces creemos poseer y que al final, los hechos nos demuestran que estamos equivocados.
Entiendo que al margen de nuestras verdades, hay dogmas y creencias religiosas que pueden resultar ilógicas e irracionales a nuestro entender, pero que debemos respetar y debatir con altura, en caso de que fuese necesario.
Soy cristiano y cuido no dejarme arrastrar al fanatismo, defiendo mi fe sin ofender a quienes no creen en Dios, y nunca aprobaría la ridiculización de quienes no creen o tienen otras religiones, dioses o creencias diferentes a las mías.
Así como me manifestaría en desacuerdo con que se caricaturice la imagen de Jesús con imágenes o viñetas pornos e insultantes, estoy en desacuerdo con que se haga con Mahoma o cualquier ídolo de religiones extrañas.
"Matar en nombre de Dios es una aberración. Pero tampoco se puede provocar ni insultar la fe de los demás. Y si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo", afirmó recientemente el papa Francisco.
Creo que el papa, haciendo uso de su lenguaje sencillo y coloquial no pretendió justificar el ataque terrorista a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, sino resaltar la necesidad de que la prensa observe ciertos límites de prudencia y respeto.
Este terrible suceso debe servir de reflexión a todos los comunicadores del mundo que muchas veces, se exceden, acosan, difaman y agreden a personas e instituciones, olvidando la máxima del benemérito mexicano Benito Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz".
Bajo ninguna circunstancia, estoy ni estaré de acuerdo con el crimen de Estado, personal o terrorista como vía para resolver problemas, vengar agravios, "hacer justicia", o cualquier otro pretexto que pueda enarbolarse para justificarlo.
Creo en la diversidad de ideas y opiniones y en la confrontación civilizada de las mismas en busca de la verdad que, muchas veces creemos poseer y que al final, los hechos nos demuestran que estamos equivocados.
Entiendo que al margen de nuestras verdades, hay dogmas y creencias religiosas que pueden resultar ilógicas e irracionales a nuestro entender, pero que debemos respetar y debatir con altura, en caso de que fuese necesario.
Soy cristiano y cuido no dejarme arrastrar al fanatismo, defiendo mi fe sin ofender a quienes no creen en Dios, y nunca aprobaría la ridiculización de quienes no creen o tienen otras religiones, dioses o creencias diferentes a las mías.
Así como me manifestaría en desacuerdo con que se caricaturice la imagen de Jesús con imágenes o viñetas pornos e insultantes, estoy en desacuerdo con que se haga con Mahoma o cualquier ídolo de religiones extrañas.
"Matar en nombre de Dios es una aberración. Pero tampoco se puede provocar ni insultar la fe de los demás. Y si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo", afirmó recientemente el papa Francisco.
Creo que el papa, haciendo uso de su lenguaje sencillo y coloquial no pretendió justificar el ataque terrorista a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, sino resaltar la necesidad de que la prensa observe ciertos límites de prudencia y respeto.
Este terrible suceso debe servir de reflexión a todos los comunicadores del mundo que muchas veces, se exceden, acosan, difaman y agreden a personas e instituciones, olvidando la máxima del benemérito mexicano Benito Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz".
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Excente análisis.Equilibrado y razonable es tu artículo.
ResponderBorrarAntonio Mateo Reyes.