Diómedes es facilitador de RRHH en Infotep
Dada la importancia que para mí tiene el tema de La Paz, y el acierto del autor en su exposición, en esta ocasión pláceme traerles este interesante escrito de Carol Ann Morrow, extraído del mini libro “Elogio de la Paz” en lugar de mi acostumbrada columna.
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Ansiamos la paz en sus múltiples manifestaciones: paz interior, paz en nuestras relaciones, paz en nuestro entorno, paz entre las naciones. La paz ha de comenzar en el corazón de cada uno. Los conflictos globales comienzan con miedo, envidia, ira desconfianza y fraude.
¿Cómo podemos deplorar la violencia en nuestras calles y la guerra en tierras extranjeras cuando nuestros corazones alimentan los mismos sentimientos agresivos? El mundo exterior no puede sino reflejar nuestro conflicto interior. De hecho, eso es lo que sucede.
He aquí algunas sugerencias que pretenden ayudarnos a conseguir gran paz interior, y que seamos capaz de vivirlos en todo nuestro ser: cuerpo, corazón y alma.
1. Vive en paz contigo mismo. Aunque Dios te llama al crecimiento y al progreso, te quiere tal como eres. Tu propio valor supera toda medida, porque eres criatura de Dios.
2. No declares la guerra a las partes de ti mismo que no puedes cambiar. Acepta tus sombras, tu inestabilidad y tus debilidades igual que aceptas tus fuerzas positivas. La paz interior unifica todas las partes construyendo una totalidad.
3. Fundaméntate en los valores que tú mismo has escogido con atención y deliberación. Luego, observa si tus propias actitudes y acciones están reñidas con dichos valores. Solo tú puedes eliminar el conflicto. Compórtate con los otros como quieres que se comporten contigo.
4. Identifica el resentimiento, la desconfianza y la hostilidad con que has fabricado tu armadura contra un mundo que te hirió en el pasado y comprométete a desmontar esa armadura pieza por pieza.
5. Relaja tus mandíbulas y tus puños, y suelta tus armas. Cuando estás tenso, en guardia y precavido, te estas preparando para la batalla, no para la paz. Procura que tu cuerpo sea un mensajero diplomático en un mundo en busca de paz.
6. Mantener una lista de enemigos agota tu energía y endurece tu corazón. Procura ver el bien que ve Dios; ama a tus enemigos. Cuando ya no queden enemigos, entonces habrá paz.
7. Perturbar la paz es un crimen. Cuando te encuentres enfurecido, vociferando, pataleando e irritado por los pequeños contratiempos de la vida, ¡detente!
8. Cuando estás en conflicto con alguien, comienza por hacer las paces mentalmente. Imagínate a ti mismo en paz. Amplia la imagen lentamente hasta incluir a tu contendiente. Guarda esa imagen en tu imaginación y contémplala con amor de vez en cuando.
9. Controla tu enfado. Los que te ofenden lo hacen a causa de su propia inseguridad, ignorancia y debilidad, no por su fortaleza. Sé fuerte y supera tu enojo disponiéndote a perdonar.
10. Acepta tu responsabilidad cuando hayas ofendido a otros porque te faltaba paz interior. Rectifica apenas te sea posible.
11. Golpear al gato, dar un portazo, dar un grito protestando, no son actitudes pacíficas. Considera hasta qué punto tus sentimientos explotan de forma inadecuada. Controla esos sentimientos.
12. La paz ve semejanzas entre la gente, no diferencias amenazadoras que construyen barreras. Identifica las diferencias - un valor, una actitud, una elección - que te amenazan, pero procura comprenderlas.
13. Guerras horrendas se han desencadenado por el control de un territorio o por el ejercicio del poder. Considera tu propia tendencia a poseer y ejercer poder sobre los demás. Cuanto más puedas prescindir de esa tendencia, menos ocasiones tendrás para turbar la paz para con actos violentos. Conviértete en un puente, en lugar de ser una barrera.
14. Habla con suavidad. Si adviertes violencia en tu lenguaje, piensa que todo procede de tu corazón. Elige el vocabulario de la paz y la serenidad en lugar de palabras de condenas, maldición, calamidad y queja.
15. Llama con suavidad a los miembros de tu familia para acudir al teléfono, a la hora de la comida o por cualquier otra causa. Más que mandar, invita; espera colaboración y no resistencia. Sé paciente. La paz viene sobre alas suaves, no sobre el estampido del trueno.
16. Considera tus palabras condenatorias. Nadie suele aceptar ni obtener beneficio alguno de las recriminaciones sobre su carácter o sus actos. Elige palabras de alabanza y aceptación, palabras que construyen paz.
17. Adáptate a las circunstancias. Deja que siga tal cual todo aquello que no te corresponde cambiar. Si lo que depende de ti necesita cambio, haz lo que puedas y quédate tranquilo. No estás obligado a solucionarlo todo.
18. Declara una zona tu rincón personal. Haz de un lugar de tu casa un puerto seguro, un santuario. Cuando te sientas irritado y te des cuenta de que empiezas a levantar la voz, refúgiate allí, tal vez con un libro, un póster o algún otro objeto capaz de pacificar tu corazón.
Fuente: Extraído del mini libro Elogio de la Paz, escrito por Carol Ann Morrow.
Título original: Peace Therapy
Querido Hermano,este importante tema sobre la Paz, es digno de apreciación y acogimiento en estos tiempos tan convulsos, donde cualquier desliz, no necesariamente mal intencionado, explosiona en la inmensa mayoría de las gentes con estrépito y desconsideración, debido a la justipreciada y extrema beligerancia proveniente de individuos, grupos y sectores precarios e insatisfechos en sus necesidades básicas.
ResponderBorrarEs evidente,... la Paz significa de manera determinante, progreso, democracia, libre albedrío, tranquilidad, respeto, armonía, concordia y sobre todo, amor sublime para con nuestro prójimo, nuestros vecinos, la comunidad, nuestro País y sus circunvecinos.
Muchas gracias distinguido Hermano, por obsequiarnos con este valioso tema de gran significación para los que amamos la tranquilidad y el respeto por los demás.
Siempre suyo, con sumo acopio de la Paz distendida y bien intencionada.
Cuqui Rodríguez Martínez
Gracias querido hermano por sus hermosas y justas apreciaciones sobre el tema. Hago extensivas mis felicitaciones a Carol Ann Morrow , por ser la autora del tema, y al líder Isaías por su publicación. Humildemente, mi único mérito al respecto fue copiarlo y enviárselo al viejo Isa.
ResponderBorrarCon cariño y estima.
Diómedes.