domingo, 21 de diciembre de 2014
SOPLAN VIENTOS DE PAZ ENTRE CUBA Y EE.UU.
Por Fernando Rodríguez Céspedes
El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos provoca un sentimiento de esperanza entre quienes creemos en el respeto a la autodeterminación de los pueblos como base de la paz mundial.
Todavía es prematuro determinar cuál de los dos países sacará mayor provecho en esta nueva etapa de unas tensas relaciones que se extendieron con bajas y altas por más de 50 años en perjuicio, principalmente, del pueblo cubano.
Sin embargo, la apertura anunciada simultáneamente por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, parece llegar en el momento en que Cuba más la necesita debido a la precaria situación que vive su amiga y protectora república de Venezuela.
Desde el punto de vista político, el bloqueo económico decretado por el congreso norteamericano en el 1961 contra Cuba, sirvió durante largos años al gobierno castrista para justificar muchos desaciertos económicos cometidos por el régimen.
Contribuyó también a cohesionar el nacionalismo cubano en las nuevas generaciones que crecieron con muchas limitaciones y precariedades atribuidas siempre a la potencia del norte que ahora se presenta, sospechosamente, amigable.
En contraposición a los sectores más conservadores de los Estados Unidos, Obama dio un paso de avance en las relaciones con su tradicional enemigo político, buscando mejorar su imagen y hacer un acto de justicia aclamado por la comunidad internacional.
Mientras tanto, en lo que se definen situaciones, y llega el posible levantamiento del bloqueo, Cuba debe ser cautelosa y cuidarse de una apertura violenta que puede conllevar la rápida penetración de los elementos más nocivos de la cultura y vicios del imperialismo, en perjuicio de la sociedad cubana forjada con muchos sacrificios y privaciones, pero con una alta moral y disciplina revolucionarias.
El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos provoca un sentimiento de esperanza entre quienes creemos en el respeto a la autodeterminación de los pueblos como base de la paz mundial.
Todavía es prematuro determinar cuál de los dos países sacará mayor provecho en esta nueva etapa de unas tensas relaciones que se extendieron con bajas y altas por más de 50 años en perjuicio, principalmente, del pueblo cubano.
Sin embargo, la apertura anunciada simultáneamente por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, parece llegar en el momento en que Cuba más la necesita debido a la precaria situación que vive su amiga y protectora república de Venezuela.
Desde el punto de vista político, el bloqueo económico decretado por el congreso norteamericano en el 1961 contra Cuba, sirvió durante largos años al gobierno castrista para justificar muchos desaciertos económicos cometidos por el régimen.
Contribuyó también a cohesionar el nacionalismo cubano en las nuevas generaciones que crecieron con muchas limitaciones y precariedades atribuidas siempre a la potencia del norte que ahora se presenta, sospechosamente, amigable.
En contraposición a los sectores más conservadores de los Estados Unidos, Obama dio un paso de avance en las relaciones con su tradicional enemigo político, buscando mejorar su imagen y hacer un acto de justicia aclamado por la comunidad internacional.
Mientras tanto, en lo que se definen situaciones, y llega el posible levantamiento del bloqueo, Cuba debe ser cautelosa y cuidarse de una apertura violenta que puede conllevar la rápida penetración de los elementos más nocivos de la cultura y vicios del imperialismo, en perjuicio de la sociedad cubana forjada con muchos sacrificios y privaciones, pero con una alta moral y disciplina revolucionarias.
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Tocayo:
ResponderBorrarYo estuve en Cuba en el año 1977. Todavía ésta contaba con el apoyo de la URSS. Me pasé alrededor de diez días en ese país socialista y tuve la oportunidad de viajar por el interior del mismo. Durante mi estancia en Cuba, me formé una idea bien clara de cómo utilizaba el régimen castrista el bloqueo económico para echarle la culpa de todos los males "al imperialismo". Pero, también estuvo bien claro para mí, que si el bloqueo económico se le levantaba a Cuba, sería el fin del gobierno castrista. ¿Por qué? Los ciudadanos cubanos andaban con sus bolsillos llenos de pesos cubanos (inorgánicos), pero el régimen (¿el mercado?) era incapaz de ofrecerle los bienes que ellos necesitaban o deseaban comprar. De ahí que los ciudadanos cubanos les hacían la "vida imposible" a los extranjeros, tratando de comprarles todo lo que llevaban puesto: zapatos, pantalones, jeans, etc.
Mi razonamiento era, que si el mercado cubano se abría a la importación de los bienes y servicios que demandaba la población, el régimen cubano, incapaz al mismo tiempo de exportar para generar las divisas necesarias para solventar dichas importaciones, se vería obligado a emitir pesos cubanos inorgánicos (sin respaldo en monedas fuertes), lo cual generaría una inflación galopante, y este ciclo vicioso hubiese dado al traste con el régimen de gobierno.
Volví a Cuba treinta años después (en el 2007). Ya el régimen castrista no tenía el apoyo de la URSS. No recuerdo si ya el Presidente Chávez le había tendido la mano, pero el deterioro era visible: marcado déficit habitacional (los recién casados tenían que quedarse a vivir con sus padres) y por tanto, hacinamiento habitacional, acumulación de basura en la Zona Colonial, un hedor nauseabundo en dicha área, pordioserosy pedigueños en las calles, "jineteras" en las esquinas por las noches y madrugadas, cigarros Cohiba falsificados en las calles, etc., etc., etc.
También se podían observar algunos jóvenes usando "polochés" (¿falsificados?)Tommy Hilfiger, Oscar de la Renta y otras marcas. Es decir, la demanda por las cosas importadas se mantenía, pero el régimen no tenía, ni tiene, divisas en monedas fuertes para satisfacer la misma.
La situación descrita en mi segunda visita, reforzó mi convencimiento de que si se levantaba el embargo económico, el régimen castrista sucumbiría ante la demanda por bienes y servicios, y ante la insatisfacción ciudadana...
Se podría argumentar que éstas importaciones pueden ser bloqueadas. Pero, entonces, ¿Para qué se insiste en desboquearlas?
Con el afecto de siempre,
Fernan Ferreira.