miércoles, 3 de octubre de 2012

TERCER CAMINO

EL AFÁN DE SER FELIZ
Por Lavinia del Villar

Todo el mundo quiere ser feliz, sin excepción de persona. ¿Quién vive conforme con la desgracia?... Creo que solo los que andan en la búsqueda del dolor, y que al final se convierten en masoquistas.

Todos queremos ser dichosos, afortunados, suerteros… Por eso, nos pasamos la vida tratando de completar la fórmula química que aplicada a nuestras relaciones de pareja, de familia, de amistad, de trabajo etc., nos lleve a la armonía que nos conduzca al destino final, que sería ese hermoso camino de la felicidad donde todo es claro, amplio, recto y sin escollos… ¡Qué ilusión! ¡Y qué bonito sería!..., pero en la realidad ese sendero solo existe en nuestros anhelos, porque primero, no hay rutas sin obstáculos, y segundo, sin retos la vida no tendría sentido.

Pero volvamos al afán de ser feliz… Cuando nuestros intentos no resultan fructuosos, decimos que la felicidad no existe, sino que solo existen momentos felices. Es entonces cuando nos preparamos para salir a buscar esos “momentos felices”, que si los encontramos, usualmente terminan al cerrar la puerta de nuestra casa, volviéndonos a la realidad, y dejándonos si no peor, en el mismo puesto.

Confundimos felicidad con satisfacción y con placer, por lo que a veces esa búsqueda de felicidad nos lleva al hedonismo, doctrina que considera que el móvil de la vida es el placer.

Creemos que para ser felices debemos sentirnos bien todo el tiempo, porque nos lo merecemos, y nos resulta difícil bajarnos del altar en que nos colocan algunas personas o nos subimos nosotros mismos, para con los pies en la tierra aprender que somos más felices cuando somos más humanos.

Decir que la felicidad está dentro de nosotros, es un tema muy trillado aunque lleno de verdad, por eso para ponerlo de otra forma, pensemos que sentirnos contentos de ser como somos, sería el primer paso y el mejor recurso para comenzar a ser felices.

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1 comentario:

  1. Querida Lavinia, estoy convencido de que la felicidad, como precedentemente dijera mi hermano Diómedes y confirmado por tí, reside en nosotros, aunque equivocadamente estamos acostumbrado a buscarla en los demás con la creencia de que el que ríe es muy feliz; eso, en parte.
    La felicidad tiene abundantes acepciones, significados e interpretaciones, dependiendo del momento, la persona, su entorno y la concepción que de ella se tenga; a pesar que tendemos a generalizarla, en la realidad es de concepto aplicable de manera individual, salvo, cuando se colectiviza.
    De forma compendiada,es el sumum de sentimientos, logros, júbilos, reconocimientos, placeres y satisfacciones obtenidos en tiempo(s) determinado(s) y, en su mayoría, dados en sucesivas reediciones.
    Lavinia, me place reconocer lo valioso y decidor de tus aseveraciones a través de este oportuno artículo, en momentos tan difíciles que nos está tocando vivir en la actualidad por todos los dominicanos, causados por la desaprensiva, irresponsable e indolente actitud de quienes hoy día "nos dirigen".
    Mis felicitaciones por tus ponderados aciertos sabiamente vertidos en este competente y útil medio de amplia difusión entre maeños y relacionados.
    Abrazos, muchos,... de tu primo hermano, con sumo distingo.

    Cuqui Rodríguez Martínez.

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