CUCHARADITAS

MI MÁS RECIENTE EXPERIENCIA
Por Rolando Espinal

Las peripecias de un hombre cuya preocupación por su salud lo impulsó a hacer frente a sus temores y a soportar con decisión inquebrantable los sinsabores de las pruebas clínicas.

En vista de que MEEC es un medio donde podemos narrar todas nuestras vivencias, quiero compartir mi última experiencia médica en cuanto a chequeo de salud se refiere.

Todo empieza cuando sin ninguna razón aparente, y sin tener resaca, noto que estoy tomando agua hasta 30 veces en el día, y orinando igual o más cantidad de veces; compraba un litro de Coca Cola y era un solo trago lo que le daba a la botella entera y me quedaba con deseo de un par de tragos mas. De madrugada me levantaba hasta 4 y 5 veces a orinar, y entonces pasaba el día durmiéndome hasta haciendo fila en un banco comercial cualquiera; la falta de experiencia y la orinadera a toda hora, me hizo sospechar de la Próstata y de glicemia al mismo tiempo; entonces, y para ir descartando diagnósticos, me decidí a visitar un endocrinólogo, el cual de inmediato me indicó una glicemia (azúcar en la sangre) , y al día siguiente, con los resultados a mano, me declararon diabético, porque el azúcar me salió en 360 (ese fue mi último promedio de bateo en el año 1964). Bueno pues les diré que ahí encontré la razón para la bebedera de agua y por ende para orinar tanto durante el día; ya con la medicación, todo eso quedó corregido.

Teniendo ya bajo control la diabetes, entonces me decidí a visitar por primera vez en mi vida, un urólogo, para descartar o descubrir cualquier incógnita que pudiera estar alojada en esa área del cuerpo que se llama próstata, tan descuidada por ignorancia de nosotros lo hombres. (Confieso que no había ido nunca, por temor a una noticia negativa). Pues bien, estando en el consultorio del urólogo, y luego de algunas preguntas, me ordena acostarme en una camilla, en posición boca arriba con las piernas flexionadas y la rodillas separadas (primera acción a la cual le temía), inmediatamente el médico en fracciones de segundos, cometió lo que para mí fue la primera violación, con el tacto rectal; luego salimos al consultorio, donde me dijo que la tenía aumentada de tamaño pero que estaba blanda, y que lucía todo bien, y entonces, me indicó una sonografía de abdomen, y sin perder tiempo, salí de inmediato a realizarme dicha prueba, lo cual fue imposible, porque debía estar en ayunas para ello. Al otro día, me presenté en ayunas al departamento de sonografía del centro médico UCE, y es aquí donde se inicia lo más temido para mí; en ese momento me llamó una asistente del sonografista, y me ordenó quitarme todo de la cintura para abajo; cuando salí de ahí con una bata abierta en la la parte de atrás, se me mandó acostar en una camilla de frente a una pared con las piernas dobladas y de espaldas al médico, momento en el cual, siento que me ponen un gel frío, y me introducen un tubo-cámara, para hacer la exploración interna del abdomen; quiero detenerme aquí, para decir que esa acción duró alrededor de 15 minutos, auscultando vejiga, riñones, páncreas, y el hígado. Pero gracias a Dios que todo salió bien en esa prueba. Luego para estar completamente seguro del estado de la próstata, se me indicó una sonografía, para lo cual debía presentarme al día siguiente en ayunas y con una enema puesta dos horas antes de llegar; para eso, ese día me levanté temprano como siempre, y me convertí en "enemamólogo" y yo mismo me apliqué mi enema, y salí pa la pelea dispuesto a cualquier cosa.

Inmediatamente llegué, me mandaron a entrar, y de nuevo a quitarme todo de la cintura para abajo; cuando salí de ahí, otra vez con la misma bata abierta hacia atrás, se me ordenó acostarme en una camilla de lado con el frente hacia la pared, con las piernas dobladas y de espalda al médico en esa posición; a seguidas, siento que me ponen el mismo gel frío, y me introducen un tubo- cámara, para tomar imágenes de la próstata en diferentes ángulos (aquí vuelvo a detenerme para confesar que en el tiempo que el médico permaneció en esa labor, yo con mi tubo adentro, me pasaron mil cosas por la mente, entre ellas, que si el médico hubiera estado al frente mío, lo hubiera besado para completar la obra, porque ya lo estaba queriendo en ese momento, sin yo ser cundango). Bueno, pero cuando se terminó ese romance mental, agilicé para que se me entregara el resultado lo más rápido posible, lo cual conseguí al día siguiente. Cuando el médico leyó el resultado, resulta que apareció un nódulo en el lóbulo izquierdo, lo cual otra vez había que someter a estudio.

Como es natural, entonces se me indicó una biopsia sonográfica, y con mi sustico, me llegué a Diagnóstica S.A para solicitar la cita, la cual me pusieron para el día siguiente, a las 2:30 P.M. Al día siguiente me presenté, con mi otra enema aplicada. Inmediatamente me vieron, me mandaron a pasar y me repitieron lo mismo que ya me habían dicho dos veces anteriores: que me quitara todo de la cintura hacia abajo; en ese momento pensé que se me iba a presentar otro romance, pero resultó todo lo contrario, porque ahí para tomar las muestras, lo que usan es una aguja "saca bocao", que la anexan al tubito que le introducen al paciente ; en mi caso, me sacaron 16 fragmentos (o sea, 16 bocaos), cada fragmento es un corte que te hacen, y se asimila mucho a un disparo con una munición pequeña; creo que el que pasa por eso, de ahí pa’lante se puede fajar con un león rabioso, y no le sabe a nada. Luego de eso, me llevaron a otro cuartito a tomarme la presión arterial, porque casi a todos se les sube la presión, por la ansiedad que se produce en ese momento, pero la mía estaba normal.

Luego de todo, me dijeron que volviera en tres días a recoger los resultados; esos eran tres días más con el sustico natural. Llegada la fecha para buscarlos, me llegué allá, y me los entregaron, diciéndome que se los llevara al especialista para su interpretación. Desde que salí a la calle, abrí mi sobre, y solo me interesó ver donde decía: " NO SE OBSERVARON MALIGNIDAD EN ESTOS FRAGMENTOS.".

De ahí en adelante pude volver a respirar tranquilo y seguido me vino a la mente, hacerles llegar a todos los hombres, conocidos o no, la exhortación para que asistan a chequearse aunque crean que no es urgente, pero sí creo que es obligatorio.