viernes, 11 de julio de 2014
EL SICARIATO Y EL CONGRESO
Por Fernando Rodríguez Céspedes
Aunque el sicariato tiene sus orígenes en la antigua Roma, en los últimos años se ha globalizado pasando a ocupar un lugar importante en el bajo mundo utilizándose en narcotráfico, ajustes de cuentas, luchas políticas, conflictos pasionales y hasta en problemas familiares.
El tema es recurrente, y pese a que la Policía Nacional tiene en sus archivos de pandillas a más de 100 grupos delincuenciales identificados, solo actúa contra los mismos cuando cometen un crimen por encargo o motu proprio.
En los últimos días, la sociedad dominicana se ha visto estremecida por tres casos relacionados con el sicariato: el juicio contra la banda que intentó asesinar al abogado Jordi Veras en Santiago, la muerte de dos jóvenes damas en la zona oriental y la ejecución del regidor Renato Castillo en Bayaguana.
Este último asesinato tiene connotaciones especiales por tratarse, según la policía, de un crimen mandado a ejecutar por el alcalde Nelson Sosa contra el edil de su propio partido que había denunciado el manejo doloso de unos 15 millones de pesos por el hoy acusado de homicidio.
El tema está en la picota y coincide con un proyecto de ley que busca modificar el garantista Código Penal vigente, incluyendo la tipificación del sicariato y estableciendo penas más drásticas contra los autores intelectuales, mediadores y ejecutantes de crímenes por encargo.
Esta es una buena oportunidad para que los legisladores hagan algo positivo a favor de la ciudadanía y de ellos mismos, porque aún está latente en la mente del pueblo, el asesinato cometido contra el senador Darío Gómez (*), en un caso típico de sicariato, que se quiso presentar como un asalto.
(*) NOTA DE LA ADMINISTRACIÓN: El senador Darío Gómez Martínez, murió luego de ser baleado en una residencia en Santo Domingo el 11 de diciembre del 2001. Al momento de su muerte, Gómez Martínez era senador por la provincia Santiago Rodríguez. Por su asesinato fueron juzgados y condenados a 30 años de prisión Domingo Daniel Minaya (El Mago), Carlos Manuel Gerónimo Alfonseca (Carlos Collares), Ernesto Meléndez Vásquez (Chino), Ramón Antonio Rosario Taveras (El Gringo) y Pedro Urbano Piña (Kelly).
El juez que condenó a los autores físicos del crimen, desestimó que hubiera un autor o autores intelectuales en el crimen, lo que los familiares del malogrado senador siempre han refutado.
Información de la NOTA DE LA ADMINISTRACIÓN tomada en parte de hoy.com.do
Aunque el sicariato tiene sus orígenes en la antigua Roma, en los últimos años se ha globalizado pasando a ocupar un lugar importante en el bajo mundo utilizándose en narcotráfico, ajustes de cuentas, luchas políticas, conflictos pasionales y hasta en problemas familiares.
El tema es recurrente, y pese a que la Policía Nacional tiene en sus archivos de pandillas a más de 100 grupos delincuenciales identificados, solo actúa contra los mismos cuando cometen un crimen por encargo o motu proprio.
En los últimos días, la sociedad dominicana se ha visto estremecida por tres casos relacionados con el sicariato: el juicio contra la banda que intentó asesinar al abogado Jordi Veras en Santiago, la muerte de dos jóvenes damas en la zona oriental y la ejecución del regidor Renato Castillo en Bayaguana.
Este último asesinato tiene connotaciones especiales por tratarse, según la policía, de un crimen mandado a ejecutar por el alcalde Nelson Sosa contra el edil de su propio partido que había denunciado el manejo doloso de unos 15 millones de pesos por el hoy acusado de homicidio.
El tema está en la picota y coincide con un proyecto de ley que busca modificar el garantista Código Penal vigente, incluyendo la tipificación del sicariato y estableciendo penas más drásticas contra los autores intelectuales, mediadores y ejecutantes de crímenes por encargo.
Esta es una buena oportunidad para que los legisladores hagan algo positivo a favor de la ciudadanía y de ellos mismos, porque aún está latente en la mente del pueblo, el asesinato cometido contra el senador Darío Gómez (*), en un caso típico de sicariato, que se quiso presentar como un asalto.
(*) NOTA DE LA ADMINISTRACIÓN: El senador Darío Gómez Martínez, murió luego de ser baleado en una residencia en Santo Domingo el 11 de diciembre del 2001. Al momento de su muerte, Gómez Martínez era senador por la provincia Santiago Rodríguez. Por su asesinato fueron juzgados y condenados a 30 años de prisión Domingo Daniel Minaya (El Mago), Carlos Manuel Gerónimo Alfonseca (Carlos Collares), Ernesto Meléndez Vásquez (Chino), Ramón Antonio Rosario Taveras (El Gringo) y Pedro Urbano Piña (Kelly).
El juez que condenó a los autores físicos del crimen, desestimó que hubiera un autor o autores intelectuales en el crimen, lo que los familiares del malogrado senador siempre han refutado.
Información de la NOTA DE LA ADMINISTRACIÓN tomada en parte de hoy.com.do
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