viernes, 21 de marzo de 2014
SACRIFICIO CON VENTAJA
TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar
Muchas personas acostumbramos entregar algo que nos gusta, como sacrificio de Cuaresma, para de alguna forma convencernos de que hacemos algo en agradecimiento y compensación por el sufrimiento de Jesús.
Sin embargo, la mayoría de las veces la entrega funciona como los mensajes subliminales, que esconden la verdadera intención del mensaje, porque el “desprendimiento” resulta en un velado recurso que nos favorece para alcanzar otra meta. Por ejemplo, mi hija, que ha heredado mi costumbre, me confiesa que en esta cuaresma dejó los chocolates que adora, y que espera que el sacrificio la ayude a bajar de peso.
Yo particularmente, en ocasiones he dejado los dulces, el arroz, el pan, y otras cuantas cosas que me gustaría suprimir de mi dieta y me cuesta hacerlo, así que me amparo en la abstención de cuaresma, porque privándome de algunos gustos, agrado a Dios, y al mismo tiempo rebajo algunas libritas. O sea que mato dos pájaros de un tiro, y el Señor está conforme.
Lo mismo pasa con nuestra limosna. Aprovechamos para limpiar los closets y damos lo que nos sobra, no nos gusta, no nos sirve, o nos estorba, y así fingiéndonos buenos cristianos, creemos que al alivianar nuestra casa, también cumplimos con Dios. ¿A quién engañamos vendiéndonos como buenos cristianos, cuando en realidad no lo somos?
Damos con miedo unas cuantas monedas, y creemos que ya cumplimos con nuestro deber. Pero compartir nuestra pobreza, y despojarnos de lo que realmente vale para nosotros, eso es otro cantar.
Creo que es tiempo de reflexionar en el mensaje del papa Francisco para esta cuaresma 2014: “Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.”
Por Lavinia del Villar
Muchas personas acostumbramos entregar algo que nos gusta, como sacrificio de Cuaresma, para de alguna forma convencernos de que hacemos algo en agradecimiento y compensación por el sufrimiento de Jesús.
Sin embargo, la mayoría de las veces la entrega funciona como los mensajes subliminales, que esconden la verdadera intención del mensaje, porque el “desprendimiento” resulta en un velado recurso que nos favorece para alcanzar otra meta. Por ejemplo, mi hija, que ha heredado mi costumbre, me confiesa que en esta cuaresma dejó los chocolates que adora, y que espera que el sacrificio la ayude a bajar de peso.
Yo particularmente, en ocasiones he dejado los dulces, el arroz, el pan, y otras cuantas cosas que me gustaría suprimir de mi dieta y me cuesta hacerlo, así que me amparo en la abstención de cuaresma, porque privándome de algunos gustos, agrado a Dios, y al mismo tiempo rebajo algunas libritas. O sea que mato dos pájaros de un tiro, y el Señor está conforme.
Lo mismo pasa con nuestra limosna. Aprovechamos para limpiar los closets y damos lo que nos sobra, no nos gusta, no nos sirve, o nos estorba, y así fingiéndonos buenos cristianos, creemos que al alivianar nuestra casa, también cumplimos con Dios. ¿A quién engañamos vendiéndonos como buenos cristianos, cuando en realidad no lo somos?
Damos con miedo unas cuantas monedas, y creemos que ya cumplimos con nuestro deber. Pero compartir nuestra pobreza, y despojarnos de lo que realmente vale para nosotros, eso es otro cantar.
Creo que es tiempo de reflexionar en el mensaje del papa Francisco para esta cuaresma 2014: “Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.”
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Muy bueno Dña. Gracias.
ResponderBorrarEl egocentrismo nos arropa. La mano izquierda no se extiende si no ve su reflejo en la derecha. Tiene más peso la fórmula manos que dan esperan, que la máxima da sin esperar nada a cambio... y recibirás... y no necesariamente cosas materiales.
Por otra parte: ¡cómo nos encanta a muchos cacarear lo que damos!, principalmente cuando damos lo de los demás a nombre nuestro.
Isaias
Que real y sinceras expresiones las suyas;son de las cosas que mucho molestan a muchos ,porque están repletas de verdades.
ResponderBorrarConsidero que la expontaneidad en dar las cosas sin tomar en cuenta que las necesitamos o no es lo que nos permite estar satisfecho con Dios .
Es como si me hiciera el favor de sacarme de la fila tan larga para atenderme ,para luego estarme empujando ; asi no cumplimos con el amigo y menos con Dios.
Muy bonito mi querida .
Manito