miércoles, 19 de marzo de 2014
LA ENCRUCIJADA DEL PRESIDENTE
Por Fernando Rodríguez Céspedes
De los cuatro temas candentes que abruman al presidente Danilo Medina, en estos momentos, el suscitado por la polémica sentencia 168-13 del endiosado Tribunal Constitucional (TC) es, sin lugar a dudas, el que mayores dolores de cabeza le ha provocado por la naturaleza del mismo y las implicaciones internacionales que conlleva.
Los demás son manejables, como demostró cuando afirmó que sobre el aumento de los peajes no hay nada definitivo, bajando de esta manera la presión social que provocó el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, al anunciar un abusivo aumento de 233.3 % al costo del peaje.
En lo concerniente a otro tema objeto de encendidos debates e importancia para el país, la explotación de Loma de Miranda, el Tribunal Superior Administrativo (TSA), acaba de darle un pie de amigo al ordenar al Ministerio de Medio Ambiente y a la Dirección General de Minería, la detención de cualquier gestión que implique la explotación de la referida zona.
Y por último, sobre el proyecto de modificación al Código Laboral, el presidente acaba de expresar que cualquier cambio se realizará sobre la base del consenso entre los patronos y los trabajadores y si no hay acuerdo, no habrá modificación. Como puede apreciarse aquí también va suave el presidente puesto que la situación no depende de él.
Donde "la puerca retuerce el rabo" es en el polémico tema de la desnacionalización de miles de dominicanos de ascendencia haitiana afectados por una draconiana sentencia que nos presenta al mundo como un país racista, creando al presidente una situación tan complicada que le ha resultado difícil encontrar una salida salomónica al problema.
Las fuerzas más conservadoras del Estado, representadas por sus aliados de la Fuerza Nacional Progresistas, el presidente de la Junta Central Electoral, el director de Migración, y el cardenal López Rodríguez, por otro lado, lo tienen en jaque bloqueando cualquier salida humanitaria que saque del atolladero al país del lío en que lo ha metido el todopoderoso TC.
Mientras tanto, las instituciones más representativas en la lucha por los derechos humanos, como Amnistía Internacional y la Corte Interamericana así como entidades de la sociedad civil nacional y extranjera se mantienen a la expectativa del desenlace que tendrá el drama de miles de dominicanos de ascendencia haitiana y otras nacionalidades.
De los cuatro temas candentes que abruman al presidente Danilo Medina, en estos momentos, el suscitado por la polémica sentencia 168-13 del endiosado Tribunal Constitucional (TC) es, sin lugar a dudas, el que mayores dolores de cabeza le ha provocado por la naturaleza del mismo y las implicaciones internacionales que conlleva.
Los demás son manejables, como demostró cuando afirmó que sobre el aumento de los peajes no hay nada definitivo, bajando de esta manera la presión social que provocó el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, al anunciar un abusivo aumento de 233.3 % al costo del peaje.
En lo concerniente a otro tema objeto de encendidos debates e importancia para el país, la explotación de Loma de Miranda, el Tribunal Superior Administrativo (TSA), acaba de darle un pie de amigo al ordenar al Ministerio de Medio Ambiente y a la Dirección General de Minería, la detención de cualquier gestión que implique la explotación de la referida zona.
Y por último, sobre el proyecto de modificación al Código Laboral, el presidente acaba de expresar que cualquier cambio se realizará sobre la base del consenso entre los patronos y los trabajadores y si no hay acuerdo, no habrá modificación. Como puede apreciarse aquí también va suave el presidente puesto que la situación no depende de él.
Donde "la puerca retuerce el rabo" es en el polémico tema de la desnacionalización de miles de dominicanos de ascendencia haitiana afectados por una draconiana sentencia que nos presenta al mundo como un país racista, creando al presidente una situación tan complicada que le ha resultado difícil encontrar una salida salomónica al problema.
Las fuerzas más conservadoras del Estado, representadas por sus aliados de la Fuerza Nacional Progresistas, el presidente de la Junta Central Electoral, el director de Migración, y el cardenal López Rodríguez, por otro lado, lo tienen en jaque bloqueando cualquier salida humanitaria que saque del atolladero al país del lío en que lo ha metido el todopoderoso TC.
Mientras tanto, las instituciones más representativas en la lucha por los derechos humanos, como Amnistía Internacional y la Corte Interamericana así como entidades de la sociedad civil nacional y extranjera se mantienen a la expectativa del desenlace que tendrá el drama de miles de dominicanos de ascendencia haitiana y otras nacionalidades.
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Fernan,
ResponderBorrarAgradecemos tus observaciones certeras sobre temas sociopolíticos que nos conciernen e indefectiblemente nos afectan.
Isaías