viernes, 20 de septiembre de 2013
PARA CURAR EL ALMA
ESCUCHANDO EL SILENCIO DEL ALMA
Por Doris Rodríguez
“La única huella que perdura, es la del camino recorrido”. D.R.
Cuántas veces nos preguntamos, ¿de dónde aprendimos tal o cuál conocimiento, que nos aflora en determinado momento, sin darnos cuenta, cuándo, dónde y cómo lo aprendimos?
En el camino de la vida, vamos cargando nuestro ser de momentos buenos y otros no tan buenos, pero de ellos, vamos llenando la existencia de silencios y ruidos. Cada momento es un aprendizaje, y sin darnos cuenta llegamos a un estado que nos indica que debemos hacer un alto y escuchar el silencio de nuestra alma, porque allí nos encontraremos con respuestas que dan Luz a nuestra existencia.
Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior. Y es que todos queremos ser felices. Si la felicidad nos la da un objeto o persona externa, nos volvemos dependientes, y la dependencia nos hace perder el horizonte, la libertad.
Debemos ir en búsqueda del espacio interior que genera nuestro estado de felicidad, conectar con lo divino. Debemos incluso enfrentarnos con todas las experiencias del pasado que han dejado cicatrices y huellas emocionales.
Es por ello que debemos recurrir a sanar nuestro estado interior; es importante buscar el antídoto que sane nuestros patrones negativos, y podemos conseguirlo con la meditación.
No es que sea una receta extraordinaria, pero si no valoramos nuestros caminos individuales, los diferentes grados evolutivos de cada ser; no lograremos llegar a escuchar el silencio del alma. La meditación nos indica el camino.
Todo lo que buscamos, ya lo poseemos; pero no nos damos cuenta que está allí. No hay fórmulas exactas en esta búsqueda, cada camino es una aventura individual, pero tratemos de encaminarnos hacia el alma.
Por Doris Rodríguez
“La única huella que perdura, es la del camino recorrido”. D.R.
Cuántas veces nos preguntamos, ¿de dónde aprendimos tal o cuál conocimiento, que nos aflora en determinado momento, sin darnos cuenta, cuándo, dónde y cómo lo aprendimos?
En el camino de la vida, vamos cargando nuestro ser de momentos buenos y otros no tan buenos, pero de ellos, vamos llenando la existencia de silencios y ruidos. Cada momento es un aprendizaje, y sin darnos cuenta llegamos a un estado que nos indica que debemos hacer un alto y escuchar el silencio de nuestra alma, porque allí nos encontraremos con respuestas que dan Luz a nuestra existencia.
Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior. Y es que todos queremos ser felices. Si la felicidad nos la da un objeto o persona externa, nos volvemos dependientes, y la dependencia nos hace perder el horizonte, la libertad.
Debemos ir en búsqueda del espacio interior que genera nuestro estado de felicidad, conectar con lo divino. Debemos incluso enfrentarnos con todas las experiencias del pasado que han dejado cicatrices y huellas emocionales.
Es por ello que debemos recurrir a sanar nuestro estado interior; es importante buscar el antídoto que sane nuestros patrones negativos, y podemos conseguirlo con la meditación.
No es que sea una receta extraordinaria, pero si no valoramos nuestros caminos individuales, los diferentes grados evolutivos de cada ser; no lograremos llegar a escuchar el silencio del alma. La meditación nos indica el camino.
Todo lo que buscamos, ya lo poseemos; pero no nos damos cuenta que está allí. No hay fórmulas exactas en esta búsqueda, cada camino es una aventura individual, pero tratemos de encaminarnos hacia el alma.
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Bonita frase la que sirve de introito a este artículo, y que profundo su significado. Veraz desde cualquier ángulo que se le mire.
ResponderBorrarUn beso,
Fernan Ferreira.
Gracias querido Fernan, que bueno que le haya gustado la frase , a veces me salen aceptable jajajaja ,bendiciones de lo alto junto a su familia, abrazos.
ResponderBorrarLa verdad amiga Doris es que sus meditaciones son super interesantes... sin desperdicios. Constituyen una fiel guía para lograr paz de espíritu, encontrarse con uno mismo y, por consiguiente, son un bálsamo PARA CURAR EL ALMA.
ResponderBorrarFelicitaciones de corazón y le reitero que soy, si no el primero, un asiduo seguidor de sus sabias orientaciones. ¡¡¡Bendiciones, salud y larga vida para Usted y Familia!!!
Diómedes Rodríguez