lunes, 16 de septiembre de 2013
DO-RE-MI
NUESTRO VIAJE
Por Juan Colón
Para que nuestro viaje tenga un final feliz debemos hacerlo lo más liviano de equipaje posible, como dice el padre Ignacio Larrañaga en uno de sus libros, “Del Sufrimiento a la paz”, donde solo podemos sentir el soplo del aire acariciando nuestras espaldas, y el refrigerio del espíritu cuando alguien nos manifiesta el deseo de saborear juntos una taza de café.
Cuando sintamos haber ganado una palmada de cariño y respeto de nuestros compañeros, significando que pudieron percibir la ligereza de equipaje con que hicimos nuestra trayectoria y que jamás hayan sentido que lo que pudimos hacer fue algo más valioso que lo que ellos hicieron.
Que pudieran haber percibido que fuimos dos guerreros de la vida con diferentes tareas encomendadas y que para el Gran Arquitecto cada tarea tenía su rol especial en el desarrollo del gran plan cósmico que teníamos que cumplir.
Es hermoso cuando un ser humano se acerca a ti con una sonrisa, con el deseo de darte un abrazo y decirte a los ojos cuan feliz se siente de verte.
¿Acaso no es eso un premio de gran magnitud? Probablemente para la sociedad de hoy no lo es, porque no ven tu equipaje lleno, las grandes billeteras ni de los suntuosos vehículos que debieras estar transitando.
Es grandioso ver que por encima de toda globalización, estereotipos humanos, títulos, millones de ventas de discos, de los productos de la fábrica del vecino, quien se te acerca te quiere brindar lo mejor de su alma solo para recibir de ti lo mejor, porque cuando nos dan un regalo del alma, la reciprocidad y gratitud de tu alma te hace sentir el deseo inmenso de darle de ti lo mejor.
¿Acaso no es más feliz quien puede dormir tranquilo?; ¿Acaso no es más feliz quien puede compartir un pedazo de pan?; ¿Acaso no es más feliz quien logra soplar con el alma radiante de sonido y armonía y no con los bolsillos llenos de papeletas no importa el color, pero llenos, pero con su alma vacía?
¿Cuántos hombres y mujeres hay con ansias de poder escuchar una hermosa melodía que nos permita recibir el calor humano que ha salido de esa alma soplante, sin TV, sin radio, sin medios, sin nada, solo dejar que su alma se manifieste, porque entendiste que al final de la jornada solo partirás después de cruzar el puente que une lo racional con lo irracional; donde no existe lógica humana, porque ahí te habrás fundido con el néctar divino de la escala musical que nos llena el alma?
Es mi eterna lucha porque mi tarea fue decirte que ames lo que hagas, y que hagas lo que hagas dejes el alma al hacerlo, solo así podrás mirar a tus hijos con alma y espíritu y decirles al acostarse, Dios te bendiga; decirle al amigo sin temor en tu mirada, te amo, te necesito; decirle a tu niño que vive en ti, te amo, ven, caminemos juntos la última parada de nuestra jornada, con equipaje bien liviano.
Por Juan Colón
Para que nuestro viaje tenga un final feliz debemos hacerlo lo más liviano de equipaje posible, como dice el padre Ignacio Larrañaga en uno de sus libros, “Del Sufrimiento a la paz”, donde solo podemos sentir el soplo del aire acariciando nuestras espaldas, y el refrigerio del espíritu cuando alguien nos manifiesta el deseo de saborear juntos una taza de café.
Cuando sintamos haber ganado una palmada de cariño y respeto de nuestros compañeros, significando que pudieron percibir la ligereza de equipaje con que hicimos nuestra trayectoria y que jamás hayan sentido que lo que pudimos hacer fue algo más valioso que lo que ellos hicieron.
Que pudieran haber percibido que fuimos dos guerreros de la vida con diferentes tareas encomendadas y que para el Gran Arquitecto cada tarea tenía su rol especial en el desarrollo del gran plan cósmico que teníamos que cumplir.
Es hermoso cuando un ser humano se acerca a ti con una sonrisa, con el deseo de darte un abrazo y decirte a los ojos cuan feliz se siente de verte.
¿Acaso no es eso un premio de gran magnitud? Probablemente para la sociedad de hoy no lo es, porque no ven tu equipaje lleno, las grandes billeteras ni de los suntuosos vehículos que debieras estar transitando.
Es grandioso ver que por encima de toda globalización, estereotipos humanos, títulos, millones de ventas de discos, de los productos de la fábrica del vecino, quien se te acerca te quiere brindar lo mejor de su alma solo para recibir de ti lo mejor, porque cuando nos dan un regalo del alma, la reciprocidad y gratitud de tu alma te hace sentir el deseo inmenso de darle de ti lo mejor.
¿Acaso no es más feliz quien puede dormir tranquilo?; ¿Acaso no es más feliz quien puede compartir un pedazo de pan?; ¿Acaso no es más feliz quien logra soplar con el alma radiante de sonido y armonía y no con los bolsillos llenos de papeletas no importa el color, pero llenos, pero con su alma vacía?
¿Cuántos hombres y mujeres hay con ansias de poder escuchar una hermosa melodía que nos permita recibir el calor humano que ha salido de esa alma soplante, sin TV, sin radio, sin medios, sin nada, solo dejar que su alma se manifieste, porque entendiste que al final de la jornada solo partirás después de cruzar el puente que une lo racional con lo irracional; donde no existe lógica humana, porque ahí te habrás fundido con el néctar divino de la escala musical que nos llena el alma?
Es mi eterna lucha porque mi tarea fue decirte que ames lo que hagas, y que hagas lo que hagas dejes el alma al hacerlo, solo así podrás mirar a tus hijos con alma y espíritu y decirles al acostarse, Dios te bendiga; decirle al amigo sin temor en tu mirada, te amo, te necesito; decirle a tu niño que vive en ti, te amo, ven, caminemos juntos la última parada de nuestra jornada, con equipaje bien liviano.
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Juan, extremadamente aleccionador y gratificante este hermoso enfoque sobre el fiel cumplimiento y sencilla despedida, sin pesadumbre, con el deber cumplido, externando regocijante albedrío y plena conciencia lo sencillo y fácil de expresar amor y dar lo mejor, con la clara convicción de no esperar ningún reparo y mucho menos reconocimiento, puesto que en toda alma noble e iluminada esta actitud permanece gestante en su interior para su futura eclosión.
ResponderBorrarAbrazos, muchos y cálidos, que personas como usted nos eleva el espíritu, haciéndonos crecer con la sencilla solemnidad de aprender a vivir reconociendo y utilizando con real sutileza nuestros recursos, posibilidades y limitaciones.
Cuqui Rodríguez Martínez
Muy verdadero y muy espiritual, Maestro. Congratulaciones y el afecto de siempre!
ResponderBorrarUn abrazo,
Fernan Ferreira.
¡Aleccionadora y ejemplar reflexión primo Juan!
ResponderBorrarLo importante no es tener mucho, sino apreciar y valorar lo poco que tenemos.
Recordar que: "Rico no es el que más tiene sino el que menos necesita" Gracias por su invaluable aporte gran Maestro.
Abrazos, afecto y cariño para Usted y Familia.
Diómedes Rodríguez Martínez