jueves, 29 de octubre de 2015

EXAGERANDO LAS VIRTUDES DE OTRA PERSONA

Por Dayanara Reyes Pujols

El hábito de idealizar es muy común en las personas y esto arrastra muchas decepciones. Se extreman las virtudes y se le otorga el poder de la perfección. Se enaltece en muchos ámbitos: en la pareja, en lo amistoso, familiar, laboral, …

Normalmente, cuando se eleva a una persona es porque se cree que está ante alguien inalcanzable. También delata sentirse inferior, poco valioso y refleja baja autoestima.

En el caso específico de las parejas se tiende a perder la individualidad por completo, para convertirse en un ser incompleto que necesita a su pareja para ser feliz. Este tipo de pareja puede caer en la dependencia emocional. Se convierten en esclavo del otro.

Dificultades cuando se idealiza:

1. Si logran fraternizar con la persona sublimada, poco a poco, se les irá cayendo el vendaje de los ojos y verán que la humanidad es imperfecta. Esta realidad los puede llevar a la contrariedad, desesperanza y desilusión.

2. En la mayoría de los casos, quien engrandece, se monta una imaginación en la que cuelga unas particulares a otro que indudablemente no se recaen con lo que esa persona es. Es por esto que la realidad brota y se ven los desperfectos, se ponen los pies en la tierra, el mundo se cae al vacío, y todo se viene abajo.

¡Todos hemos idealizado a alguien! “Me fallaron, no era lo que parecía” ¿Le suena este comentario?

Esta sorpresa se origina por idealizar a la persona, por ver la realidad empañada por una utopía donde solo ve a la persona perfecta. Es muy frecuente que suceda cuando nos gusta un cantante, actor, famosa, artista, … La admiración por esa celebridad no me permite ver que no es así en otras facetas de su vida.

Hasta no conocer a una persona de manera íntima no la conocemos y por lo tanto no sabemos nada de esa ella. Se sugiere reconocer que todos somos iguales; todos tenemos virtudes y defectos.

“Esa persona que admiras y crees que es mejor que tú, en realidad es igual, lo único que hace es brillar en momentos específicos, pero si vieras sus defectos, como todos los tenemos, la bajarías del pedestal”.

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