lunes, 2 de noviembre de 2015

HABLANDO EN SILENCIO... LA CALIDAD DE LOS PENSAMIENTOS

PARA CURAR EL ALMA
Por Doris Rodríguez


Podemos construir un jardín florido y abundante, lleno de flores de distintos colores y tamaños, a través de pensamientos positivos o por el contrario dejar que se filtren pensamientos inútiles y negativos, crecen y se reproducen en ese jardín malezas como: angustia, enojo, ira, rencor, frustración, que atraerán desarmonía e insatisfacción.

Una mente en su estado natural es pacífica, y una mente pacífica nos da claridad.

Cuando vemos la vida con claridad no hay desgaste, porque nuestra mente se vuelve liviana, no se alimenta de pensamientos innecesarios, agobiantes. La mayor enfermedad de la mente es pensar en exceso, especialmente pensar demasiado en lo que hicimos, dejamos de hacer o en lo que quisiéramos estar haciendo. Todo esto perturba la serenidad propia de la mente. Pensar demasiado es como comer demasiado: la pesadez nos impide mantenernos ligeros y flexibles.

La calidad de los pensamientos va creando una actitud anímica conforme a dichos pensamientos. Y la actitud anímica genera un estado orgánico semejante, para bien o para mal.

El organismo no se envenena sólo por las toxinas que se ingieren sino también por la calidad de los pensamientos que albergamos en nuestra mente y los sentimientos que se anidan en nuestro corazón. Es necesario higienizar la mente.

Pensemos con calidad para que el flujo de la vida no sea otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia, y esta interacción se traduce en calidad de sentimientos.

Cuando mantenemos un pensamiento durante un tiempo, éste se transmite al Universo. Ese pensamiento se adhiere magnéticamente a la frecuencia de lo semejante y en cuestión de segundos devuelve la lectura de esa frecuencia a través de las emociones que sentimos. Dicho de otro modo, el Universo se comunica contigo a través de tus sentimientos para decirte en qué frecuencia te encuentras en este momento.

Saber reconocer nuestros pensamientos es la base de nuestra capacidad para dar y recibir. Ser consciente de cómo nos sentimos y sintonizar con esos sentimientos, es la forma más rápida de saber lo que estamos pensando y queremos.

Recuerda que la “la combinación del pensamiento y el amor es lo que crea la irresistible fuerza de la ley de la atracción”.

Crea tu realidad, empieza ahora a sentirte una persona de sentimientos sanos y la prosperidad la verá como cuando más da.

2 comentarios:

  1. Excelente reflexión, sin desperdicio!!

    Gracias Doris por su valioso y desinteresado aporte

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  2. Gracias del alma por la honra de leerla, bendiciones .
    Afectos ,
    Doris.

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