Cuando los ojos abrí.
Y yo se lo devolví,
Cuando los de ella cerró.”
(del poemario popular de Islas Canarias)
En la habitación estaban mi esposa Práxedes y su sobrina Eloise, Catalina la sirvienta y Sara la estudiante de medicina. Las dos últimas cuidaban de la moribunda y las dos primeras medían su glucosa en sangre dos veces al día. Eran las 9:30PM y me di cuenta que ya a mi madre se le acababa la vida. Con sus últimas fuerzas pronunció en un susurro los dos nombres con que me bautizó junto a mi padre, y agregó: … “te quiero mucho”……“quiero darte cuatro besos”…, al tiempo que juntaba sus labios.
Acerqué mi mejilla izquierda a sus labios que ya no podían besarme. Entonces los besé y también en la frente, a la vez que le decía que sabía que era un beso para cada hijo.
Las mujeres observaban inmóviles.
Al amanecer del lunes 7 de julio del 2014 el espíritu de Graciela Liranzo (doña Cea) voló libre hacia el Creador.
Guaro,
ResponderBorrarNuestro más sentido pésame a ti y familia por tan irreparable pérdida.
Paz y conformidad.
Isaías
Guarionex: Nuestras sinceras condolencias ante la partida de Doña Cea. Ante el dolor que te embarga, debe servirte de consuelo la trayectoria de vida de tu querida madre ¡hasta su último gesto, fue un acto de amor! Sin lugar a dudas, Doña Cea está sentada a la diestra del Padre.
ResponderBorrarUn abraz,
Fernan Ferreira.
Mis sinceras condolencias Guarionex.
ResponderBorrarGuaro,lamente muchísimo no estar en la ciudad el día del velatorio de tu madre .¡ Cuanto sentimiento en estas cortas frases ! Doña Chea es parte del diario vivir de mi pueblo y se ganó un sitial en ese conglomerado que la recordara siempre junto al inmenso Dr. Flores Ortiz . Descanse en paz Doña Chea . Abrazos hermano . Evelio Martínez
ResponderBorrarGracias a todos por compartir nuestra pérdida.
ResponderBorrarGuarionex