jueves, 26 de marzo de 2015
CIVILIZACIÓN Y BARBARIE
Por Fernando Rodríguez Céspedes
Titulo de la obra del escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento, que podría ser el nombre de la situación que vivimos en una sociedad que no obstante los avances de las ciencias y la tecnología, sorprende por la violencia irracional de sus integrantes.
Horroriza ver la violencia que sacude un mundo que se supone, a estas alturas, debiera ser de otra manera pero, lamentablemente en el aspecto humano y espiritual hemos quedado rezagados dando paso a la barbarie aún en países que, como Suecia y Francia, se suponen civilizados.
Ver el espectáculo macabro de decenas de víctimas degolladas frente a las cámaras de televisión, seres ejecutados con tiros a la cabeza por niños y niñas menores, individuos que por fanatismo se convierten en bombas andantes explosionadas en lugares públicos, es una práctica común.
Los tiroteos en las escuelas contra maestros y estudiantes indefensos ha llegado a ser un deporte, sobre todo en sociedades como la norteamericana donde sigue prevaleciendo el interés comercial de la venta de armas sobre la seguridad ciudadana, siguen en su apogeo.
Aquí, para no irnos más lejos, se tronchan vidas útiles hasta por un celular, una motocicleta y un arma de fuego, y en ocasiones, como sucedió recientemente en Santiago, hasta por cien pesos, como le pasó a un indefenso anciano asesinado para despojarlo de dicha cantidad de dinero.
En esta semana las redes pasaron un video donde se ven unos individuos golpear y rociar con gasolina a dos vapuleados hombres, a quienes prendieron fuego y quemaron hasta consumirse sus cuerpos, mientras la multitud observaba tranquilamente el dantesco espectáculo.
El lugar de la tragedia: Haití.
El crimen castigado: "se robaron un saco de papas".
Titulo de la obra del escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento, que podría ser el nombre de la situación que vivimos en una sociedad que no obstante los avances de las ciencias y la tecnología, sorprende por la violencia irracional de sus integrantes.
Horroriza ver la violencia que sacude un mundo que se supone, a estas alturas, debiera ser de otra manera pero, lamentablemente en el aspecto humano y espiritual hemos quedado rezagados dando paso a la barbarie aún en países que, como Suecia y Francia, se suponen civilizados.
Ver el espectáculo macabro de decenas de víctimas degolladas frente a las cámaras de televisión, seres ejecutados con tiros a la cabeza por niños y niñas menores, individuos que por fanatismo se convierten en bombas andantes explosionadas en lugares públicos, es una práctica común.
Los tiroteos en las escuelas contra maestros y estudiantes indefensos ha llegado a ser un deporte, sobre todo en sociedades como la norteamericana donde sigue prevaleciendo el interés comercial de la venta de armas sobre la seguridad ciudadana, siguen en su apogeo.
Aquí, para no irnos más lejos, se tronchan vidas útiles hasta por un celular, una motocicleta y un arma de fuego, y en ocasiones, como sucedió recientemente en Santiago, hasta por cien pesos, como le pasó a un indefenso anciano asesinado para despojarlo de dicha cantidad de dinero.
En esta semana las redes pasaron un video donde se ven unos individuos golpear y rociar con gasolina a dos vapuleados hombres, a quienes prendieron fuego y quemaron hasta consumirse sus cuerpos, mientras la multitud observaba tranquilamente el dantesco espectáculo.
El lugar de la tragedia: Haití.
El crimen castigado: "se robaron un saco de papas".
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Asistimos y somos actores de una deshumanizacion tan descomunal que nadie se imaginó que podíamos llegar a tan degradantes terminos.Asombrados y perplejos estamos los que bajo ninguna circunstancias no aceptamos concibir como el hombre siendo un animal inteligente, podría ser capaz de tan degradante conducta. Fernando el más joven de mis hijos, viendo mi constante preocupación por lo que estamos viviendo, me ha dicho lo siguiente: no cargue tanto tu espíritu y tu mente que, esa situación un día habrá de pasar.Ahora que pienso yo que podemos hacer ante tan dolorosa realidad. Creo que en el caso nuestro para no contribuir nunca con esa demoledora realidad y dar ejemplo con nuestras acciones y actitudes positivas que, somos hombres de bien.
ResponderBorrarAntonio Mateo Reyes.