miércoles, 3 de septiembre de 2014
¿Y SI USTED NO SE MUERE…?
TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar
Cuando estudiaba en la secundaria, teníamos un profesor muy especial llamado Don Leo Ricardo y Román, cuyas anécdotas llenaron una época. Era uno de esos maestros comprometidos, por no decir obsesionado, con la formación de sus estudiantes. No solo se conformaba con que aprendiéramos las lecciones que con mucho entusiasmo dictaba, sino que se interesaba hasta en nuestras vidas fuera de las aulas, para aconsejarnos y dirigirnos por lo que consideraba era el buen camino. Contaba con frecuencia, que una vez trataba de convencer a un joven que había desertado, para que volviera a la escuela, y que dicho joven le había contestado que para qué estudiar si al fin y al cabo nos íbamos a morir. Desde ese entonces la mayoría de sus intervenciones sobre comportamiento, hablaban del tema de que sí es posible que la muerte nos alcance en la juventud, y que queramos por eso gozar en vez de esforzarnos…, y así seguía con un discurso que terminaba con la frase: “¿Y si usted no se muere…?”
En esta época en que jóvenes irresponsables se hacen “selfies” desnudas que llegan a las redes sociales, y son vistas, censuradas o disfrutadas por medio mundo, pienso en la frase de Don Leo, y voy más allá, ¿Y cuando usted tenga hijos…? “¿Y si usted no se muere…?”
Esa conducta que podría ser la respuesta a una búsqueda de amor en un mundo de soledad, y que se manifiesta en un afán de llamar la atención o de molestar a alguien a costa de su propio decoro, es un suicidio moral que representa una señal de alerta para los padres, cuyo papel no debe ser enfocarse en castigar, sino en atender al grito de ayuda que su hija le está enviando.
Por Lavinia del Villar
Cuando estudiaba en la secundaria, teníamos un profesor muy especial llamado Don Leo Ricardo y Román, cuyas anécdotas llenaron una época. Era uno de esos maestros comprometidos, por no decir obsesionado, con la formación de sus estudiantes. No solo se conformaba con que aprendiéramos las lecciones que con mucho entusiasmo dictaba, sino que se interesaba hasta en nuestras vidas fuera de las aulas, para aconsejarnos y dirigirnos por lo que consideraba era el buen camino. Contaba con frecuencia, que una vez trataba de convencer a un joven que había desertado, para que volviera a la escuela, y que dicho joven le había contestado que para qué estudiar si al fin y al cabo nos íbamos a morir. Desde ese entonces la mayoría de sus intervenciones sobre comportamiento, hablaban del tema de que sí es posible que la muerte nos alcance en la juventud, y que queramos por eso gozar en vez de esforzarnos…, y así seguía con un discurso que terminaba con la frase: “¿Y si usted no se muere…?”
En esta época en que jóvenes irresponsables se hacen “selfies” desnudas que llegan a las redes sociales, y son vistas, censuradas o disfrutadas por medio mundo, pienso en la frase de Don Leo, y voy más allá, ¿Y cuando usted tenga hijos…? “¿Y si usted no se muere…?”
Esa conducta que podría ser la respuesta a una búsqueda de amor en un mundo de soledad, y que se manifiesta en un afán de llamar la atención o de molestar a alguien a costa de su propio decoro, es un suicidio moral que representa una señal de alerta para los padres, cuyo papel no debe ser enfocarse en castigar, sino en atender al grito de ayuda que su hija le está enviando.
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A pesar de que él ya se había retirado cuando yo ingresé a la secundaria, recuerdo perfectamente a Don Leo, pues vivíamos a menos de dos cuadras de distancia. ¡Qué personaje! ¡Qué olfato tenía para detectar las potencialidades de futuros líderes! ¡Y cuánto apoyo le brindaba a estos jóvenes! ...Caramba, ahora me asalta la duda:¿Saben las generaciones maeñas de hoy quién fue Don Leonidas Ricardo Román? ¡Una calle lleva su nombre por los ingentes esfuerzos de la Asociación de Maeños Ausentes (ASOMAU)! De lo contrario...
ResponderBorrarPor otra parte, excelente enfoque hacia una forma "moderna" de llamar la atención o pedir ayuda. Pero, ojo Profe, a lo mejor usted y yo estamos "tosta'os".
Con el afecto y ademiración de siempre,
Fernan Ferreira.
Cig....Profesora .Que bueno que has desenterrado a Don leo ,un visionario ,un verdadero maestro .Solo voy a citar dos casos ,el de mi amigo y líder el Dr. José Francisco Peña Gómez ,de quien decía " ustedes verán al negro en la silla presidencial mandandonos a todos ,y casi lo logra .De Pitico ,el Dr. Sonis Napoleón Martínez decía " Ese muchacho curara enfermedades que aún no se curan ",y creo que anduvo cerca . Tremendo artículo para meditar ,en estos tiempos borrascosos . Felicidades y abrazos mi hermana . Evelio Martínez
ResponderBorrarGracias Fernan y Evelio: De don Leo hay muuuchas anécdotas que contar, la mayoría jocosas, pero educativas. Abrí la puerta, ojalá sus alumnos sigan recordando aquellos momentos donde cada maestro tenía su librito.
ResponderBorrarAbrazos.
Lavinia.