domingo, 21 de septiembre de 2014
EL VAIVÉN
Por Lavinia del Villar
La vida de los dominicanos que luchamos porque no nos gane la partida el pesimismo, camina en un completo vaivén. Nos levantamos agradeciendo a Dios por el nuevo día, y junto con el cafecito nos llenamos con la esperanza de que tendremos buenas nuevas, y con el sueño de que abundarán personas de buena voluntad que cambiarán las circunstancias y ofrecerán soluciones a los conflictos que nos deprimen, a la impunidad que nos enferma y la corrupción que nos arropa sin piedad.
Para ponernos al día con el mundo encendemos el televisor, y las noticias cambian de inmediato el optimismo por la desesperanza. Entre que si Leonel quiere volver a la silla, porque del poder no se ha apeado, y anda rugiendo como un león, y que si Hipólito y Miguel se halan los moños, aunque Hipólito con mucha dificultad, por proclamarse mandamás del partido, las ilusiones de un futuro promisorio se esfuman. Entre que si se formó otro partido y tampoco resuelve, pues se inicia el mismo tira y jala, no nos queda de otra que entender que desafortunadamente cada político anda en procura de su tajada.
Tratamos de conciliarnos con nosotros mismos y el vaivén nos lleva entre si abrir nuestros corazones para acudir al llamado de los necesitados, o poner más candados a las puertas, y comprarnos un perro extra para ahuyentar los ladrones, o entre si reírnos del país en que nos hemos convertido, o seguir rumiando nuestros desacuerdos y frustraciones.
El deseo de justicia e igualdad tensa el cuerpo, pero la impotencia nos hace soltar el freno, declararnos sin dolientes, y para tratar de evitar el infarto, conformarnos con un “dejemos eso así”.
La vida de los dominicanos que luchamos porque no nos gane la partida el pesimismo, camina en un completo vaivén. Nos levantamos agradeciendo a Dios por el nuevo día, y junto con el cafecito nos llenamos con la esperanza de que tendremos buenas nuevas, y con el sueño de que abundarán personas de buena voluntad que cambiarán las circunstancias y ofrecerán soluciones a los conflictos que nos deprimen, a la impunidad que nos enferma y la corrupción que nos arropa sin piedad.
Para ponernos al día con el mundo encendemos el televisor, y las noticias cambian de inmediato el optimismo por la desesperanza. Entre que si Leonel quiere volver a la silla, porque del poder no se ha apeado, y anda rugiendo como un león, y que si Hipólito y Miguel se halan los moños, aunque Hipólito con mucha dificultad, por proclamarse mandamás del partido, las ilusiones de un futuro promisorio se esfuman. Entre que si se formó otro partido y tampoco resuelve, pues se inicia el mismo tira y jala, no nos queda de otra que entender que desafortunadamente cada político anda en procura de su tajada.
Tratamos de conciliarnos con nosotros mismos y el vaivén nos lleva entre si abrir nuestros corazones para acudir al llamado de los necesitados, o poner más candados a las puertas, y comprarnos un perro extra para ahuyentar los ladrones, o entre si reírnos del país en que nos hemos convertido, o seguir rumiando nuestros desacuerdos y frustraciones.
El deseo de justicia e igualdad tensa el cuerpo, pero la impotencia nos hace soltar el freno, declararnos sin dolientes, y para tratar de evitar el infarto, conformarnos con un “dejemos eso así”.
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Manita seguir escribiendo es otro vaiven sin encontrar respuesta que nos de un aliciente, sin hallar a quien creerle, lo cierto es que navegamos en barco sin timon cuyo rumbo es una eterna pesadilla, no nos salva ni checheren.Solo nos queda seguir queriendonos mucho.Andres
ResponderBorrarCreo que no son los partidos los que deben cambiar. Son los intregrantes de esos partidos que deben modelar el rumbo de su conducta, con miras a poder lograr una república dominicana donde haya respeto por la vida, donde se entienda que lo que es de todos, no es tuyo ni mío, donde hagamos conciencia que ninguna sociedad o pais tiene la posibilidad real de poder desarrollarse en medio del desorden creado por la inícua clase política y empresarial, apoyada por un sistema judicial muy débil, hecho a su medida,donde la impunidad es la garantía para mantener la delincuencia de estado, la de cuello blanco. Hace tiempo que todo se ha planificado para tal desorden, porque es la mejor manera para fortalecer sus intereses. Pocos, pero muy pocos estamos conscientes de esa patética realidad. Mi hermana Lavinia aunque parezca una locura querer enderezar tantas cosas que están torcidas, tenemos que hacerlo . Debo decir que no podemos dilatar las acciones para corregir estos males, es tiempo de actuar, comencemos por nosotros mismos,para así iniciar la revolución moral que necesitamos los dominicanos. Debemos impedir que nos sigan cogiendo de tontos.Debemos empoderarnos de nuestros derechos ciudadanos. Esta república es de todos. No podemos permitir que lo que es tuyo y es mio, nos los sigan robando. Si la horca es la solución, apelemos a la horca, si la revolución es la solución. apelemos a la revolución. No hay razón para vivir en medio de tanta iniquidad,de tanto atropeyo, de tanto desorden, de tanta injusticia y sobre todo de tanta indiferencia. Finalmente quiero expresar que permanentemente estamos enunciando los problemas que padece hoy el otrora valiente, pueblo dominicano. Qué estás haciendo tu y que estoy haciendo yo, para para que eso no siga ocurriendo?
ResponderBorrarAntonio Mateo Reyes.
¿Qué estamos haciendo, tú y yo y Lavinia? Utilizando el arma de que disponemos: la denuncia, con miras a concientizar, esperando que otras personas despierten y se unan a la causa. ¿Puedes tú o Lavinia o Fernan, o cualquiera, salir solo a protestar a las calles? Debemos seguir denunciando, no parar. Llevar el mensaje a cuantos lo necesiten. Es obvio que hay una apatía fuera de serie ante una corrupción que arrasa y daña todo, hecha con el dinero de todos, pero muchos creen que esa es la forma que ha sido siempre y nada va a cambiar, y ni siquiera entienden que robarle al Erario, al Estado, es robarles a ellos. Parecería que Lavinia está sermoneando al coro. Pero es el tipo de mensaje que necesitamos difundir, pues hay mucha gente que no entiende ciertas cosas; aun gente estudiada que dice "ah, deja eso a los políticos", no entendiendo que políticos somos todos, pues todo lo mueve la política y si no nos involucramos, los políticos de carrera, mañosos, estarán más que contentos de que todo lo que pasa nos sea indiferente, para hacer de las suyas a sabiendas de que no serán cuestionados.
BorrarDenunciemos, quejémonos, expliquemos, eduquemos, que aunque parezca que voceamos en el desierto, a veces, ofreciendo una perspectiva diferente de un problema, es suficiente para que sea captado por el interlocutor y le ayude a vencer la inercia que lo tiene varado, sufriendo en silencio, impotente.
Todo el que tenga algo que decir que lo diga. He ahí el primer paso de avance. Cuando nos imponen sus impuestos y callamos, creen que somos pendejos. Debemos resistir, pues aun cuando suframos reveses, si no resistimos sí que no tendremos chance y perdemos de salida.
Y no, no hay que estar afiliado a ningún partido, pues estos están cortados por la misma tijera, carecen de ideología, y al fin y al cabo no tienen un programa de gobierno específico, que acabe con el flagelo de la corrupción que es la raíz de todos nuestros problemas y males sociales. Los que no están esperan su turno para encaramarse y coger lo que ellos creen que por derecho les pertenece.
Isaías
En ningún momento he osado contradecir, ni en su mínima expresión, los conceptos expresados por mi apreciada, amiga y hermana, Lavinia del Villar, con quien tengo una excelente relación de amistad y familiaridad. Con mi comentario creo que reforcé sus consideraciones. Esa fue mi sana intención.
ResponderBorrarAntonio Mateo Reyes.
No creo que digo que contradices a Lavinia, mi amigo. Creo que explicando ampliaba tu pensamiento.
BorrarSigue denunciando, explicando... contribuye al bienestar social.
Un abrazo.
Isaias
Gracias por sus comentarios. Como no me siento capacitada para coger un fusil, escribo. Tienes razón Isaías, no podemos parar de denunciar, pero con el alma en nuestro pueblo y sin coqueteos políticos.
ResponderBorrarLos quiero. Lavinia.
Por supuesto, Dña., los partidos políticos (y por supuesto los políticos) nuestros han demostrado ser todos lo mismo; uno esperando que el otro salga para continuar el saqueo del anterior, al tiempo que garantizan impunidad al saliente y así ad infinitum, ad naseaum.
BorrarDaniel