GRATITUD POR RECONOCIMIENTO EN MI PUEBLO NATAL

PARA CURAR EL ALMA
Doris Rodríguez

Hoy más que nunca me siento agradecida y bendecida, porque fui testigo de uno de los acontecimientos de mayor calidad en los que he participado; en Santiago Rodríguez, Sabaneta se vestía de gloria, de nobleza e integridad al celebrar la XIII versión de los premios ESTA NOCHE que surge del programa del mismo nombre, producido por dos destacados comunicadores Raymundo Infante y Yaquelyn Castillo, dos seres extraordinarios que junto a un gran equipo, desde sus hijos hasta el propietario de Radio Zamba, el señor Thomas, con el patrocinio de la cooperativa COOPSANO, pusieron su empeño para que este premio siga siendo el orgullo de los sabaneteros, ante el país y el mundo, por ser un premio ÚNICO, donde se reconoce el valor a la dignidad, al trabajo honesto, al sacrificio cotidiano de seres sencillos, que han dejado su alma cada mañana tras el sustento de su familia sin empeñar sus valores.

Allí se reconoció a la mujer que no tuvo que recurrir al trabajo deshonesto para levantar su familia, una señora que por más de 55 años se dedica a vender té y café en el mercado; a un hombre que fue el primero en tener un transporte que conducía a la gente de Santiago Rodríguez a buscar sus sueños a santo Domingo; reconocer a un joven profesional con cierta discapacidad física que todos los días se trasladaba a estudiar desde sabaneta a Mao, donde en muchas ocasiones tenía que pedir bola, y que con muchas dificultades logró graduarse con honores y hoy se desempeña como ingeniero en Industria San Miguel "KOLA REAL"; premiar a Don MAGINO, carismático, alegre y muy pintoresco, un hombre consagrado al trabajo agrícola con una devoción sin igual al servicio. Eso es grandioso, porque por vez primera se reconocen a esos héroes anónimos que todos los días dejan sus huellas de nobleza por las calles de Santiago Rodríguez, con su lucha y entrega digna, iluminando y dando el titulo del pueblo más apacible de nuestro país.

¡Qué gran honor recibir este reconocimiento de las manos de Ignacio Márquez, un profesional de la comunicación que dignifica esta carrera! Les juro que en un momento me pregunté, ¿qué hago yo aquí recibiendo este reconocimiento al lado de seres tan grandiosos, si yo apenas según algunos amigos que me quieren mucho creen que Dios me regaló el Don de hablar bonito?

Al escuchar las semblanzas de seres humanos de tanta dignidad, mirar sus rostros llenos de alegría y de escuchar sus entrecortadas palabras agradeciendo por el premio, hoy yo sólo puedo decir GRACIAS, GRACIAS padre amado por darme el privilegio de haber nacido en una tierra de gente tan buena, tan noble, con tanta dignidad que me llenan de Orgullo y por lo cual hoy puedo gritar al mundo… ¡NO TODO ESTÁ PERDIDO!