jueves, 5 de diciembre de 2013

UN CRISTO DE PALO QUE CONJUGA MANSEDUMBRE Y REDENCIÓN

Por Sergio Reyes II

Una resplandeciente mañana de Noviembre nos adentramos al sur de la provincia Dajabón, más allá de las escarpadas montañas de Quisqueya, remontando rincones remotos de la geografía nacional en donde habitan esforzados ciudadanos de la Patria que mantienen latente su noción de dominicanidad y esperan cada día, con el resplandor del sol, la llegada de la mano amiga del Estado, para que atienda sus demandas reivindicativas y mitigue sus penurias y necesidades.

Guiados por el curso de una impresionante carretera que serpentea entre riscos y pendientes saturados de una exuberante fantasía vegetal y entregados al disfrute de bocanadas del aire incontaminado que se respira en estas serranías, en breve tiempo divisamos las primeras viviendas el poblado de Restauración.

Siembras de libros, en procura de contribuir con la futura cosecha de comunidades libres, impulsaban los agitados pasos de la comitiva de gestores culturales dajaboneros que procuran, en estos días, inundar de libros y diversos materiales educativos las estanterías de las bibliotecas populares de las comunidades enclavadas a lo largo de la frontera dominico-haitiana.

Al remontar la cuesta que anuncia la llegada a la población, una plazoleta sembrada de diversas plantas y constituida por calzadas y banquetas de innegable acento provinciano nos dio la bienvenida, revestida de una solemne espiritualidad religiosa y aderezada con los elementos tradicionales de la festividad navideña que se avecina.

A partir de la construcción, en 1951, de un monumento católico por parte de los sacerdotes jesuitas de la Misión fronteriza establecida desde 1936 en todo el territorio de la frontera norte, este lugar fue adquiriendo una connotación espiritual para propios y visitantes, lo que le convirtió en destino de peregrinajes y recinto de veneración religiosa.

Originalmente estaba conformado por un calvario de tres cruces, pero las corrientes en boga en los nuevos tiempos y las recientes adecuaciones de tipo urbanístico y ornamental modificaron su estructura, lo que conllevó la democratización y diversificación de su uso por parte de la totalidad de la población.

Ocupando un lugar cimero en el perímetro del nuevo parque resalta la estructura colosal de una imponente cruz de madera confeccionada con una pieza de pino de grueso calibre y resistencia, de donde fueron extraídas ambas partes. Más impresionante aún viene a ser la imagen que complementa la representación de quien, a tono con la tradición cristiana, vino al mundo a dar su vida por los humildes y los sedientos de redención.

En efecto, la venerable imagen de más de 9 pies, lograda con impecable acierto por las creativas manos del experimentado escultor y tallista Rivera Mora Guzmán, oriundo de la vecina localidad de Rio Limpio, nos remonta a una representación de Cristo en la que destaca la mansedumbre del humilde carpintero y pastor de ovejas que dió el supremo ejemplo de entrega y abnegación en favor de los oprimidos y de los desamparados.

A la vez, esta descomunal escultura que presenta una imagen corpulenta dotada de recia musculatura y poderosas extremidades, con manos y pies atravesados por afilados e impiadosos clavos, tiende a dejar en el ánimo de quien observa la escena una sensación lacerante de dolor: la pesada carga de la humanidad entera que EL asumió como suya para redimirle de sus pecados.

El rostro, junto al rictus de angustia y pesar que le es inherente, refleja también, en un curioso contraste, el implorado perdón para aquellos que no saben lo que hacen, junto a la renovada intención de luchar, de manera denodada, en contra de los apóstatas, los falsarios y los mercaderes -como cuando echó del templo, a latigazos, a los que mancillaron la solemnidad de ese sagrado recinto-.

Ciertamente que, en los nuevos tiempos, el Municipio de Restauración –y su ciudad cabecera- ha experimentado un giro radical en asuntos de imagen, ornato y ordenamiento vial así como en cuanto a la aplicación efectiva de sucesivas jornadas de reforestación, el respeto a las leyes y el seguimiento en la observancia de las reglamentaciones municipales por parte de la población.

En ello ha tenido mucho que ver el dinamismo y la ingeniosidad dispuestos por el cabildo local y sus autoridades a cuya cabeza marcha el Alcalde Pastor Contreras, un esforzado munícipe que, a su vasta experiencia como agricultor y maestro de párvulos le agrega ahora su entrega sin desmayos a la no menos meritoria tarea de contribuir a encauzar a los miembros de su comunidad por los senderos de la educación cívica, la
convivencia y la comunión de esfuerzos en pro de los mejores intereses del municipio.

Es innegable que esta laboriosa comunidad dajabonera enclavada en medio de las verdes montañas de la Cordillera Central se encuentra en buenas manos, diseñando sus posibilidades de progreso a tono con las necesidades más acuciantes de los moradores y unida, como un solo hombre, en el objetivo común de mantener su exuberante ecosistema a salvo de los depredadores y aves de rapiña que, de cuando en cuando, mueven sus tentáculos en aras de adueñarse de sus reservas naturales.

Ojala que, con el mismo amor y mansedumbre con que recibe a los que llegan y bendice a los que se aventuran por ignotos caminos, de igual manera, pero ayudado con el vigor y la contundencia del látigo, el Cristo de palo de Restauración mantenga a raya –o expulse de estos predios y para siempre- a los conquistadores de nuevo cuño y sus complacientes personeros internos.

Y, para orgullo de sus habitantes y asombro de los turistas y visitantes, junto a la tradicional hospitalidad de su gente, su inconfundible monumento que se eleva hacia el cielo en recuerdo de gestas gloriosas y la deslumbrante riqueza forestal de este paraíso eco turístico enclavado en la serranía, en lo adelante, Restauración también será conocido como el primer poblado de la República Dominicana que goza de la protección de un impresionante calvario y los desvelos de un novedoso Cristo en su cruz, confeccionado por un destacado artífice de la madera que es hijo de estas mismas latitudes y elaborado con madera virgen de esta misma cordillera.

Que así sea!!

sergioreyes1306@gmail.com
Restauración, Dajabón; Noviembre 29, 2013.

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