viernes, 16 de mayo de 2014
EVOCANDO LA MEMORIA NOBLE Y ALTRUISTA DEL DR. DEL VILLAR (YORYI) EN EL DÍA QUE HUBIERA CUMPLIDO 81 AÑOS
Jorge Leónidas Del Villar Jorge, (Yoryi), como se le conocía entre sus familiares y amigos, nació en el Municipio de Guayubin, Provincia de Monte Cristy, el 16 de mayo del 1933, pero se crió y se desarrolló en Mao, Provincia Valverde.
Con el apoyo y el sacrificio inmaculado de su Madre Ana Delia Jorge, se graduó como Doctor en Medicina en el año 1956, siendo sus principales compañeros de estudios los Dres. Guarocuya Batista del Villar (+) y Arnaldo Espaillat Cabral, ambos médicos de gran reputación en cada una de las especialidades que eligieron.
Con Yoryi compartí por mucho tiempo las horas de ejercicio físico que realizábamos en el patio de nuestra casa debajo de la mata de tamarindo en la Calle San José #39, hoy calle Emilio Arté. Allí hacíamos pesas, barra, argollas, sillas y otras disciplinas que lo llevaron a ser un verdadero atleta, y a mi pienso que me ha servido en algo para el mantenimiento de mi salud.
Al graduarse hizo su pasantía en el Hospital Padre Fantino de Monte Cristy, de allí fue a Bonao por breve tiempo, regresando a Monte Cristy nuevamente para sellar con creces todo lo que teóricamente había aprendido en la UASD, ya que tuvo la suerte de formarse como verdadero médico bajo la enseñanza y tutela del Dr. Enrique Kundhart, quien fue como un padre de la medicina para esa ciudad y esa región.
Luego, al salir de Monte Cristy, ingresó al Ejército Nacional como Teniente Médico estando en varias ciudades realizando labor médico-militar, entre ellas Constanza, Mao, Samaná, Neiba y Santiago Rodríguez, donde finalizó el ejercicio de la medicina militar.
Fue Director del Hospital de Santiago Rodríguez durante unos veinticinco años, ayudando a forjar muchos médicos que allí fueron a hacer su pasantía, como es el caso de los Dres. Pedro Sing, actual presidente del Colegio Médico Dominicano, el Dr. William Lora, actual Director del Hospital de Santiago Rodríguez y la Dra. Maritza Gómez, Directora de la Clínica Perpetuo Socorro, así como a otros tantos el Dr. Del Villar les brindó y transfirió desinteresadamente la experiencia que había adquirido en el tiempo que ejerció la medicina. ¡Ahí estaba su nobleza!
En muchas ocasiones acompañó a altas horas de la noche a alguna que otra madre para que un hijo o esposo que había sido detenido, se le permitiera dormir en su casa, y él haciendo uso de sus buenas relaciones con las autoridades accedía desinteresadamente para ir a la Policía o a la Fortaleza, consiguiendo lo que se le solicitaba. ¡Ahí estaba también su nobleza!
En otro orden, el Dr. Del Villar era visitado por innumerables pacientes de escasos recursos de toda la zona que circunda a Santiago Rodríguez, los cuales eran atendidos desinteresadamente, en algunos casos hospitalizados en la pequeña clínica que tenia junto al Dr. Atahualpa López, regalándole inclusive los medicamentos que ellos no podían adquirir. ¡Allí estaba su altruismo!
Por todas esas demostraciones humanitarias que realizó, llego a la conclusión de que abrazó con vehemencia el JURAMENTO HIPOCRÁTICO.
Santiago Rodríguez debe dar gracias a Dios por haber tenido la suerte de disfrutar por tantos años de esa nobleza y de ese altruismo que enarboló como estandarte el Dr. Del Villar.
¡Santiago Rodríguez!, tuviste la suerte que no tuvo Guayubín su lugar de nacimiento, Mao donde creció y se desarrolló y Monte Cristy donde se graduó verdaderamente como médico el Dr. Del Villar.
Por todo lo antes señalado, a la familia Del Villar Jorge le consta que la Provincia de Santiago Rodríguez le guarda un eterno y merecido recuerdo al Dr. Del Villar, como tributo a todo lo que hizo a favor de los moradores de dicha región.
Yoryi, tus hermanos desde aquí te decimos gracias por haber sido orgullo de nuestra familia y de la medicina Dominicana.
Gracias Papá y Mamá porque con el compromiso y el sacrificio de ambos lograron edificar en la persona del Dr. Del Villar un ser humano noble y altruista para bien de los más necesitados.
El Doctor Del Villar terminó su jornada en esta tierra el 27 de octubre del 1997.
Andrés del Villar
Con el apoyo y el sacrificio inmaculado de su Madre Ana Delia Jorge, se graduó como Doctor en Medicina en el año 1956, siendo sus principales compañeros de estudios los Dres. Guarocuya Batista del Villar (+) y Arnaldo Espaillat Cabral, ambos médicos de gran reputación en cada una de las especialidades que eligieron.
Con Yoryi compartí por mucho tiempo las horas de ejercicio físico que realizábamos en el patio de nuestra casa debajo de la mata de tamarindo en la Calle San José #39, hoy calle Emilio Arté. Allí hacíamos pesas, barra, argollas, sillas y otras disciplinas que lo llevaron a ser un verdadero atleta, y a mi pienso que me ha servido en algo para el mantenimiento de mi salud.
Al graduarse hizo su pasantía en el Hospital Padre Fantino de Monte Cristy, de allí fue a Bonao por breve tiempo, regresando a Monte Cristy nuevamente para sellar con creces todo lo que teóricamente había aprendido en la UASD, ya que tuvo la suerte de formarse como verdadero médico bajo la enseñanza y tutela del Dr. Enrique Kundhart, quien fue como un padre de la medicina para esa ciudad y esa región.
Luego, al salir de Monte Cristy, ingresó al Ejército Nacional como Teniente Médico estando en varias ciudades realizando labor médico-militar, entre ellas Constanza, Mao, Samaná, Neiba y Santiago Rodríguez, donde finalizó el ejercicio de la medicina militar.
Fue Director del Hospital de Santiago Rodríguez durante unos veinticinco años, ayudando a forjar muchos médicos que allí fueron a hacer su pasantía, como es el caso de los Dres. Pedro Sing, actual presidente del Colegio Médico Dominicano, el Dr. William Lora, actual Director del Hospital de Santiago Rodríguez y la Dra. Maritza Gómez, Directora de la Clínica Perpetuo Socorro, así como a otros tantos el Dr. Del Villar les brindó y transfirió desinteresadamente la experiencia que había adquirido en el tiempo que ejerció la medicina. ¡Ahí estaba su nobleza!
En muchas ocasiones acompañó a altas horas de la noche a alguna que otra madre para que un hijo o esposo que había sido detenido, se le permitiera dormir en su casa, y él haciendo uso de sus buenas relaciones con las autoridades accedía desinteresadamente para ir a la Policía o a la Fortaleza, consiguiendo lo que se le solicitaba. ¡Ahí estaba también su nobleza!
En otro orden, el Dr. Del Villar era visitado por innumerables pacientes de escasos recursos de toda la zona que circunda a Santiago Rodríguez, los cuales eran atendidos desinteresadamente, en algunos casos hospitalizados en la pequeña clínica que tenia junto al Dr. Atahualpa López, regalándole inclusive los medicamentos que ellos no podían adquirir. ¡Allí estaba su altruismo!
Por todas esas demostraciones humanitarias que realizó, llego a la conclusión de que abrazó con vehemencia el JURAMENTO HIPOCRÁTICO.
Santiago Rodríguez debe dar gracias a Dios por haber tenido la suerte de disfrutar por tantos años de esa nobleza y de ese altruismo que enarboló como estandarte el Dr. Del Villar.
¡Santiago Rodríguez!, tuviste la suerte que no tuvo Guayubín su lugar de nacimiento, Mao donde creció y se desarrolló y Monte Cristy donde se graduó verdaderamente como médico el Dr. Del Villar.
Por todo lo antes señalado, a la familia Del Villar Jorge le consta que la Provincia de Santiago Rodríguez le guarda un eterno y merecido recuerdo al Dr. Del Villar, como tributo a todo lo que hizo a favor de los moradores de dicha región.
Yoryi, tus hermanos desde aquí te decimos gracias por haber sido orgullo de nuestra familia y de la medicina Dominicana.
Gracias Papá y Mamá porque con el compromiso y el sacrificio de ambos lograron edificar en la persona del Dr. Del Villar un ser humano noble y altruista para bien de los más necesitados.
El Doctor Del Villar terminó su jornada en esta tierra el 27 de octubre del 1997.
Andrés del Villar
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Apreciado Andrés:
ResponderBorrarEsa estirpe está en vías de extinción. Se pueden contar con los dedos de una mano, en todo el territorio nacional, los médicos que hacen lo que era una práctica cotidiana para tu hermano Yoryi, a quien no traté de cerca por la brecha generacional, pero de quien he escuchado muchas cosas buenas. Y que bueno que tú lo recuerdas con la satisfacción del deber cumplido, y das gracias a Dios y a tus padres por lo que hicieron de ustedes los Del Villar Jorge (no sólo de Yoryi), todos seres humanos ejemplares.
Con mucho afecto,
Fernan Ferreira.
Andrés; tal como dice Fernan, desaparecieron, solo quedan las excepciones para confirmar la regla.
ResponderBorrarPor circunstancias nació en Guayubín, pero Yoryi y todos ustedes son maeños, no me busque nadie Acta de Nacimiento, vamos a ser realistas.
Gracias por narrar esa gran parte de la vida de tu hermano, pero me hubiese gustado leer esto bajo la firma de un particular, de los tantos que escriben con autoridad y los que escribimos por pasión de nuestro pueblo, que sacamos a relucir acciones positivas y negativas de nuestras gentes.
Considero que hace mucho que al Dr. Del Villar lo debieron haber tomado en cuenta por sus hechos, sin importar el lugar ejecutado. Desgraciadamente, parte de nuestra sociedad influyente se mantiene subterráneamente buscando la perfección para justificar la no simpatía egoísta.
Tal vez mi temperamento un poco volátil me permite mi sinceridad, mal del que no me arrepiento.
Manito
De estar pecando con mi ignorancia, solo pido mis excusas
Gracias Fernan y Manito por decir presente en nuestros escritos, los recibo de corazon porque se que lo hacen ae corazon.
ResponderBorrarComo Primo y Amigo, siempre y aún después de su sentido fallecimiento, he sido un fiel admirador de Yoryi, por las cuantiosas prendas que adornaron su buen proceder, como grata persona, buen ciudadano y exitoso profesional en todo ámbito de su apropiado quehacer ante su querida familia, amigos y relacionados.
ResponderBorrarTanto Andrés como Lavinia, a quienes felicito por esta meritoria iniciativa, han sabido esbozar atinadamente su excepcional figura, cuando describen con sumo acierto numerosas acreencias que bien perfilaron su trascendente accionar, reconociendo con profundos auténticos sentimientos, ricas primicias correspondientes a diferentes escenarios donde desplegó sus virtudes y valores con fruición y entereza; tan así es, que valorando su afortunado transitar, fue reconocido recientemente por el vecino Pueblo de Santiago Rodríguez, agradeciendo su noble y altruista gestión popular al designar una de sus calles con su digno nombre, lo que enaltece en grande a favor de nuestra querida familia.
!! Loor y Lauros, Querido Primo, porque desde los cielos debes estar sintiéndote orgulloso de tu gran proceder, esperando que el Sumo Hacedor te proporcione buen recaudo, eterna felicidad y enorme satisfacción !!.
Nelson Rodríguez Martínez (Cuqui)
Primo agradezco como siempre sus comentarios,los cuales nos enorgullecen por la diafanidad de los conceptos emitidos por tí. Andrés
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