viernes, 1 de enero de 2016

MI INVENTARIO DE FINAL DE AÑO

UN MOMENTITO CON MIGUEL

Por Miguel De Jesús Rodríguez
Locutor y abogado dominicano


Ahora que la canción de fin de año nos invita a bailar porque la fiesta a punto está de terminar, me senté en el filo del silencio para escuchar mi voz interior y así pasar revista a 365 días vividos entre altas y bajas.

Ojos que me dieron miradas de ternura invitándome a soñar sus sueños, llorar sus lágrimas y me abrigaron con el calor de sus pupilas de Sol. Labios de mujeres dueñas de sonrisas que con afinada sinfonía hacían que su voz armonizara con la suave brisa.

Noches largas, noches cortas y apasionadas entre gemidos que llegaban al Cielo y suspiros anunciando el orgasmo con el abrir y cerrar de ojos moro junto al latido de una mujer exquisita y completa que me hizo robar una Estrella para ponerle su nombre.

Recorridos por valles, carreteras, trillos, playas, montañas y montes dando pedales con mis compañeros del Comando Ciclístico del Norte (COCINORTE), amigas y amigos que se casaron y en plena ceremonia mostraban ansiedad por llegar al templo del amor para poner a sus cuerpos la primera humedad nupcial.

Vi muchas tardes morir y noches nacer entre la belleza de la naturaleza y la humildad de gente que vive en campos que visité, donde la música la ponían los pajaritos que desde los árboles dejaban escuchar trinos hermosos mientras bellas flores perfumaban mi visita.

Recibí como regalo especial demostración de afectos y solidaridad de amigos que hacen mi vida especial, personas dueñas de manos que se posaron sobre mi dolor en momentos determinados para darme apoyo y compresión.

Conocí al Doctor Mirlan de Santos, quien logró al estabilizar la salud de mi madre ponerme a cabalgar con la seguridad de no caerme pues por muchos años podré recibir su bendición. Sentí la emoción más fuerte de este año al anunciar la entrada al Estadio Cibao de Santiago del Señor Claudio Echavarría, un agricultor de Constanza que la última vez que vio un juego de pelota fue en 1952 y no quería morir sin volver al play.

Dar clase de locución a los ciegos fue un reto y también una bendición pues gané la amistad más pura y valiosa ya que ellos valoran la belleza más allá de las miradas. Rudy García, al crear el chat Área 809, me dio la oportunidad de entrar en contacto con locutores y artistas con los cuales había perdido el acercamiento.

Con este Momentito, el último del 2015 busco decir a mis lectores y personas de mi entorno, que gracias por llenar de luces y esperanzas mis caminos completados hoy, al tiempo de agradecer que sean los activos que me llenan de felicidad al encontrarlos justo cuando decidí hacer mi inventario de final de año.

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