martes, 16 de junio de 2015
LOS 14 DE JUNIO
Por Fernando Rodríguez Céspedes
La memoria histórica del pueblo dominicano registra dos acontecimientos que están destinados a marcar hitos en la conciencia nacional por su contribución al proceso democrático del país. Estos hechos están íntimamente relacionados y constituyen un referente ético y revolucionario digno de enarbolarse, justo en estos momentos de carencias morales en el liderazgo político nacional.
Este domingo pasado se cumplieron 56 años del desembarco guerrillero de Constanza, Maimón y Estero Hondo, gesta que despertó la adormecida conciencia de un pueblo víctima de la dictadura trujillista. La incursión patriótica fracasó por las delaciones que se dieron provocando que los combatientes fueran recibidos, apresados, torturados y asesinados con saña.
La fundación, el año siguiente, del movimiento revolucionario 14 de Junio en la finca de Charles Bogaert, en las afueras de Mao, el 10 de enero del 1960, fue el mejor homenaje a los patriotas que el 14 de junio del 1959 arribaron al país dirigidos por el comandante Enríque Jiménez Moya buscando el derrocamiento de la tiranía más oprobiosa de América.
La juventud de la época, sedienta de libertad, se agrupó alrededor del carismático líder montecristeño Manolo Tavares Justo quien, junto a su compañera de vida e ideales, Minerva Mirabal y un grupo de valientes, fundaron la agrupación revolucionaria que libró una lucha clandestina que culminó con la persecución, asesinato, encarcelamiento y tortura de sus miembros.
Ambos acontecimientos, sirvieron para exacerbar los ánimos del pueblo, la iglesia Católica y la opinión pública internacional contra la dictadura que sintiéndose cada vez más acorralada dio zarpazos a ciegas, como el abominable asesinato de las hermanas Mirabal, hecho que marcó la caída de la dictadura más sanguinaria que ha padecido el país.
¡Loor a los héroes y mártires de la patria!
La memoria histórica del pueblo dominicano registra dos acontecimientos que están destinados a marcar hitos en la conciencia nacional por su contribución al proceso democrático del país. Estos hechos están íntimamente relacionados y constituyen un referente ético y revolucionario digno de enarbolarse, justo en estos momentos de carencias morales en el liderazgo político nacional.
Este domingo pasado se cumplieron 56 años del desembarco guerrillero de Constanza, Maimón y Estero Hondo, gesta que despertó la adormecida conciencia de un pueblo víctima de la dictadura trujillista. La incursión patriótica fracasó por las delaciones que se dieron provocando que los combatientes fueran recibidos, apresados, torturados y asesinados con saña.
La fundación, el año siguiente, del movimiento revolucionario 14 de Junio en la finca de Charles Bogaert, en las afueras de Mao, el 10 de enero del 1960, fue el mejor homenaje a los patriotas que el 14 de junio del 1959 arribaron al país dirigidos por el comandante Enríque Jiménez Moya buscando el derrocamiento de la tiranía más oprobiosa de América.
La juventud de la época, sedienta de libertad, se agrupó alrededor del carismático líder montecristeño Manolo Tavares Justo quien, junto a su compañera de vida e ideales, Minerva Mirabal y un grupo de valientes, fundaron la agrupación revolucionaria que libró una lucha clandestina que culminó con la persecución, asesinato, encarcelamiento y tortura de sus miembros.
Ambos acontecimientos, sirvieron para exacerbar los ánimos del pueblo, la iglesia Católica y la opinión pública internacional contra la dictadura que sintiéndose cada vez más acorralada dio zarpazos a ciegas, como el abominable asesinato de las hermanas Mirabal, hecho que marcó la caída de la dictadura más sanguinaria que ha padecido el país.
¡Loor a los héroes y mártires de la patria!
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